Salsipuedes en Berlín

La cinta termina con el mismo plano con el que comienza aludiendo a que todo seguirá igual. Se ve a Carmen, interpretada por Mara Santucho, ensimismada dentro de un automóvil del que no quiere salir. Afuera se encuentra su marido, Rafa, Marcelo Arbach al principio ocupado montando una tienda de acampar (al final desmontándola).

En la escena inicial ella se mira en el espejo un ojo que no puede ver el espectador. Rafa entra en el coche y le insiste en que baje animándola cariñoso y diciéndole que la naturaleza está tan hermosa. Ella sigue ensimismada  e indiferente y él va perdiendo la paciencia. A la violencia verbal le sigue un golpe de puño a la lámina del vehículo. El sonido de trueno y la expresión de los personajes convierten al idilio en infierno. “Ve y aseguráte si hay agua ahora que viene tu vieja”, ordena Rafa. Al salir del coche a Carmen se le ve el ojo, que parece golpeado.

Una luz de esperanza es la llegada de su madre, (Mariana Briski) y de su hermana Cocó (Camila Murias), a las que Carmen cuenta que el ojo rojo es porque se cayó de la bicicleta. La madre no pregunta más y le pone una crema que según ella todo lo tapa.

Guión dibujado

El primer largometraje de Mariano Luque, de 26 años,  comenzó a tomar forma en 2008 cuando esbozó un guion dibujado basado en el entorno de Córdoba, su ciudad natal. “Quería trabajar la violencia no como algo explícito sino como una amenaza escondida”, dijo el cineasta tras la proyección de la cinta en la sección Forum de la Berlinale, dedicada al cine de autores jóvenes.

El director y autor del guión muestra esa violencia escondida cuestionando el estereotipo del carácter cordobés, hombres considerados simpáticos y bromistas, que hablan con metáforas y con bromas pesadas mezcladas con machismo. Así se ve a Rafa que hace comentarios que a Carmen le parecen vulgares. Después de un día de relativa tranquilidad su madre y su hermana se van y Rafa vuelve al ataque.

“La madre y la hermana se convierten en cómplices de esa violencia, porque aparecen y desaparecen sin hacer una elección. Su decisión es no ayudar y aunque la hermana se acerca un poco más, no así la madre que en un gesto conservador deja todo como está”, afirma Luque.

Todo sigue igual

El cineasta, autor de tres cortometrajes, Florida (2008), Involución (2009) y Secundario (2010), reconoce que no quería un final feliz que sería la huída de ella, o exagerado si él fuera aún más violento. “No quería que fuera muy fácil para ella salir”.  Salsipuedes es el nombre de una localidad en el norte de Argentina, que hace un juego de palabras con la situación de ella. “Quería terminar la película con el mensaje de que todo seguiría  igual”, dice Luque.

La cinta de bajo presupuesto alterna entre tomas cercanas de los personajes y movimientos de cámara que hacen lucir el paisaje fuera de foco. El debut de Luque conjura una atmósfera sofocante en la que el espectador siente una creciente desazón ante la constante amenaza de violencia ante la que no hay escapatoria.

 Autora: Eva Usi

Editor: Enrique López