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Habeck y sus ambiciosos planes contra el cambio climático

Jens Thurau
11 de enero de 2022

Los planes del ministro alemán de Economía y Clima, Robert Habeck, para dar impulsar el cambio energético, abren el apetito por las controversias políticas que vendrán tras la paralizante pandemia, opina Jens Thurau.

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Robert Habeck, ministro aléman de Economía y Clima.
Robert Habeck, ministro aléman de Economía y Clima.Imagen: Kay Nietfeld/dpa/picture alliance

En Alemania, actualmente se puede tener la impresión de que la pandemia está paralizando la voluntad política de las autoridades. Nada es más importante que las campañas de vacunación, las restricciones, las mascarillas y la distancia. Y es que, al fin y al cabo, es importante controlar por fin la pandemia.

Sin embargo, el nuevo ministro alemán de Economía y Clima, Robert Habeck, del partido los Verdes, ya se atreve a centrarse en un tema de su especialidad: la reducción de los gases de efecto invernadero. Por supuesto, con medidas -como él mismo dice- "mega-ambiciosas". Ahora, Habeck ha presentado los primeros pasos para la protección del clima en Berlín. Aunque se aplique solo una parte de las medidas, se podrá hablar con seguridad de una transformación completa de importantes infraestructuras y sectores económicos del país. Y en un tiempo récord.

Lo dice en serio

Multiplicar el número de aerogeneradores y sistemas solares,  reconvertir la industria del carbón al hidrógeno como fuente de energía, 15 millones de coches eléctricos para 2030, dar prioridad a la expansión de las energías renovables o la protección de los bosques son solo algunos de las muchos planes que Habeck citó ante la prensa. En los últimos 30 años, la cuota de las energías renovables ha pasado de cero a representar actualmente el 42 por ciento de la generación de electricidad. Ahora, Habeck quiere volver a conseguir el mismo aumento para 2030, es decir, en ocho años. En lugar de 30.000 aerogeneradores, como hay ahora, debería haber unos 100.000. Y la superficie necesaria para ello se va a cuadruplicar. 

Jens Thurau, periodista de DW.
Jens Thurau, periodista de DW.Imagen: DW

En sus años como líder de los Verdes en la oposición y como invitado frecuente en programas de televisión, Habeck parecía siempre un profesor melancólico, dudando de sí mismo y de sus tesis. Ahora ya no hay rastro de ello. Habeck se toma en serio la protección del clima y quiere actuar. No se detiene mucho en recordar lo hecho por el Gobierno de Angela Merkel, en el que los gases de efecto invernadero en Alemania habían vuelto a aumentar hasta que la pandemia asfixió la economía.

Mirar hacia adelante es un acierto, porque Habeck sabe que la gigantesca transformación del país solo puede tener éxito si se suma el mayor número posible de ciudadanos, empresarios y representantes locales. Incluso los que pertenecen al partido de derecha CDU o al conservador CSU. Habeck sabe que no puede iniciar un proyecto de tal envergadura en solitario con su partido, que solo obtuvo un 15 por ciento de los votos en las elecciones generales pasadas.  Habeck irradia ganas de luchar contra el cambio climático.

Críticas desde todos los frentes

Y también espera mucho de sus propios partidarios: el núcleo de sus planes, la expansión de las centrales eólicas y solares, es de "interés público primordial". ¿Más importante que, por ejemplo, la protección de los bosques? ¿Deben construirse aerogeneradores en zonas despejadas o no es mejor reforestar? Para Habeck, esto está claro: ¿de qué sirve todo esp -dice-, si el cambio climático acaba destruyendo el bosque? Por eso, sería mejor construir aerogeneradores ahora. Habeck también es un político "proindustria”, pero verde. Y tiene que estar preparado para recibir muchas críticas de todas partes. 

También ha hablado de una nueva relación entre la ciudad y el campo cuando pronto se genere aún más energía en todas las provincias, principalmente para los habitantes de las ciudades. Puede que sea cierto lo que dice, pero aquí tiene uno de los posibles escollos para sus audaces planes: en este momento, las turbinas eólicas no son muy populares en muchos estados federados de Alemania, y Habeck puede estar sobrevalorándose cuando dice que quiere visitar en persona el mayor número posible de regiones para convencer a la gente. Las protestas contra los aerogeneradores no solo las plantean los populistas de derechas, sino también muchos protectores de la naturaleza.

Tiempos políticos emocionantes

Habeck habla, además, de querer crear solidaridad en la sociedad con un nuevo tono en el tema de la protección del clima. Eso suena bastante ingenuo cuando se sabe, por ejemplo, que en el este del país los populistas de derechas ya se están preparando para reunir votos después de la pandemia con una postura contraria a la protección del clima. Y seguramente tendrán éxito.

Otro problema podría ser la falta de trabajadores calificados en Alemania: las plantas eólicas y solares modernas necesitan expertos para su construcción y mantenimiento. Por el momento, son difíciles de encontrar. Y otra debilidad potencial importante es el ritmo de Habeck. Se supone que todo debe hacerse al mismo tiempo, todo para 2030, en en paralelo. Y eso es caro.

Pero, aún así, cuando la pandemia con todas sus imposiciones haya terminado, o al menos se haya mitigado tanto que la gente vuelva a mirar hacia adelante, entonces habrá un "megaproyecto” que se podrá discutir apasionadamente y que, con suerte, conducirá a una solución. Quizá vengan tiempos políticos emocionantes en Alemania después de la pandemia.

(ct/er)