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Productos orgánicos: el boom que no cesa

15 de febrero de 2012

Los productos orgánicos siguen ganando terreno en Alemania. En la principal feria internacional del ramo, la Biofach, en Núremberg, los productores luchan por conquistar el mercado germano, el segundo mayor del mundo.

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También el queso orgánico gana adeptos.Imagen: picture-alliance/dpa

Tomates de Holanda, pepinos de España, bananas de Colombia, lentejas de Canadá; un recorrido por los estantes de productos orgánicos en los supermercados alemanes se convierte rápidamente en un viaje gastronómico por el mundo. 18.000 toneladas de tomates orgánicos se importaron en Alemania el año pasado. El volumen de ventas de este tipo de productos -que en este país se conocen con el distintivo “Bio”- aumentó en casi un 10 por ciento en 2011. Los agricultores germanos no alcanzan a cubrir la demanda. Además, cada vez son más los que optan por cultivar maíz para las plantas de biogás y renuncian a los cultivos ecológicos.

Importación imprescindible

Cerca del 72 por ciento de las papas que se consumen en Alemania son de producción nacional. Pero la oferta de otras verduras y frutas en las tiendas orgánicas no podría sostenerse sin importaciones. “En el caso de las zanahorias, aproximadamente el 50 por ciento son importadas, y en el de los pimientos o tomates, esa cifra se eleva al 80 por ciento o más”, señala a DW el gerente de la Federación del Comercio de Alimentos Ecológicos, Alexander Gerber. “La leche viene, por ejemplo, de Austria y Dinamarca, y la carne de cerdo de Dinamarca, Holanda e Italia”, agrega.

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La oferta es amplia en las biotiendas.Imagen: picture-alliance / Süddeutsche Zeitung Photo

El 20 por ciento de los consumidores alemanes compra hoy productos orgánicos al menos una vez por semana. Y los clientes esperan que cada producto esté disponible durante todo el año. Alemania cubre su demanda de “biomercadería” principalmente con importaciones de los países vecinos y Europa del Este se está convirtiendo cada vez más en el granero de los consumidores alemanes. Pero las redes del sistema de comercio se extienden a todo el mundo, sobre todo en lo que respecta al arroz, el café y las bananas orgánicas. Las mercaderías son traídas a Alemania desde Pakistán, Ecuador o Brasil. Para garantizar la calidad de los productos durante el transporte se requiere un despliegue logístico complejo y caro. Alexander Gerber atribuye el precio a las cantidades relativamente pequeñas que se comercian. No obstante, hace notar que, “además, es necesario controlar todas las etapas, desde la producción hasta el despacho a la tienda”.

El sello europeo

Quien quiera abrirse paso en el mercado alemán debe producir ajustándose a los estándares del Viejo Continente y llevar el sello “Bio” europeo. Justamente esta certificación dificulta la vida de algunos productores de otros continentes. “En el caso del Fair Trade hay estándares globales, pero en el del sello “Bio”, no”, indica Markus Arbenz, gerente de la agrupación de movimientos agrícolas ecológicos IFOAM.

Países como Argentina, Costa Rica e India han acordado con la Comisión Europea procedimientos de exportación simplificados. Otros, como China, son blanco de críticas con creciente frecuencia. Incluso agencias oficiales chinas sospechan que allí se puede comprar el sello “Bío”. El mayor escándalo de los últimos años en la materia lo protagonizaron sin embargo productores italianos. Se estima que vendieron al exterior mercadería con sellos falsificados por un valor de 220 millones de euros.

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Aún no se unifican los criterios de certificación a nivel global.Imagen: picture alliance / dpa

“Biomoda” de la India

India es el invitado de honor de este año en la feria Biofach, que se celebra en Núremberg. El país ha vendido tradicionalmente sobre todo té orgánico a Alemania. Pero ahora quiere sacar provecho de una nueva tendencia: la “bio-moda”. Así lo explicó el presidente de la Sociedad India de Fomento de la Exportación, Asit Tripathy. “El algodón orgánico es muy apreciado en Europa”, indicó. Y señaló que “ahora nos concentramos en dos campos: textiles y especias”.

Los consumidores alemanes gastaron el año pasado cerca de 6.500 millones de euros en productos orgánicos. Y Alemania seguirá dependiendo de los productores del mundo entero para poder cubrir su demanda de alimentos de alta calidad.

Autor: Matthias Rüd /Emilia Rojas

Editor: Pablo Kummetz