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Reforma judicial polaca: Estado de derecho o hacer carrera

Agata Wojcieszak
15 de noviembre de 2017

La reforma judicial polaca causa alarma en la UE: el Parlamento Europeo debate sobre el Estado de derecho en Polonia, donde hay juristas que se oponen al control de la Justicia por parte del ministro de Justicia.

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Polen Protest gegen Justizreform in Warschau
Imagen: Reuters/K. Pempel

La actual reforma judicial repercute cada vez más en el sistema jurídico polaco, no solo en la labor de los jueces. El partido Ley y Justicia (PiS) del gobierno ultraconservador polaco sigue incrementando su influencia en la Justicia del país. El ministro de Justicia, Zbigniew Ziobro, por ejemplo, seguidor de la línea dura del presidente Jaroslaw Kaczynski, despidió sin motivo aparente a los magistrados del Tribunal y eligió a los nuevos candidatos a dedo. En la actualidad, la reforma judicial se halla en un callejón sin salida. El plan del PiS es que el ministro de Justicia también pueda influir en la formación del Tribunal Supremo, poniendo en peligro así la división de poderes.

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"Cuando pregunto a los colegas por su opinión sobre la reforma judicial, o no me dicen nada o solo balbucean. Tienen miedo”, afirma Jaroslaw Onyszczuk, fiscal de Varsovia de 47 años de edad y miembro de la junta directiva de la Asociación de Abogados, "Lex Super Omnia”, uno de los fiscales con más experiencia en el país.

Competencias peligrosas

Desde 2016, Ziobro tiene poder para influir en el sistema judicial polaco además de ser el fiscal general. En el caso de Onyszczuk, trabaja ahora en la posición más baja para un fiscal polaco. "Es como si la firma del ministro de Justicia hubiera echado por la borda mi labor de 20 años”, dijo el fiscal. No recibió ninguna justificación por su traslado. Mientras que antes coordinaba tareas importantes en el ámbito del crimen organizado, ahora se encarga de elaborar casos asignado normalmente a jóvenes que acaban de finalizar la carrera de Derecho: accidentes de tráfico, delitos por violencia, etc.

El fiscal polaco Jaroslaw Onyszczuk.
El fiscal polaco Jaroslaw Onyszczuk lucha contra el control judicial del PiS.Imagen: Privat

Algunos fiscales denuncian la situación

El caso de Onyszczuk no es una excepción: uno de cada tres fiscales en posiciones directivas sufre en la actualidad las mismas consecuencias, 144 en todo el país. El ministro de Justicia explicó la situación de la siguiente manera: "Ya pasó a la historia la época en la que se sientan en sus escritorios y se pasan los casos unos a otros”. Tiene que haber más personal en las posiciones subordinadas.

Sin embargo, los afectados no se conformaron y presentaron una demanda ante el Tribunal de Justicia Europeo. Estrasburgo sentenció que, por ahora, los tribunales polacos son los encargados del caso. Mientras a los fiscales con más experiencia se les releva de su posición, muchos jóvenes y sin experiencia suben como la espuma, sobre todo, los juristas afiliados al PiS. En un año, estos logran lo que otros necesitaron una década.

Protestar es también una opción

Onyszczuk cofundó "Lex Super Omnia" para establecer una fiscalía moderna, independiente de la política y poco burocrática. Desde 2017, se han inscrito solo 170 de los 5.800 fiscales polacos. "El porcentaje es muy bajo. La gente tiene miedo a perder su trabajo y a las consecuencias", dijo el fiscal. El presidente de "Lex Super Omnia", por ejemplo, Krzysztof Parchimowicz, criticó en una entrevista el aire enrarecido, la suciedad y la carencia de espacio. Además, dijo que era muy difícil localizar a sus superiores. Poco después, se le aplicó un proceso disciplinario.

Pero no todos quieren luchar contra esta situación. Desde la reforma judicial polaca, muchos fiscales se han prejubilado o están de baja por enfermedad. Por lo que el trabajo se acumula y las horas extras laborales aumentan. Para el gobierno polaco, lo más importante es demostrar a la población que su reforma judicial es eficiente.

Onyszczuk, por su parte, explicó que "me he comprometido como fiscal para servir a un sistema dentro del Estado de derecho. Si todos los que piensan de otra manera, se van, entonces estamos desaprovechando la última oportunidad para mejorar o, por lo menos, para ofrecer resistencia”. 

Autora: Agata Wojcieszak (RMR/VT)