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Pegida ha hecho crecer la xenofobia en Dresde

Karina Gomes (JOV/ERC)2 de marzo de 2015

Debido a la propaganda del movimiento Pegida ha crecido el número de casos de discriminación en Dresde. Hay latinoamericanos en todos los frentes: como víctimas, ayudantes de los refugiados y entre los xenófobos.

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Manifestación de ciudadanos de Dresde en defensa de los refugiados y por "iguales derechos para todos", este 28 de febrero de 2015.
Manifestación de ciudadanos de Dresde en defensa de los refugiados y por "iguales derechos para todos", este 28 de febrero de 2015.Imagen: picture-alliance/dpa/Arno Burgi

María* teme encontrarse de nuevo a la persona que la agredió verbalmente en una calle de Dresde. La venezolana estaba dando una entrevista a un canal de televisión cuando un joven se acercó y le gritó, "¡Maldita refugiada. Debería desaparecer!”. Las manifestaciones semanales del movimiento Europeos Patrióticos contra la Islamización de Occidente (Pegida) les han abierto espacio a la xenofobia y al rechazo de los refugiados en Alemania, dice el Centro de Atención a las Víctimas del Racismo, del Estado federado de Sajonia.

Un informe de dicho ente muestra que en Dresde los crímenes racistas aumentaron en un 90 por ciento entre 2013 y 2014. La mayor parte de los casos se registraron desde noviembre de 2014, cuando comenzaron las protestas de Pegida. Y la tendencia al alza continuó en enero de 2015.

Factores de riesgo: piel oscura y velo islámico

"Las principales víctimas de agresiones xenófobas son refugiados y musulmanes. Los crímenes racistas se asocian principalmente al velo islámico y al color de piel oscura", dice Andrea Hübler, coordinadora de la investigación. La xenofobia no es nueva en el Land de Sajonia, pero se agravó con la aparición de Pegida, concluye el estudio.

María se vio obligada a cambiar su rutina. "No creo que todas las personas que apoyan a Pegida sean racistas, pero se sienten legitimadas para mostrar sus prejuicios", dice María, quien cuenta que otros latinoamericanos han tenido experiencias de discriminación similares.

Para el sociólogo Karl-Siegbert Rehberg, de la Universidad Técnica de Dresde, lo que hace posible el ascenso de un partido de ultraderecha es el sentimiento de frustración de una parte de la población.

"He asistido a marchas de protesta de Pegida para analizar sus demandas, y sus manifestaciones reflejan un descontento generalizado, que viene del cambio de sistema político después de la reunificación alemana. En Sajonia, el rechazo a todo lo que no es local es muy grande", explica Rehberg.

Una latinoamericana del lado de los refugiados

Pero los latinoamericanos no son sólo víctimas de la xenofobia; ellos también le brindan respaldo a los refugiados en Dresde, como la brasileña Luciana Schollmeier. A pesar de recibir ataques por su trabajo, Luciana destaca un resultado positivo de las protestas de Pegida: éstas han estimulado el trabajo conjunto de las organizaciones humanitarias que asisten a las personas obligadas a abandonar sus países de origen.

"Muchos de estos jóvenes refugiados emprendieron un viaje que ha durado hasta un año. Llegaron a Libia, por ejemplo, y allí tomaron un barco para cruzar el mar Mediterráneo. Han huido de dictaduras violentas y ahora, en Alemania, sufren un racismo descarado. Es lamentable", dijo Luciana Schollmeier.

Una familia brasileña en las filas de Pegida

Manifestación de Pegida en Dresde el 12 de enero de 2015.
Manifestación de Pegida en Dresde el 12 de enero de 2015.Imagen: picture-alliance/dpa/A. Burgi

Pero también una latinoamericana milita en las filas de Pegida, dando por cierta la suposición de que “cualquiera logra asilo en Alemania”, además de respaldar peticiones como la de “No al Islam”, preferir "la amistad con los rusos, en lugar de ser vasallos de Estados Unidos", y vociferar: "¡Fuera refugiados!".

La brasileña R. Mildner*, de 59 años, se unió a Pegida con su familia germano-brasileña por tres razones: porque está “en contra de la corrupción internacional, por la preservación de la cultura alemana, y, en especial, contra el extremismo islámico".

"La xenofobia es más común en lugares que no han tenido mucha experiencia con los extranjeros. Este es el caso de Dresde", concluye Karl-Siegbert Rehberg, sociólogo de la Universidad Técnica de Dresde, quien, por último, apunta que: "Dresde es sede de la expresión de la frustración con el cambio de sistema político, tras el derrumbe de la dictadura comunista, la consiguiente caída del Muro de Berlín y la posterior reunificación. Un descontento resultante de un complejo de inferioridad”.

*Nombres cambiados a petición de las personas entrevistadas