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¿Puede Italia cerrar sus puertos a solicitantes de asilo?

Doris Pundy
11 de junio de 2018

Italia le está cerrando sus puertos a los refugiados náufragos. La medida no es objetable en virtud del derecho internacional y podría conducir a un necesario acuerdo a nivel europeo.

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MV Aquarius en operación de rescate de refugiados en el Mediterráneo.
MV Aquarius en operación de rescate de refugiados en el Mediterráneo.Imagen: Reuters/T. Gentile

El ministro del Interior, Matteo Salvini, de la populista ultraderecha, cumple su promesa de campaña. Por primera vez, niega la entrada a un barco a un puerto italiano que ha rescatado a migrantes varados en el mar Mediterráneo. El barco "MS Aquarius" de dos organizaciones privadas de ayuda lleva 629 migrantes, incluidos más de 100 niños. Salvini insiste en que Malta debe recibir el barco. Después de dos días en el mar, España acordó aceptar a los migrantes.

Disputa sobre jurisdicción

De acuerdo con la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, o sea el Derecho Marítimo Internacional, los capitanes deben rescatar a las personas en peligro. "Lo que suceda después del rescate no es legalmente claro”, dice Stefan Talmon, profesor de Derecho Internacional de la Universidad de Bonn. Particularmente en el caso de los náufragos, la Ley Marítima deja muchas dudas.

El Mediterráneo, como cualquier otra área marina, está dividido en zonas de búsqueda y rescate, por lo que ciertos Estados asumen la responsabilidad. Si se realiza una llamada de emergencia en esta zona, el Estado responsable coordina el rescate. Lo que sucede después no está suficientemente regulado. Ningún país está obligado a dejar en tierra a los náufragos. "Hay una brecha regulatoria porque existe un compromiso de rescate pero no la obligación de admitir en tierra a los náufragos”, destaca Talmon.

Esto pone a los capitanes en una situación difícil, como sucedió con el buque de carga indio que 2001 rescató a 400 migrantes afganos del Oceáno Índico. Australia se negó a acogerlos y tuvo que esperar semanas en altamar hasta que los pudo dejar en isla de Nauru, donde Australia abrió un controvertido campo de refugiados.

Numerosas lagunas legales

La revisión de la ley marítima internacional es difícil. "Muchos estados, como Australia o Estados Unidos, no quieren comprometerse legalmente a aceptar a náufragos", dice el profesor de derecho internacional. Además, es controvertido si los náufragos deben incluso llevarse a un puerto.

La única estipulación legal es que las personas rescatadas deben ser llevadas a un "lugar seguro", explica. Si este lugar tiene que estar realmente en tierra, o si, por ejemplo, un barco grande o una balsa salvavidas para náufragos es temporalmente suficiente, tampoco está claramente definido.

Los puertos seguros en tierra también pueden ser puertos fuera de la UE, como Túnez o Egipto, agrega el profesor. Otras lagunas se derivan del hecho de que los buques de las ONG en alta mar no están en principio sujetos a la soberanía de un Estado y, por lo tanto, el Convenio Europeo de Derechos Humanos no es directamente aplicable.

Solidaridad, ¿una solución?

Una posible solución debería ser mostrar solidaridad con los países a lo largo de la frontera exterior de la UE y ayudar a aliviar la carga a Italia, Grecia o incluso Bulgaria, cree Pierre Vimont, exdipklomático de la UE y analista del taller de ideas Carnegie.

Ya en 2016, la Comisión de la UE hizo numerosas sugerencias para la implementación de un "reparto de cargas”. Así, por ejemplo, los países que no estén dispuestos a aceptar migrantes podrían proporcionar asistencia financiera a Estados con más refugiados. Promover proyectos de desarrollo directamente en África también sería una forma de aliviar la situación, dice Vimont, quien ve esto como "un deber de los mayores países de la UE, que hasta ahora han recibido relativamente pocos refugiados, como Francia o Gran Bretaña”.

Ahora que los ultraderechistas cogobiernan en Italia, Hungría y Polonia podrían verse obligados a darle una mano a sus correligionarios. Entre tanto, los refugiados se han buscado una ruta más segura para entrar a Europa: España. 

Doris Pundy (jov/er)