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RSF: el BND socava la libertad de prensa

Klaus Dahmann
27 de febrero de 2017

El Servicio Federal de Inteligencia (BND) habría vigilado a periodistas extranjeros desde 1999. Para el director general de Reporteros sin Fronteras, Christian Mihr, esto viola la Constitución.

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Deutschland BND Abhörskandal Symbolbild
Imagen: picture-alliance/chromorange

DW: La revista Der Spiegel informó que el Servicio Federal de Inteligencia (BND) ha vigilado durante años a distintos periodistas. ¿Lo sorprendieron estas revelaciones?

Christian Mihr: Lamentablemente no. Reporteros sin Fronteras ha estado investigando desde hace años la vigilancia masiva y los riesgos que esto conlleva para la libertad de prensa y el periodismo. Hace tiempo temíamos que el BND, en el marco de este masivo filtrado de informaciones, también vigilara a periodistas de forma colateral. Pero el hecho de que el BND haya realizado, aparentemente, una vigilancia específica de periodistas, es algo fuerte, pero no del todo sorprendente.

Según Spiegel, el BND espió conexiones telefónicas de la agencia Reuters, del New York Times y de la BBC, entre otros, en Afganistán, Pakistán y Londres. ¿Qué cree usted que se busca?

Una interpretación es que el BND sospeche que los periodistas que trabajan en esos países podrían manejar información sobre terroristas. O quizás también sobre los movimientos migratorios.

Recopilar ese tipo de información es parte del trabajo de una agencia de inteligencia.

Las autoridades deben descubrir los planes de los terroristas. Pero el trabajo de los periodistas es asegurarse de que sus fuentes pueden estar tranquilas, porque su anonimato se respetará. De lo contrario, la relación de confianza entre la fuente y el reportero se puede romper, y la protección de la fuente es algo fundamental en el periodismo. Cuando el BND ignora esto, estamos ante una tendencia peligrosa. Y el Gobierno federal contradice con ello uno de sus principios fundamentales: Alemania era, junto con Brasil, uno de los países que ha puesto énfasis en el respeto al derecho humano a la privacidad, y se ha comprometido internacionalmente a ser guardián de ello. Esta imagen ahora queda destruida.

El director general de Reporteros sin Fronteras, Christian Mihr
El director general de Reporteros sin Fronteras, Christian MihrImagen: Reporter ohne Grenzen e. V.

El pasado mes de octubre, el Gobierno federal redefinió las competencias de los servicios de inteligencia alemanes en el exterior. Usted calificó la ley del BND antes de que fuera aprobada por el Bundestag como "violación de la Constitución anunciada". ¿Por qué?

Según esta legislación del BND, los ciudadanos y también los periodistas de fuera de la UE podrían ser totalmente vigilados, mientras que los alemanes quedarían protegidos por ley [para otros países de la UE, se permite una vigilancia acotada - nota de la redacción]. Esta ley del BND reconoce a ciertas personas un derecho humano que a otras no, a pesar de que los derechos humanos son inalienables e indivisibles.

Y acá surge un problema técnico: esta separación es, en la práctica, imposible. Un buen ejemplo es la investigación sobre los papeles de Panamá: sin un trabajo conjunto transnacional, esas revelaciones habrían sido imposibles, y los periodistas alemanes trabajaron a la par con colegas de todo el mundo. Los datos de los periodistas alemanes no podrían, según la ley, ser almacenados, pero al vigilar a un reportero pakistaní, con toda seguridad también quedarían archivadas las conversaciones de ese periodista con su colega alemán. Por ello esta diferencia no debe tener lugar, porque es inconstitucional. Y eso no lo dice Reporteros sin Fronteras, sino renombrados expertos constitucionalistas.

La Sociedad para la Libertad ha presentado un recurso de inconstitucionalidad de esta ley en nombre de, entre otros, Reporteros sin Fronteras. ¿Qué esperan de esto?

Las críticas a esta ley han sido, desde un principio, casi unánimes. Y no solo de organizaciones de derechos humanos y de periodistas, sino también de parte de tres relatores especiales de Naciones Unidas. Y eso es muy inusual. Normalmente, los relatores especiales de la ONU se preocupan de monitorear a países donde la situación de los derechos humanos es bastante peor que en Alemania. Estamos muy optimistas de que el recurso será exitoso.