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Referéndum en Venezuela: Chávez y la oposición luchan por los votantes indecisos

Evan Romero-Castillo (ERS)13 de febrero de 2009

Este domingo se celebrará en Venezuela un plebiscito con miras a aprobar o rechazar la modificación de cinco artículos constitucionales que permitiría la reelección ilimitada del presidente Hugo Chávez.

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Los venezolanos deben decidir.Imagen: AP

Que la venezolana es una sociedad políticamente polarizada es cosa sabida. Pero pocas veces se ha visto a los partidarios de Hugo Chávez y a sus opositores tan movilizados como ahora, cuando se acerca el día del referéndum a través del cual se aprobará o rechazará por mayoría simple la modificación de cinco artículos constitucionales que permitiría la reelección ilimitada del presidente de la república y otras autoridades –gobernadores, alcaldes y diputados, entre otras– elegibles por voto popular.


Ambas partes se han esmerado en persuadir a los numerosos indecisos y abstencionistas que podrían inclinar la balanza a favor o en contra de esta iniciativa promovida por la oficialista Asamblea Nacional de Venezuela. No es poca cosa la que está en juego este domingo 15 de febrero: para unos se trata de “ampliar los derechos políticos del pueblo venezolano, ” aprobando la aludida enmienda constitucional; para otros, de defender los pocos derechos políticos que a ese pueblo le quedan, evitando que los representantes del partido de gobierno se eternicen en sus cargos.


Klaus Bodemer
Prof. Dr. Klaus Bodemer.

Después de todo, son miembros de la coalición de partidos que apoyan a Chávez quienes están al mando de todas las instancias del aparato gubernamental, incluyendo aquellas que, por su jerarquía, deberían conservar una posición imparcial para proteger a los ciudadanos de posibles abusos del poder estatal, como el Consejo Nacional Electoral y el Tribunal Supremo de Justicia. “Chávez ha distribuido a sus seguidores en todas las instituciones. Él no puede centralizar aún más el poder; ya él ha concentrado todo el poder en sus manos”, comenta el Dr. Klaus Bodemer, ex director del Instituto de Estudios Latinoamericanos (ILAS, en inglés) de Hamburgo.


Este plebiscito es de vital importancia para los chavistas, quienes, tras una década en el gobierno, no han logrado hacer de eso que su líder denomina “socialismo del siglo XXI” un proyecto sostenible y necesitarían ganar tiempo; pero también lo es para el bando opuesto, de cuyo seno no ha salido todavía un dirigente político capaz de hacerle contrapeso a la carismática figura de Chávez – si el “NO” triunfa este domingo, la era Chávez llegaría a su fin en el año 2013 a pesar de la fragmentada oposición venezolana.


“La fuerza de Chávez radica en la debilidad de la oposición”, observa Bodemer. “La verdadera novedad es que entre los seguidores del presidente haya tantas voces criticando abiertamente su gestión, no solamente por su aspiración a ser reelegido más de una vez, sino por su estilo de mando y por el contenido de su programa político”, agrega el investigador especializado en las áreas de violencia, poder y seguridad.


Estas son las décimo cuartas elecciones en Venezuela desde la juramentación de Hugo Chávez como presidente en 1999; ese mismo año se aprobó por referéndum la nueva constitución nacional, extendiendo el período presidencial de cinco a seis años. Chávez fue reelegido como primer mandatario en los comicios extraordinarios de 2000 organizados para “relegitimar todos los poderes” y, luego, en las elecciones presidenciales ordinarias de 2006.


Turbios augurios


Demonstration in Venezuela gegen Chávez 3
Imagen: AP

“El plebiscito va a arrojar un resultado favorable a Chávez; pero, aunque las últimas encuestas que estudié mostraban a los partidarios de la enmienda constitucional con ocho puntos de ventaja frente a sus adversarios, no creo que la moción chavista triunfe con una mayoría de votos considerable”, dice Bodemer, secundado por el Dr. Jorge Gordín, investigador miembro del ILAS especializado en política del Cono Sur y de los países del área andina: “Hay una cantidad importante de electores indecisos. Se trata de casi dos millones de personas que usualmente se abstienen de votar, pero que, de decidirse a hacerlo, no votarían por el ‘NO' que promueve la oposición”.


El periodista Christoph Twickel describe escenarios a mediano y largo plazo en caso de que el “NO” se imponga este 15 de febrero: “Si se decide que Chávez no puede ser reelegido como presidente más de una vez, él tendrá que esforzarse en conseguir a un sucesor y abrirle camino para que se dé a conocer y gane popularidad. También es posible que aplique la estrategia de Vladimir Putin y apoye la candidatura presidencial de otro actor político en 2012, pero manteniéndose cerca del poder, en un segundo plano”, afirma el autor de la primera biografía de Hugo Chávez escrita en alemán.


“Yo no creo que Chávez pierda esta consulta, pero si lo hace, él aceptará los resultados como aceptó los del referéndum de 2007”, asegura Twickel sin rastro de ironía, probablemente olvidando que muchas de las enmiendas constitucionales que la mayoría de los votantes rechazó en el plebiscito de 2007 fueron aprobadas por decreto pocos meses después como si la consulta no hubiese tenido lugar, sembrando serias dudas en torno a la verdadera disposición del presidente venezolano a acatar la voluntad popular cuando ésta no se alinea con sus objetivos políticos.


Una simple pregunta


Demonstration in Venezuela gegen Chávez
Imagen: AP

Aunque se pide a los votantes que expresen su opinión con un simple “SÍ” o “NO”, la pregunta a plantearse en el plebiscito del venidero domingo es algo más que tendenciosa y cualquier cosa menos transparente. “¿Aprueba usted la enmienda de los artículos 160, 162, 174, 192 y 230 de la Constitución de la República, tramitada por la Asamblea Nacional, que amplía los derechos políticos del pueblo con el fin de permitir que cualquier ciudadano o ciudadana en ejercicio de un cargo de elección popular pueda ser sujeto de postulación como candidato o candidata para el mismo cargo por el tiempo establecido constitucionalmente, dependiendo su posible elección exclusivamente del voto popular?", reza la consulta en cuestión.


“Con este referéndum se busca eliminar una restricción que atañe tanto a las autoridades elegidas por voto popular como a los propios electores. Desde ese punto de vista, uno sí puede decir que las enmiendas propuestas en esta consulta amplían los derechos políticos del pueblo venezolano”, sostiene Twickel, agregando que no ve en ellas peligro alguno para la institucionalidad democrática. “De acuerdo, la pregunta está formulada de tal forma que favorece a quienes han promovido este referéndum; pero yo creo que los venezolanos son suficientemente astutos como para no caer en una trampa: si creen que su democracia necesita limitar el número de veces que un presidente puede ser reelegido, ellos votarán para expresar su convicción”, señala.


Los riesgos de la reelección ilimitada


“Si el pueblo alemán reelige a sus cancilleres tantas veces como le provoque, no veo razón alguna para negarle al pueblo venezolano esa posibilidad. ¿Por qué criticar la implementación de ese derecho en Venezuela con mayor severidad que en Alemania?”, pregunta Twickel, señalando que Helmut Kohl ocupó el cargo de canciller durante dieciséis años tras ser reelegido en tres ocasiones diferentes.


Wandmalerei: Kinder spielen im Armenviertel 23 de enero
Imagen: DW

“No es que los políticos venezolanos tengan menos derecho que los alemanes a la prerrogativa de la reelección ilimitada, sino que hay razones de peso para que las constituciones de los países suramericanos hayan establecido restricciones al ejercicio del poder de los jefes de Estado. También los primeros ministros del Reino Unido tienen la opción de postularse a la reelección un número indefinido de veces; pero ellos hacen uso de esta facultad porque en los sistemas parlamentarios existen suficientes mecanismos institucionales –más que en los regímenes presidencialistas de América Latina– para evitar la excesiva concentración de poder en manos de los gobernantes”, responde Gordín.


“Permitir la reelección ilimitada del presidente en Venezuela conduciría a una concentración del poder en manos del Ejecutivo que no sería beneficiosa para el orden democrático porque exacerbaría el hiperpresidencialismo ya vigente en el país”, añade el investigador del ILAS. “Aparte de Colombia, Venezuela es el único otro país de América del Sur en donde se está promoviendo una iniciativa como esa. Chile lo hizo en la época de la dictadura pinochetista; pero ninguna otra nación lo hace, porque esa moción es un elemento debilitador del orden institucional”.


Bodemer complementa la advertencia: “La aspiración a ser reelegido ilimitadamente contradice la noción de democracia representativa; pero a Chávez lo que le interesa es la democracia directa, eso que él llama ‘democracia socialista'. Él siempre dice: ‘Yo no dialogo ni con los partidos ni con la Asamblea Nacional, sino con el pueblo'. Pero por otro lado también dice: ‘Si el pueblo se pone en mi contra, estará también en contra de la democracia socialista'. Chávez está convencido de que el proyecto que se inició con él sólo marchará con él a la cabeza y con nadie más. Esa es la razón por la cual es visto como un caudillo autoritario. Y esa concentración horizontal y vertical de poder es antidemocrática”.


Segundo intento

Considerando que el pasado plebiscito tuvo lugar hace apenas catorce meses, cabe preguntarse si las circunstancias han cambiado lo suficiente como para que Hugo Chávez vuelva a llevar al pueblo a las urnas. “Chávez se ha dado cuenta de que cuando las elecciones giran en torno a su persona, él siempre ha contado con un enorme apoyo popular”, dice Twickel. “La caída de los precios del petróleo ha mermado el capital material, político y simbólico del gobierno venezolano y los otros gobernantes de América Latina se dan cuenta de que la posición de Chávez en Venezuela se ha debilitado. De ahí que él huya hacia delante e insista en organizar esta consulta”, afirma Bodemer.


Altes Chavez - Poster: der Präsident ist allgegenwärtig
Omnipresente.Imagen: DW

Ya en el referéndum de diciembre de 2007 los venezolanos votaron en contra de una propuesta que pretendía eliminar las restricciones constitucionales a la reelección indefinida del presidente, incluida dentro de un heterogéneo paquete de reformas. En aquel momento se especuló que Chávez había perdido respaldo porque hasta sus simpatizantes percibían la enmienda como un gesto antidemocrático y por el descontento que habría aflorado en las propias filas del chavismo al ver que su líder solamente sometería a plebiscito la posibilidad de su reelección ilimitada como presidente de la república.


Ahora, ciertas precauciones parecen haber sido tomadas: el 30 de noviembre de 2008, Chávez instó a sus incondicionales a solicitar un proceso de enmienda constitucional que le permitiera postularse por tercera vez como candidato presidencial en los comicios de 2012; pero el político venezolano replanteó su propuesta el 5 de enero de 2009 para extender el beneficio de la reelección a todas las autoridades elegidas por voto popular, según el diario español “El País”.


Está por verse si el carisma de Hugo Chávez es suficiente para convencer a la mayoría de los electores de darle un voto de confianza con implicaciones tan controvertidas.