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Prensa en alemán: "Baño de sangre en El Salvador"

Gabriel González Zorrilla
1 de abril de 2022

Tras uno de los fines de semana más mortíferos de la historia reciente del país, el presidente Bukele ha declarado el estado de emergencia. A ese tema le dedica algunos artículos la prensa en alemán esta semana.

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El Salvador | Gefängnis Ciudad Barrios
Imagen: AA/picture alliance

"60 asesinatos en un día"

Así titula un artículo el periódico alemán Süddeutsche Zeitung, en el que escribe lo siguiente sobre la declaración del estado de emergencia por parte del presidente salvdoreño, Nayib Bukele: "El terror y los muertos son un grave problema para Bukele: el presidente de El Salvador siempre había afirmado haber controlado la omnipresente violencia. Tras una sangrienta guerra civil en la década de 1980, en El Salvador se formaron bandas inspiradas en las pandillas callejeras estadounidenses. Pronto, las llamadas 'maras' controlaron barrios enteros. Hoy en día, están estrechamente vinculadas a la política y a la Policía, y ganan dinero con el contrabando de drogas, las extorsiones a cambio de protección, los secuestros y el tráfico de personas.

Una y otra vez, se produjeron feroces guerras de poder y territoriales entre bandas hostiles y el Estado salvadoreño. Si se compara con el número de habitantes, la tasa de asesinatos en El Salvador en 2015 fue más de 100 veces superior a la de Alemania. Desde entonces, sin embargo, la violencia ha disminuido.

Eso le ha aportado al presidente, Nayib Bukele, una enorme popularidad: el 85 por ciento de la población lo respaldó recientemente a él y a sus medidas. Sin embargo, la oposición y las organizaciones no gubernamentales están siendo acosadas, y los periodistas críticos son sometidos a escuchas. Al mismo tiempo, Bukele sigue ampliando su poder: el año pasado, su partido Nuevas Ideas obtuvo la mayoría absoluta en el Congreso. Es por eso que, desde 2021, las leyes se aprueban por la vía rápida y los jueces incómodos han sido destituidos. En contra de lo que establece la Constitución, Bukele ya ha obtenido el permiso del recién nombrado Tribunal Supremo para presentarse como candidato a otro mandato en 2024.

La oenegé Human Rights Watch (HRW) denuncia que en El Salvador ya no existen instituciones independientes capaces de controlar al Ejecutivo. Esa organización de derechos humanos teme que la situación pueda empeorar ahora. El estado de excepción impuesto no protege a la población de El Salvador, explicó la portavoz para las Américas de HRW, Tamara Taraciuk Broner: 'Por el contrario, pone en riesgo sus derechos y es una guía para el desastre.'"

Miembros presos de las maras salvadoreñas, en una cárcel de alta seguridad.
Miembros presos de las maras salvadoreñas, en una cárcel de alta seguridad.Imagen: Getty Images/AFP/M. Recinos

"Contra las pandillas y la ley"

El diario alemán Tageszeitung se refiere así a las posibles causas de los asesinatos: "Solo se puede especular sobre el motivo de la ola de violencia del fin de semana en El Salvador. Según la Policía, la mayoría de las víctimas no tenían ninguna relación con las organizaciones criminales. Es posible que la matanza perpetrada por las pandillas haya sido una reacción al fracaso de las negociaciones secretas que Bukele ha llevado a cabo con los líderes de las tres organizaciones más importantes desde 2020, según la investigación del periódico digital 'El Faro'.

Se dice que las maras buscaban mejores condiciones carcelarias para los presos y ciertas libertades para los pandilleros que viven fuera de la cárcel, a cambio de una suspensión de la violencia, lo que, a su vez, pudo haber sido utilizado políticamente por el presidente de El Salvador.

Nayib Bukele siempre ha negado haber llevado a cabo esas negociaciones claramente ilegales. Hizo disolver un departamento de la fiscalía que investigaba las pruebas. Y los documentos de prueba presentados por 'El Faro' sobre la existencia de las negociaciones solo llevaron a Bukele a reprimir aún más a los medios de comunicación independientes del país.

Con todo ello, Bukele puede seguir contando con una popularidad intacta y, sobre todo, con una oposición impotente, después de que su partido Nuevas Ideas obtuviera la mayoría absoluta en el Parlamento, hace un año. Es poco probable que la represión de las pandillas disminuya la popularidad de Bukele entre la población."

Un miembro de una mara es trasladado a una cárcel de alta seguridad en El Salvador.
Imagen: Getty Images/AFP/M. Recinos

"Las bandas juveniles provocan un baño de sangre en El Salvador"

El matutino suizo Neue Zürcher Zeitung se centra en el papel que juega el presidente de El Salvador en el accionar criminal de las maras: "Bukele niega las acusaciones. Los periodistas del periódico digital 'El Faro', que informaron sobre el acuerdo secreto, han sido insultados por él. Algunos periodistas y oenegés hablan incluso de amenazas. Esto encaja en el panorama: Bukele ya había hecho destituir a jueces y fiscales que no le gustaban. El Tribunal Supremo le permitió entonces presentarse a la reelección en 2024. De hecho, la Constitución lo prohíbe. Por ello, las organizaciones de derechos humanos y Washington lo acusan de instaurar un régimen autoritario.

Bukele responde a sus críticos vía Twitter. Acusó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y a su matriz, la Organización de Estados Americanos (OEA), de defender a los pandilleros. Las organizaciones de derechos humanos y los gobiernos extranjeros que lo critican 'deberían adoptar a los gángsters y acogerlos', se mofó. También compartió tuits en los que denunciaba que Estados Unidos estaba detrás de la reciente ola de asesinatos.

Es probable que los asesinatos se entiendan como señales del descontento de las maras con el gobierno. Ya el pasado mes de noviembre, 46 personas fueron asesinadas en tres días; anteriormente, hubo jornadas de asesinatos en abril de 2020. Detrás del recrudecimiento de la violencia están las negociaciones secretas estancadas, o las nuevas demandas, sobre las cuales las bandas criminales quieren ejercer más persión con las oleadas de asesinatos. Prueba de ello es que las maras evitan atacar a los agentes de seguridad, ya que los asesinatos de funcionarios pondrían fin inmediatamente al diálogo con el gobierno."

(cp)