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Premio Sophie Scholl a forenses de la democracia venezolana

José Ospina-Valencia
7 de julio de 2020

Trabajan como un think tank y, además del amor, los une otra fuerza mayor: el deseo de resucitar la democracia. Ellos diseccionan sus órganos, emiten un diagnóstico en tiempo real. Y nombran a los responsables.

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Naky Soto y Luis Carlos Díaz, Premio Sophie Scholl 2020, como ponentes en el teatro Pechakucha de Caracas
Naky Soto y Luis Carlos Díaz, Premio Sophie Scholl 2020, como ponentes en el teatro Pechakucha de CaracasImagen: Luis C. Díaz & Naky Soto

"Este premio busca reconocer y acompañar a instituciones o personas que, a través de su compromiso y labores, contribuyan al fortalecimiento de la democracia y de los valores que la sostienen”, dice la Embajada de Alemania en Venezuela en Twitter, que entregó este 7 de julio el Premio Sophie Scholl a los periodistas venezolanos Naky Soto y Luis Carlos Díaz, colegas y esposos.

Ante la inminente amenaza de la dictadura nazi, los estudiantes Sophie Scholl y su hermano Hans, arriesgaron sus vidas para distribuir volantes que llamaban a defender el "espíritu de la democracia” en Alemania y Europa. 

Si bien no cabe comparación entre ambos regímenes, Naky y Luis Carlos, como los conoce su audiencia en YouTube ("En Serio”), Instagram, Twitter, su blog "Zaperoqueando” y otras redes, son dos de las pocas voces críticas de venezolanos que quedan en Venezuela. 

"En Serio", en You Tube. "Ella es Naky Soto y él es Luis Carlos Díaz..."
"En Serio", en YouTube. "Ella es Naky Soto y él es Luis Carlos Díaz..."Imagen: Luis C. Díaz & Naky Soto

"Ambos hemos trabajado todos estos años de chavismo capacitando a la sociedad civil”, dicen a DW. Naky se ha especializado en la vocería. Luis Carlos en estrategias digitales. "Hemos educado a organizaciones de derechos humanos, a líderes políticos, sociales y comunitarios”, agregan.

Y en paralelo, generan contenido en las redes sociales. "Desde hace más de una década, Naky ha hecho un resumen diario de los desmanes del chavismo. Se trata de un relato ciudadano”, apunta Luis Carlos y agrega que él lo hizo "desde la radio Éxitos FM”, hasta que fue vetado. Pero también desde el Encuentro Nacional de Constructores de Paz”. Un trabajo que le costó a Luis Carlos Díaz la detención por el SEBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional) el 11 de marzo de 2019, acusado de ser copartícipe en un supuesto "ataque al sistema eléctrico nacional”. Como Díaz había criticado las constantes caídas de Internet en Venezuela, las autoridades manipularon las grabaciones para endilgarle el gran apagón.

Viven, y lo cuentan

En la cárcel, Luis Carlos Díaz vio y vivió lo que sufren los 420 presos políticos que hay en Venezuela, según el Foro Penal. De la cárcel solo salió gracias a la acción decidida de Naky, quien exigió su liberación, con el respaldo de organizaciones humanitarias de dentro y fuera de Venezuela. Por eso, el Premio Sophie Scholl, entregado por la sociedad alemana, representada por su Embajada, lo consideran tan importante, "porque ambos trabajamos en un espacio constantemente amenazado por la arbitrariedad”.

"La noticia del premio hizo llorar a Naky”, cuenta Luis Carlos. La socióloga recordó entonces los relatos de su padre y la historia de la lucha de los hermanos alemanes. Sophie Scholl, junto con su hermano Hans, ambos estudiantes de la Universidad de Múnich, pertenecieron al grupo La Rosa Blanca (Weiße Rose) que abogaba por la resistencia pacífica contra la dictadura nazi, informando en volantes sobre los peligros de los Estados autoritarios. "¿Por qué permites que estos hombres que están en el poder te roben paso a paso, abiertamente y en secreto, el dominio de uno tras otro de tus derechos, hasta que un día no quede nada más que un sistema de Estado mecanizado, presidido por criminales y borrachos?”, decía uno de los volantes de La Rosa Blanca.

Sophie, Hans y otros miembros de la Rosa Blanca.
Sophie, Hans y otros miembros de la Rosa Blanca. Imagen: Getty Images/J. Simon

La democracia sobre la mesa de disecciones

Luis Carlos y Naky han podido vivir para contar cada día el proceso de erosión de la democracia venezolana. Ellos cuentan qué pasa y quién lo hace. Diseccionan con afilados análisis los órganos internos del Estado venezolano y emiten un diagnóstico de las razones por las que el Estado de derecho se encuentra sobre la mesa y quiénes lo han herido de muerte.

¿Una especie de forenses de la democracia en Venezuela? "Así es, y lo hemos vivido en tiempo real”. Naky, desde el comienzo del chavismo, que siempre rechazó "por su espíritu militarista y la desmesura del poder, en medio de la enorme popularidad de la que gozaba inicialmente Hugo Chávez”.

Luis Carlos, doce años más joven, aún estudiante de bachillerato: "Pero cuando llego a la adultez, esta telenovela del desastre ya había comenzado”, dice, y confiesa que para él lo más triste ha sido "ver cómo mi familia y mis amigos han tenido que abandonar Venezuela y cómo la sociedad se ha radicalizado”.

Enseñando libertad de prensa, mientras es atacada

Era la hora de generar conciencia: "Entonces creamos en 2009 el programa ‘Gente de a pie', en el que formamos a más de 100 personas en el manejo de herramientas digitales para que aprendieran a expresar sus voces”. Pero justo en esos días, el chavismo cerró 33 emisoras y un canal de televisión. "Nos tocó enseñarle a la gente qué era libertad de expresión, en un país cuyo Gobierno la estaba dinamitando”, concluyen. Luego vino el cierre de más emisoras, la prensa escrita y televisoras.

Pero Díaz y Soto no solo sufren el desmoronamiento de la democracia en Venezuela, sino que ven la tragedia humanitaria, "en la que la gente hace cola para escarbar y se pelea por buscar comida en la basura”, cuentan a DW.

Para ambos hubo un punto en el que les quedó claro que lo que estaba en riesgo era el país, la sociedad, la democracia: para Naky fue "el radicalismo que impulsaba a los bandos en favor y en contra de Chávez, enfrentados por el Golpe de Estado en 2002”. Y para Luis Carlos fue en 2007, cuando Hugo Chávez "se inventa” una reforma de la Constitución: "Si todos los poderes y la Constitución son chavistas, por lo menos la Declaración Universal de los Derechos Humanos nos protege”, creía Díaz. Pero "la reforma de Chávez eliminaba los derechos humanos, la libertad de expresión en momentos de emergencia”, se aterraba Luis Carlos.

En ese momento, decidió respaldar una campaña con la que, junto con estudiantes y la sociedad civil, lograron tumbar la propuesta: "Como demócrata solo se puede estar en contra de una reforma que elimina los derechos civiles y humanos”, concluye. Más tarde, Hugo Chávez impondría su reforma por otros medios.

La democracia es para lidiar con las diferencias

En cuanto a la oposición, Luis Carlos Díaz advierte que "no podemos pedirle que piense igual, porque eso sería pedir otro chavismo”. Según él, lo que debe ofrecer la oposición es "democracia y esta es plural, lo que implica lidiar con todos los disensos”.

La Asamblea Nacional de Venezuela
La Asamblea Nacional de VenezuelaImagen: Getty Images/AFP/L. Robayo

Para Díaz y Soto, en Venezuela hay hoy tres tipos de oposición: "Una que tiró la toalla, consciente de que no va a ganar el poder porque no cuenta con respaldo popular, y opta por 'bailar pegao' con el chavismo. Esos son los mismos que se dejan escribir el guion del chavismo, se sientan a sus mesas de negociación y participan en sus elecciones tramposas”.

El segundo tipo de oposición también tiró la toalla, según los comunicadores: "Este grupo entiende que el régimen superó las reglas de la democracia y el Estado de derecho y, como no tiene las armas, pide una invasión extranjera”.

La otra oposición, "la mayoritaria, es la que pide no abandonar el terreno de la política y presiona por un cambio de poder en Venezuela”. Una postura que siempre conlleva dos grandes desventajas, según los analistas: "La frustración y el desgaste”. Y explican: "Si esta oposición llama a protestar, termina con tres diputados presos. Si pide el castigo de tal arbitrariedad, termina con el asesinato de Albán, tirado desde un décimo piso”. El 8 de octubre de 2018, el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, aseguró que Fernando Albán "se suicidó” mientras estaba preso en el edificio de la SEBIN. Su familia, la oposición y la OEA coinciden en que el concejal de Caracas fue asesinado.

Y mientras eso sucede, "la oposición democrática es tildada de boba, millones de venezolanos huyen a Colombia con lo que llevan puesto, se cierran más medios de comunicación y obligan al exilio al resto de los parlamentarios”, concluyen los analistas Luis Carlos y Naky.

Solo quedan "burbujas”

¿Qué queda de la democracia en Venezuela? "Burbujas” es la respuesta y explican que "lo que hay son pequeños espacios como algunas asociaciones civiles o universidades, en donde se puede recordar o reclamar lo que era la democracia”.

En los medios, queda un espacio en Internet, que es en el que se mueven Luis Carlos y Naky, aunque reciben amenazas "de todo tipo”. Ambos concluyen que "a los venezolanos nos quitaron hasta la confianza en que nuestro voto cambie las cosas”.

La democracia, concluyen los ganadores del Premio Sophie Scholl 2020, "vive en nosotros los venezolanos, sea en los que la conocieron y la recuerdan, o en los que no la conocimos, pero la aspiramos a futuro”.

(er)

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