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Opinión: Una Europa en crisis debe demostrar su valor

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Christoph Strack
18 de noviembre de 2016

Obama escogió a Berlín como la ciudad europea para su visita de despedida. Una decisión estratégica.

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Merkel y Obama en Berlín
Merkel y Obama en BerlínImagen: Picture-Alliance/AP Photo/M. Sohn

Esta fue la última vez que Barack Obama visitó Europa como presidente. Con él estuvieron los principales líderes europeos en la mesa de la Cancillería Federal en Berlín. Cada uno de ellos con grandes problemas a cuestas. El primer ministro español, Mariano Rajoy, gobierna sin mayoría parlamentaria propia y es meramente tolerado. El primer ministro italiano, Matteo Renzi, se enfrentará a un referéndum a principios de diciembre, cuyo resultado puede obligarlo a renunciar.

Theresa May tiene que poner en marcha hasta marzo la salida de Gran Bretaña de la UE. La reelección del presidente francés, Francois Hollande, en la primavera de 2017 es más insegura que nunca.

Y Merkel, la anfitriona, busca que su partido se mantenga en el Gobierno en las elecciones generales de septiembre de 2017. Barack Obama, por su parte, dejará atrás la presidencia el 20 de enero de 2017.

El futuro de la comunidad transatlántica

Christoph Strack, de DW.
Christoph Strack, de DW. Imagen: DW

Mientras los europeos trataron los problemas habituales,  como el desarrollo económico en España, la inmigración en Europa y  la cuestión de los refugiados, el mensaje conjunto de la reunión con Obama habla de "los desafíos comunes que enfrenta la comunidad transatlántica”.

Obama mismo alabó en los tonos más altos los altos estándares de bienestar en Europa. Berlín se queda con la esperanza de que el cambio de liderazgo en Washington no trastoque la política común.

El futuro de Europa está en juego

En 2017, un año lleno de decisiones importantes, Alemania tendrá que demostrar su talante de líder, sin exigir que se le reconozca como tal. A pesar de escándalos y controversias como NSA y TTIP, la cuestión de las relaciones transatlánticas seguirá siendo de importancia fundamental, porque los viejos temas no los puede resolver nadie en solitario: la lucha contra el terrorismo islamista, la guerra en Siria, Ucrania, Rusia, y Putin.

Europa está ante un año crucial. Los políticos europeos tendrán que luchar más decididamente por el camino común. Europa y su proyecto democrático de unidad, bienestar y prosperidad común están en riesgo, así como los valores occidentales tradicionales.