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Pequeñas cerveceras a la caza del sabor

Carsten Grün
3 de junio de 2017

Las pequeñas cerveceras viven un auge en Alemania. DW visitó Brauprojekt 777, en la ciudad de Voerde del Bajo Rin. Su modelo es un ejemplo de cómo funcionan las empresas del sector.

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Ein voller Bierkrug mit Deckel
Imagen: picture-alliance/Denkou Images

Todas las micro-cerveceras  y productoras de cerveza artesanal tienen algo en común: buscan diferenciarse de las grandes productoras. "La cerveza es mucho más que la variedad pilsen. Alemania es un mercado abarrotado de cervezas pilsen”, dice Arne Hendschke, de la empresa cervecera Brauprojekt 777. Su colega Torten Mömken, responsable de contabilidad, añade: "Las grandes compañías cerveceras no se atreven a salir de sus parámetros. Y por eso hay muy pocas cervezas con carácter”.

Los productores jóvenes tratan de diferenciarse de quienes demandan la pureza cervecera. "Nosotros queremos ofrecer nuevos sabores. Así lo hicimos cuando creamos nuestra cerveza ligera a la fresa, pero, debido a las leyes de pureza cervecera, no la pudimos llamar cerveza a la fresa. La gente asocia esa demanda de pureza con la calidad. Pero solo porque hagamos uso de ciertos ingredientes que no estan especificados en los mandatos de pureza no quiere decir que  no produzcamos productos de calidad  Más bien es todo lo contrario”, afirma Hendschke.

Un regalo para la industria cervecera

También lo ve así el gerente general de la federación cervecera alemana, Holger Eichele: "Estas cervezas también pueden ser declaradas como cervezas. Hay un fallo del tribunal supremo administrativo que así lo ha dictaminado".  La federación cervecera ve con buenos ojos las actividades de los pequeños productores. "Es un regalo para la industria y para la propia cerveza alemana. La diversidad aumenta y ya contamos con más de seis mil variedades”, asegura Eichele.

Alemania en un minuto: la cerveza

Las grandes casas cerveceras no ven a las pequeñas como una competencia. "La producción de las microcerveceras de Alemania solo representa el 0,2 por ciento.  Los consorcios lo ven como trabajo en conjunto. Se están descubriendo nuevas variedades de lúpulo y se están utilizando antiguas recetas. Eso genera estupendas cervezas”, celebra Eichele.

Consumo anual

El consumo anual es importante para el sector, ya que está disminuyendo en Alemania. Anualmente, el consumo de cerveza se va reduciendo en un 2 por ciento, pero se compensa con las cifras de la exportación. Entre los años 1950 y 1970 el consumo era mucho mayor, pero eso ya es parte del pasado, hoy en día el interés por la salud ha aumentado entre los alemanes.

El gusto por la experimentación

A los miembros de Brauprojekt 777 les divierte experimentar y desarrollar nuevos sabores.  Al principio trabajaron duro hasta crear una cerveza del gusto de todos. "Empezamos con una vieja jarrita de leche que poníamos sobre el fuego y fuimos perfeccionando la cerveza una y otra vez”, nos aclara Arne Hendschke, uno de los administradores, acerca de sus inicios. Con 33 años,  Hendscke ya se encontraba inmerso en la producción cervecera. "Cuando apenas era un jovencito que casi ni bebía cerveza y que a lo mucho solo recolectaba latas, me interesaba mucho este producto. Siempre que iba de vacaciones con mis padres, yo quería visitar las cervecerías”.

Cuando en la ciudad vecina de Hamminkeln se anunció una plaza de aprendiz de cervecero,  Hendschke vio la ocasión de aprender.  Se postuló al puesto y lo ganó. Durante unos años trabajó como empleado cervecero. Paralelamente hizo viajes al extranjero, como, por ejemplo, a Australia, donde también trabajó en la industria cervecera. Hoy en día, la formación complementaria en técnicas de maquinarias de cervecería es muy útil.

Seis años en marcha

Hace 6 años que pusieron en marcha el Brauprojekt 777. El número 777 hace referencia al año de fundación de Spellen, un distrito de la ciudad de Voerde que se ubica a 20 kilómetros de Duisburgo . Actualmente, la cervecería produce alrededor de 500 hectolitros al año fabricados a mano, tal como se hacen las cervezas artesanales. Dos de los cuatro dueños dependen de este producto para vivir. Se distribuye en los restaurantes y bares de la región, pero también en las ciudades de Colonia y Bochum. Incluso también se exporta a Holanda.

La gama de productos es amplia: Süßholzbier, Red Ale y otros productos hechos a base de frutas. El porcentaje de alcohol varía entre el 4 y el 11 por ciento. También han creado la llamada Malzwein, una cerveza de fermentación baja que ganó un premio en Francia el año pasado. Su precio es de 50 euros.

Mikrobrauereien
Ingredientes distintos para potenciar el sabor de la cerveza tradicional. Imagen: DW/C. Grün

Los precios de estas cervezas son evidentemente más altos que las producidas a gran escala. Es lo mismo que ocurre, por ejemplo, con los productos bio. Su producción lleva más tiempo y, dependiendo del tipo de cerveza, se le agregan otros ingredientes como frutas y aromas naturales en forma de especias. Eso eleva el precio, pero eso no es algo que asuste a los clientes. "Cuando hacemos ventas directas en fábricas, viene mucha gente y vendemos todo en un par de horas.”

A pesar de que el consumo de cerveza en Alemania va en descenso,  esta sigue siendo un producto muy cotizado. Esto se refleja en una comparación hecha con otros países europeos. Dentro del mercado cervecero europeo, Alemania aún se ubica en el puesto número uno:  en el año 2015 se produjeron casi 96 millones de hectolitros de cerveza. El productor más grande a nivel mundial es China, con una producción anual de cerca de 492 millones de hectolitros. Los Estados Unidos de Norteamérica, por su parte, alcanzaron los 226 millones de hectolitros.

Crecimiento de la pequeña empresa

A pesar del descenso del consumo de hectolitros de cerveza, el número de cervecerías claramente ha aumentado en Alemania. Según los datos de la federación cervecera alemana, en el año 2005 había solo 1281 cervecerías y en el año 2015 había registradas 1388.  El número de pequeñas cervecerías, cuya producción anual es de hasta 5.000 hectolitros, va en aumento.

"En lo referente a las microcervecerías, se observa un evidente índice de crecimiento, muy diferente a la situación de EEUU. En ese país, las cifras se invierten", dice Holger Eichele, miembro de la federación cervecera.  En relación al consumo por persona, en Europa, los checos están a la cabeza.  El año pasado se estimó que bebieron 144 litros, muy por delante del resto.  En el año 2014, Alemania ocupó el segundo lugar, empatando con Austria, alcanzando los 107 litros en consumo por persona, según cifras de federación cervecera alemana.

Las cervecerías del Bajo Rin no prestan demasiada atención a las cifras de consumo y se preocupan más por sacar adelante sus nuevos proyectos. Por las tuberías de Brauprojekt 777 corre un tipo de café-cerveza negra. "O introducimos los granos en el proceso de fermentación o tomamos directamente el café.  Estamos colaborando con un pequeño tostadero de la zona”, dice sonriente Torsten Mömken del Brauprojekt 777.

Autor: Carsten Grün (LE/MS)