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¿Qué influencia tiene Arabia Saudita en Sudán?

Kersten Knipp
16 de abril de 2019

El Gobierno de Riad simpatiza con el Gobierno militar de transición de Sudán. Los observadores temen que aumente la influencia saudita en Jartum.

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Sudan Proteste in Khartum
Imagen: Getty Images/AFP/A. Mustafa

Tras la destitución del presidente sudanés Omar Al-Bashir, su sucesor en el cargo, el general Awad Ibn Auf, dimitió solo un día después de ponerse al frente del país. Ahora, el general Abdul Fatah al Burhan tomó el relevo y anunció reformas. Sin embargo, las manifestaciones de protesta continúan en las calles, exigiendo que se cumplan sus exigencias. La lucha entre la sociedad civil y el poder militar encara así la segunda semana tras la caída de Al-Baschir.

Más allá del Mar Rojo hay cierto nerviosismo por un posible resultado incierto. Tanto los  Gobiernos de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), como el de Arabia Saudita declararon este fin de semana que seguirían apoyando al ejército sudanés. "Los EAU apoyan los pasos dados por el Consejo de Transición sudanés para proteger a personas y propiedades. Esperamos que dichos pasos logren seguridad y estabilidad en esta nación hermana”, decía un comunicado publicado en Abu Dhabi. Desde Riad, también se defienden posiciones similares a favor de los pasos dados por el régimen militar: "Apoyamos al pueblo sudanés y esperamos que vuelva la estabilidad y la seguridad en la hermana Sudán”, decía una declaración publicada en medios estatales sauditas.

Papel de Riad en Sudán

Según el analista político Tobias Simon, Arabia Saudita interviene activamente en Sudán desde hace tiempo. "El Gobierno de Riad apoyaba el régimen anterior y compraba su complacencia”, explicó este experto en el cuerno de África. A principios de año, el régimen saudita envió a Al-Baschir cerca de 2.200 millones de dólares. Y en el marco de la guerra de Yemen, Sudán y Arabia Saudita mantienen aún estrechos lazos económicos y militares. Por ejemplo, la alianza internacional en Yemen contra los rebeldes huties combate bajo el mando de Riad. Al mismo tiempo, esas milicias rebeldes tienen relaciones con Irán, gran rival de Arabia Saudita en la región.

De acuerdo con el experto en Oriente Próximo David Kirkpatrick, en la guerra de Yemen participaron casi 14.000 mercenarios sudaneses hasta el año 2018. Por eso muchos catalogan este conflicto como una clásica guerra subsidiaria. "Sudán seguirá participando en esa guerra", aclaró Simon: "El general Burhan declaró que los soldados sudaneses siguen formando parte de la alianza internacional y esa es una de las razones por las cuales Arabia Saudita apoya al ejército sudanés”.

Rechazo al islam revolucionario

Por parte de los manifestantes, las declaraciones que llegan desde Riad fueron tomadas con cierto escepticismo. Es legítimo que Arabia Saudita quiera proteger sus intereses, explicó Ali Mhjoub Nathif, miembro del Partido Comunista de Sudán, a DW. No cree que el Gobierno militar vaya a tomar medidas independientes sobre política exterior: "Sabemos que el general Abdul Fatah al Burhan y otros están implicados en el envío de tropas sudanesas”, agregó Nathif: "Dichos grupos están vinculados a los intereses de Arabia Saudita”.

Según algunos  observadores, tanto los Emiratos Árabes como Arabia Saudita estarían persiguiendo otro objetivo en Jartum: "Ambos Estados tienen cierta aversión a movimientos que emanan del pueblo”, explica Karim Bitar, director de investigación del Instituto de Asuntos Estratégicos e Internacionales (IRIS) de París. "Les interesa mantener el statu quo. Temen que cualquier movimiento de protesta nacional genere un terremoto y contagie a otras regiones”.

En este cometido de reprimir un islam revolucionario, la posición de Arabia Saudita coincide con la de otros regímenes autocráticos y conservadores, como la del presidente egipcio Abdel Fattah Al-Sisi  frente a los Hermanos Musulmanes. Este grupo supo sacar patido de la revolución de 2011 y un año más tarde ganó las elecciones presidenciales. El presidente elegido entonces, Mohammed Mursi, fue depuesto con un golpe militar en 2013. Esta política de mano dura de Al-Sisi ha sido criticada internacionalmente. Por otra parte, también Arabia Saudita tienen antecedentes de represión contra los disidentes, tal y como lo evidenció el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en octubre de 2018.

Romper con el  pasado

Todavía está por verse qué apoyo le prestará Arabia Saudita a Sudán a partir de ahora. Podría ser que Riad mantenga una posición moderada, explica Simon. Sin embargo, los manifestantes seguirán protestando hasta lograr sus objetivos: "Quieren confiar el poder a un Gobierno civil”, continúa el analista. No solo pretenden impedir que el Gobierno de transición mantenga el poder durante un espacio de tiempo prolongado. También quieren evitar que los representantes del antiguo régimen puedan acceder a ocupar altas posiciones del Estado. "En pocas palabras, quieren romper con el pasado”, concluye.

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