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¿Qué le espera a la UE y a Alemania con Trump?

Martin Ganslmeier
18 de enero de 2017

Este 20 de enero, Donald Trump se convierte en el 45° presidente de Estados Unidos. Sus críticas a la UE, Alemania y la OTAN han desconcertado a muchos que no saben ahora qué tanto creerle.

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Donald Trump, una escultura de nieve, en Wenzenbach, Baviera.
Donald Trump, una escultura de nieve, en Wenzenbach, Baviera. Imagen: picture-alliance/dpa/A. Weigel

La economía y la política exterior van a determinar la política de Trump. "America First", los intereses de Estados Unidos serán su absoluta prioridad. Esto parece ser lo único claro, tras las contradictorias declaraciones del próximo inquilino en la Casa Blanca.  A pesar de décadas de cooperación mutua entre Washington y Bruselas, para Trump, la Unión Europea es una especie de artificio que afecta la economía de Estados Unidos. 

Trump es escéptico ante la UE, Naciones Unidas y otras organizaciones multilaterales. Donald Trump piensa en categorías de Estados-Nación que luchan solitarios por beneficios económicos propios. Trump cree en "acuerdos bilaterales”, pero no en que ambos socios deben obtener beneficios. Mientras que su predecesor, Barack Obama, alabó a la Unión Europea como uno de los mayores logros en la historia de Europa, Trump apuesta por que otros países abandonen la UE.

La experta en asuntos europeos Heather Conley, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un laboratorio de ideas con sede en Washington, cuenta con un "renacimiento de la relación bilateral entre EE.UU. y el Reino Unido”. No en vano "Theresa May visitará pronto Washington”, recuerda Conley.

Dividir para ganar

Mientras Obama advirtió a los británicos que en caso de un "brexit”, tendrían que ponerse a la cola para negociar un nuevo acuerdo comercial con Washington, Trump busca un rápido acuerdo con Londres, en probable detrimento de las relaciones comerciales entre Gran Bretaña y la UE. La estrategia de Trump es propiciar la enemistad entre socios, para sacar de ello el mejor partido.

Esto explica también las contradictorias declaraciones de Trump sobre la OTAN. Por una parte dice que la alianza de defensa transatlántica es "muy importante" y, por el otro, acusa a los demás miembros de "resguardarse, a expensas de Estados Unidos”, dice Heather Conley, exfuncionaria del Departamento de Estado bajo George W. Bush.

Amenazar para vencer

"¡Gasten más en su defensa!”, es el mensaje de Trump a los demás miembros de la OTAN, que además, en los últimos días ha tildado de "obsoleta”. Lo que también hace parte de su estrategia de amenaza y gana. Así logra concesiones que, de otra forma, un socio no haría. Como cuando Donald Trump era vendedor de inmuebles.

Angela Merkel no tiene que temer el aislamiento por su política frente a Ucrania, aunque Trump quiera una mayor cercanía a Putin. El Congreso de Estados de Unidos no va a aprobar la derogación de las sanciones contra Rusia.

"Tampoco un presidente electo se inmiscuye en los asuntos internos de otros países”, dijo el secretario de Relaciones Exteriores, John Kerry, aludiendo a las críticas de Trump a la decisión humanitaria de la canciller alemana Angela Merkel de acoger a refugiados de Siria e Irak. "A partir de este viernes 20 de enero”, advierte Kerry, "Trump tendrá que rendir cuentas por todo lo que diga y haga”.