1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Segunda oportunidad

16 de abril de 2012

En Alemania, los jóvenes que pertenecen a clases sociales más vulnerables son propensos a abandonar el colegio más que en ningún otro lugar del mundo. Una escuela de calle en Mannheim les otorga una segunda oportunidad.

https://p.dw.com/p/14ekh
picture-alliance/Frank May
Imagen: picture-alliance/Frank May

En un pequeño salón de clase decorado con cartulinas, Marco está practicando inglés junto a su profesor para rendir sus últimos exámenes. De gorro y pantalones gastados, Marco aparenta ser un alumno de colegio común y corriente si no fuera por sus 22 años de edad. Alguna vez en su vida tuvo la decisión de abandonar sus estudios, así como hoy tiene la determinación de terminarlos.

En su juventud estuvo muy ocupado con sus cuestiones personales pero ahora que está „en paz consigo mismo“, dice Marco, se puede concentrar mejor en su objetivo. „Es el momento indicado para regresar al colegio“, dice Marco y agrega que su materia preferida son las matemáticas porque le gusta la lógica que éstas implican.

Mannheim Strassenschule
Marco (al centro) quiere continuar sus estudios en la universidad.Imagen: DW/Kate Hairsine

Si Mahoma no va a la montaña…

La escuela de Marco está localizada en el sótano de un albergue juvenil llamado „Freezone“, donde los „sin techo“ y jóvenes en situación de desventaja tienen la posibilidad de comer, dormir y ponerse al día con el estudio que alguna vez abandonaron.

„No importa cómo, tenemos que encontrar la forma de acercarles al colegio“, dice Andrea Schulz, gerente y trabajador social que junto a sus colegas desarrolló la idea de un colegio para chicos de la calle, algunos años atrás.

Los alumnos que asisten a la escuela callejera de Mannheim pueden inscribirse en cualquier momento, no tienen que esperar al inicio del año escolar. No existen planes de estudio, exámenes de ingreso ni profesores parados frente a una pizarra.

La enseñanza es personalizada, tanto los profesores como las clases se adaptan a las necesidades de cada uno de los diez alumnos inscritos. Las clases duran tres horas: de 5 a 8 de la tarde. Ute Schnebel, profesor universitario y coordinador de la escuela callejera de Mannheim, insiste en que „estos jóvenes han tropezado ya con la piedra del sistema educativo, no hay razón para confrontarlos nuevamente con este problema“.

Seis de los alumnos planean rendir sus exámenes al final del año escolar. Una de ellas, Katura, tiene diecisiete años y asiste a la escuela de calle desde hace 10 meses. „El colegio es muy importante si quiero conseguir un mejor empleo y así un mejor futuro“, admite ella.

Mannheim Strassenschule
El entorno educativo de esta escuela es fuera de lo común..Imagen: DW/Kate Hairsine

Abrir la mente

Muchos de los profesores de la escuela callejera son estudiantes universitarios que se ofrecen voluntariamente para impartir clases por las tardes.

„Los profesores son muy amables“, dice Diane mientras toma un respiro de su clase de gramática inglesa. „Además son jóvenes, y mientras más jóvenes, mejor comprenden nuestro origen y nuestros problemas. La gente mayor no suele entender a los jóvenes y allí es donde comienzan los problemas“.

Diane, con sólo quince años, es la alumna más joven de la escuela. „Soy ambiciosa y me gustaría poder vivir mejor en un futuro, siendo independiente. Haré lo que sea para alcanzarlo“.

Al final, Diane, profeta en su tierra, nos deja un mensaje: „Nunca es tarde para terminar el colegio“.

Autora: Kate Hairsine (tp)

Editor: Enrique López