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Refugiados: Merkel y el acuerdo con Baviera

Marcel Fürstenau
9 de octubre de 2017

Tras el acuerdo sobre política de inmigración entre la CDU de Merkel y su partido hermano de Baviera, la CSU, la Comisión de la UE alabó lo pactado, mientras la organización Pro Asyl se mostró espantada.

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Deutschland Registrierung von Flüchtlingen
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Weigel

Si se da crédito a lo que dicen sus líderes, la Unión Cristianodemócrata (CDU) y la Unión Cristianosocial (CSU) superaron la pugna sobre política de inmigración que arrastraban desde la "crisis de los refugiados” de 2015. Cuán solido es el acuerdo se verá más adelante, en las negociaciones para formar coalición de gobierno con liberales y verdes.

Según lo acordado, la cantidad de personas que llegan a Alemania en busca de asilo o de trabajo, no debería superar los 200.000 al año. Merkel señaló que había reflexionado largamente sobe cómo conjugar los deseos de la CSU de poner un tope a la acogida, con su propia postura, ya que para ella es "muy importante” garantizar el derecho fundamental al asilo. Un derecho que no admite limitaciones.

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El jefe de la CSU, Horst Seehorfer, destacó por su parte que lo principal no era la terminología, sino el contenido del acuerdo. Y mencionó un pasaje sobre la voluntad de reducir sostenidamente la cantidad de personas que llegan al país como refugiados.

Pero Merkel dejó en claro que no habrá un límite férreo a la entrada de refugiados. Indicó que si la cifra de 200.000 personas al año es rebasada debido a situaciones imponderables, internacionales o nacionales, el Gobierno y el Parlamento corregirán dicha meta.

Berlin PK Merkel Seehofer Union einigt sich auf Kompromiss im Flüchtlingsstreit
Merkel y Seehofer ponen fin a su disputa.Imagen: picture-alliance/dpa/M. Kappeler

Tanto Merkel como Seehofer se mostraron convencidos de que en adelante funcionará mejor y más rápidamente el envío a sus respectivos países de aquellas personas cuyas solicitudes de asilo hayan sido rechazadas.

Loas y críticas

La reacción al acuerdo fue dispar. Un portavoz de la Comisión Europea calificó de "extremadamente positivo” el hecho de que un país que ya ha recibido a más de un millón de refugiados esté dispuesto a dar la bienvenida a otras 200.000 personas al año. Sin embargo, no quiso evaluar el acuerdo jurídicamente, recordando que todavía no se trata de una política oficial del gobierno.

En el Vaticano, el Papa Francisco se refirió al tema de la migración en una audiencia privada con el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier. El jefe de Estado alemán señaló que el Pontífice había manifestado su respeto por la forma en que Alemania asumió su responsabilidad ante la crisis de los refugiados. Y agregó que había expresado también "su esperanza de que Alemania no dé la espalda a un problema que nos seguirá acompañando”.

Otro fue el tenor de la reacción de la organización Pro Asyl, que habló de un "regateo indigno”. Según su gerente, Günter Burkhardt, se presentó a la opinión pública "una solución reñida con los derechos humanos”, que les permitió a los políticos no perder la cara, a costa de quienes necesitan protección.

Autor: Marcel Fürstenau (ERS/VT)