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¿Pagar la cuenta de otro?

DW-WORLD/pk (mb)2 de marzo de 2009

Los comentaristas analizan los resultados de la Cumbre de la UE, en la que se tomaron medidas contra la crisis financiera y económica.

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Silvio Berlusconi, Nicolas Sarkozy y Jean Claude (de izq. a dcha.): buenas intenciones.Imagen: AP

Cerrar filas

Le Figaro, París: “En vista de las dimensiones de la crisis, la UE está obligada a cerrar filas. La Cumbre de Bruselas demostró que estas reuniones de los 27 Estados de la UE no son superfluas, aunque más no sea porque demuestran que está madurando una estrategia común. El meollo del problema debía ser tratado necesariamente antes de la Cumbre del G 20 que tendrá lugar a comienzos de abril en Londres: qué hacer con los créditos tóxicos que envenenan el sistema financiero. Y en ello se llegó a un acuerdo marco. (…) También se lograron progresos en lo que respecta al control de los bancos. (…) Así Europa avanza, de una cumbre a otra, a pesar de todos los obstáculos institucionales y diferencias de opinión."

Buenas intenciones y realidades

Corriere della Sera, Milán: “Si las buenas intenciones contaran más que los hechos, la UE hubiera dado el domingo un paso esencial hacia la definición de una estrategia contra la crisis. (…) Pero en vista del tsunami económico en ciernes, es peligroso que no haya pasado de declaraciones. Europa Oriental continúa siendo una bomba de tiempo y el peligro no es lo que el jefe de Gobierno de Hungría cree ver venir y por lo que exige una ayuda de 180.000 millones y teme el regreso de la Cortina de Hierro. El Bloque Oriental ha dejado de existir. Pero justamente por ello, la liquidez de los bancos en el este de Europa depende de la salud de los bancos occidentales."

Pagando las cuentas de los demás

Information, Copenhague: “Para los países de Europa Occidental es difícil hacer cristalizar una voluntad política y conquistar el apoyo de la población para llevar a cabo una reforma profunda que permita salvar a los nuevos miembros de las dificultades económicas en que se encuentran. En vista de las elecciones parlamentarias del próximo otoño, ninguno de los grandes partidos políticos alemanes tiene interés en invertir el dinero de los contribuyente en países del Este europeo. Alemania estima, con cierto derecho, que no es justo tener que pagar siempre las cuentas de los demás. La crítica francesa a la falta de solidaridad alemana suena hueca, si se tiene en cuenta que París ayuda con gigantescas sumas a su propia industria automotriz, con medidas que se balancean al borde de las reglas comunitarias sobre la libre competencia.”

Palabras sagradas

Gazeta Wyborcza, Varsovia: “La declaración política más importante fue la emitida por la canciller federal alemana, Angela Merkel. A pesar de llegar con algo de retraso a Bruselas, puso de inmediato la discusión en los términos correctos. Alemania, dijo Merkel, no apoya la idea húngara de una súper ayuda para Europa Central, porque cada país de la región se halla en una situación diferente. No se puede comparar la muy mala situación de Hungría con las realidades de otros países, agregó. Al final de la cumbre, todos los políticos coincidieron en ello. Se trata de palabras sagradas. Habría que repetirlas sin desmayo. Para que nuestra región no continúe siendo vista como un bolsa llena de idénticas desgracias.”