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Para competir hay que invertir

Judit Alonso (jov) 5 de junio de 2016

Renovarse o morir, dice el refrán. La industria azucarera costarricense lo tiene muy claro y por ese motivo ha decidido invertir en mejorar su competitividad y afrontar así los retos que plantea el mercado global.

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Imagen: picture alliance/Arco Images GmbH

Costa Rica produce 450.000 toneladas de azúcar anuales, según la Liga Agrícola Industrial de la Caña de Azúcar (LAICA), que representa a más de 8.000 productores, muchos de ellos pequeños. Aunque más de la mitad de la producción se queda en el propio país, entre el 35 y el 40 por ciento se exporta, explica José Álvaro Jenkins, presidente del Consejo de Comercialización de LAICA. Además de vender azúcar no refinada a Portugal e Inglaterra, entre otros países europeos, 32.000 toneladas se destinan a Estados Unidos. “El resto del producto terminado se vende a Bahamas y otors países”, explicó.

“La globalización vino para quedarse. Si eres competitivo las fronteras se van abriendo. Hay que serlo, especialmente en las commodities, dar valor agregado, para que tengan un mayor atractivo en el mercado al que lo vendes”, aseguró.

Según datos de 2014 de la Escuela de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Costa Rica sobre el sector agropecuario y su aportación a la economía nacional, el sector agrícola exporta 855 productos agropecuarios a 126 destinos, aporta el 14 por ciento del PIB nacional y es el segundo generador de empleo del país.

El sector también debe afrontar a otro reto mundial: el cambio climático. “Hace tres años que la región sufre sequía por efecto de 'El Niño'. La temperatura mínima subió en 2 grados, esto afecta a las variedades de azúcar. Ya nos pasó hace tres años y si no tienes riego, se producen mermas de entre el 30 y el 35 por ciento en esas zonas”, subrayó.

En este sentido, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) recuerda que el sector agrícola ya está padeciendo su vulnerabilidad ante el cambio climático. Según recogió en su estudio 'Costa Rica: Efectos del cambio climático sobre la agricultura' publicado en 2010, "el huracán Mitch que azotó a Costa Rica en 1998, sumado a sucesivas sequías, han provocado daños al sector agropecuario de este país de alrededor de los 100 millones de dólares".

Jenkins lo sabe de buena mano ya que también es el presidente de una de las mayores azucareras del país, El Viejo. Con una producción anual de 100.000 toneladas de azúcar, que representa el 22,2 % de la producción nacional, cuenta con una plantilla de 450 empleados que se duplica durante el periodo de la cosecha.

José Alvaro Jenkins Präsident El Viejo Costa Rica
José Álvaro Jenkins.Imagen: DEG/ich.tv

El presidente de El Viejo visitó Alemania esta semana para firmar un préstamo con el banco DEG, situado en Colonia. Esta entidad bancaria ya otorgó un crédito de 12 millones de dólares a LAICA en 2009 para el desarrollo e investigación de enfermedades y plagas, así como para un centro de distribución. En el caso de la azucarera, la financiación, de 15 millones de dólares a 8 años, permitirá la compra de maquinaria agrícola así como la expansión y modernización del ingenio. Igualmente, se incrementará en 1.300 hectáreas el área de siembra la caña de azúcar.

La visita también sirvió para establecer relaciones con la empresa alemana Südzucker, con sede en Mannheim. “Distribuyen 15.000 toneladas y esperamos para el año que viene poderles vender una gran cantidad”, dijo el presidente de El Viejo.

Contribución al medio ambiente y a la sociedad

El préstamo incluye otros beneficios como el apoyo del banco en programas de ayuda social y de mejora de la eficiencia energética del uso del vapor así como del agua, que ha pasado de 2,5 litros por hectárea a 1,17 litros gracias a sistemas de riego “gota a gota” o por aspersión.

La empresa, declarada carbono neutral, contribuye con la generación de las energías renovables, que hacen de Costa Rica un referente a nivel mundial, a partir del bagazo de la caña de azúcar. “De diciembre a abril vendimos la zafra pasada 50 millones de kilowatt-hora a la compañía de distribución de energía. Además estamos en el proceso de instalar una pequeña central de generación solar con una potencia de 500 kW y para una generación anual de cerca de 2 millones de kilowatt-hora”, explicó Jenkins.

Igualmente al estar ubicada “en uno de los lugares de mayor desempleo y pobreza del país”, desarrolla proyectos sociales que pretenden dotar de vivienda digna a los trabajadores y terminar con otra de las problemáticas del país. “En Costa Rica, el 99,3 por ciento de la población tiene acceso a la electricidad pero no al agua potable”, lamentó.