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Santuario de osos

14 de marzo de 2017

En el Santuario de Osos de Pristina, en Kosovo, viven osos pardos rescatados de un largo cautiverio. Aquí aprenden de nuevo a comportarse como osos salvajes, aunque tampoco pueden ser del todo libres.

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Braunbär auf einem Baum, im Reservat in Pristina, Kosovo
Imagen: Elian Hadj-Hamdi


Mal golpea el delicado y joven tronco de un árbol, haciendo temblar su copa. Se encuentra en una exuberante ladera verde, no lejos de la capital de Kosovo, Pristina. El oso, que pasó la mayor parte de su vida encerrado de forma inapropiada, es uno de los 19 ejemplares que actualmente es atendido en el Santuario de Osos de Pristina.

El santuario, construido por la organización Four Paws, el Ministerio de Medio Ambiente de Kosovo y el Municipio de Pristina, abarca una superficie de 16 hectáreas en un valle verde cerca del lago Badovc. El recinto se divide en varias zonas permanentes y espaciosas, así como en seis estancias temporales de familiarización, que intentan recrear las condiciones de vida silvestre. Asimismo, el lugar cuenta con varias cuevas, zonas forestales, bosques de sombra y estanques.

El oso pardo se encuentra entre los carnívoros más grandes del mundo. Un ejemplar adulto apenas tiene enemigos excepto el ser humano, que con su actividad ha contribuido mucho a su disminución, cazándolos y destruyendo su entorno. Se estima que aún habitan entre 185.000 y 200.000 ejemplares de oso pardo en el mundo. Es por ello que, a diferencia de otras especies de oso, como el oso malayo o el oso perezoso, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) no considera que el oso pardo esté en riesgo de extinción y lo cataloga como de "menor preocupación”.

Brown bears drinking in sanctuary, Pristina, Kosovo
Imagen: Elian Hadj-Hamdi
Brown bear santuary, Pristina, Kosovo
Imagen: Elian Hadj-Hamdi

Para el ser humano, el oso pardo simboliza la fuerza y la resistencia. De manera que a menudo son los héroes de los cuentos de hadas y leyendas. Sin embargo, la relación entre humanos y osos no siempre ha estado marcada por la admiración. La muerte y los malos tratos también son parte de la historia. Ya en el Imperio Romano los osos tenían que competir entre sí peleas de exhibición. Incluso hoy en día, es popular el uso de osos en ferias y circos, especialmente en Europa del Este, Rusia y Asia.


En las afueras de Pristina todavía se pueden encontrar huellas del maltrato de osos. Visible desde la autopista, una valla publicitaria con la silueta de un oso señala el camino a un restaurante. Al lado del aparcamiento del establecimiento hay una jaula de oso destrozada. Aunque ahora está vacía, no hace mucho tiempo, aquí vivían cinco osos en unas condiciones inadecuadas. Los osos, utilizados como atracción, debían recibir con saludos a los comensales del restaurante.

Restaurant with cages for Bears, Kosovo
Imagen: Elian Hadj-Hamdi

En junio de 2013, Four Paws inició el desalojo de osos de viviendas privadas tras finalizar la construcción de algunos de los primeros recintos del santuario. Entre los osos rescatados también se encontraban los cinco osos del mencionado restaurante. Uno de ellos es Mal. Los otros se llaman Anik, Ero, Hana y Mira. Con el apoyo de la policía y de unidades militares, un total de 16 osos fueron rescatados. Todos ellos viven ahora en la reserva protegida.

Los animales son esterilizados una vez que llegan al santuario para evitar que se reproduzcan, ya que el recinto solo tiene capacidad para un cierto número de ejemplares. Pero, ¿por qué no simplemente liberarlos?

Brown bear at the Bear Sanctuary Pristina, Kosovo
Imagen: Elian Hadj-Hamdi

Los osos tienden a vivir de forma nómada, por lo que no se quedan mucho tiempo en un único lugar. Así, su hábitat puede abarcar varios cientos de kilómetros cuadrados. En la reserva simplemente no hay tanto espacio. Asimismo, los animales tampoco pueden ser liberados al medio natural, ya que más de la mitad de los casi 11.000 km² de superfície de Kosovo se destinan a la agricultura. Además, teniendo en cuenta la densidad de la población y del ganado en las zonas rurales, su liberación probablemente daría lugar a un conflicto entre la comunidad local y los osos.

Muchos de los osos fueron capturados siendo cachorros y crecieron enjaulados entre humanos, por lo que nunca aprendieron su comportamiento natural salvaje (como la hibernación durante los meses de invierno o la búsqueda de alimento). Por este motivo, uno de los objetivos del santuario es fomentar el comportamiento natural de los osos.  

El comportamiento aprendido de los osos se puede cambiar a través de la comida, ocultándola en su entorno o entre los juguetes. Esto es un desafío para los animales que se ven obligados a utilizar sus sentidos para encontrar el alimento. El objetivo es que aprendan una conducta más natural, pero no es tarea fácil. Además, la mayoría de los osos normalmente sufre una desnutrición severa en cautividad y los problemas relacionados con la alimentación también incluyen lo que comen. De este modo, aunque los osos son carnívoros, a menudo la carne no es su principal fuente de alimento, por lo que el menú del santuario tiene que adaptarse a sus necesidades.

Food for Brown Bears – Bear Sanctuary Pristina, Kosovo
Imagen: Elian Hadj-Hamdi

En el transcurso de un año, un oso puede consumir alrededor de 3.300 kilos de fruta y casi una tonelada de verdura, seguido de pan y carne. También comen diferentes tipos de nueces, pienso para perro y, sí, la miel completa el resto de la dieta de un oso.

Actualmente, en Kosovo ya no quedan hogares privados reteniendo osos. Por ello, Four Paws está expandiendo su trabajo a Albania, donde se calcula que 50 osos viven en malas condiciones y son explotados como atracción.

Brown bear feeding, Bear santuary, Pristina, Kosovo
Imagen: Elian Hadj-Hamdi

En cooperación con las autoridades del país, a finales de 2016 fueron rescatados los primeros cinco osos. Tres de ellos se encuentran en el Santuario de Osos de Pristina. Los otros dos, Luna y Jeta, actualmente viven en el zoológico de la capital de Albania, Tirana, pero pronto se trasladarán a Kosovo.

Autor: Elian Hadj-Hamdi (AR)