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Siete pasos hacia el CETA

Bernd Riegert (ERC/ERS)22 de septiembre de 2016

Los ministros comunitarios de Comercio se pronunciarán este viernes (23.9.2016) sobre el tratado de libre comercio entre la UE y Canadá. Conocido por las siglas CETA, ese pacto está a siete pasos de verse consumado.

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Imagen: picture-alliance/dpa/S. Stein

Tras cinco años de negociaciones, el tratado de libre comercio entre la Unión Europea y Canadá está listo para ser firmado. Ottawa, Bruselas y la federación de empresarios comunitarios Business Europe describen el Acuerdo Integral de Economía y Comercio (CETA, en inglés) como el mejor pacto jamás presentado, y esperan que el intercambio de mercancía aumente un 23 por ciento. En cambio, sus detractores advierten que la suscripción de ese convenio pone en peligro tanto los estándares europeos en materia de servicios y protección al consumidor como los intereses de los trabajadores a ambos lados del Atlántico.

Primer paso: el voto de los ministros de comercio europeos

Este viernes (23.9.2016), en la capital de Eslovaquia, la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, le recomendará a los ministros comunitarios que voten a favor del CETA. Es posible que los representantes de Austria, Bélgica, Bulgaria y Rumania se pronuncien en contra; pero ellos serían minoría y en este caso la unanimidad no es necesaria para darle luz verde.

Segundo paso: el voto del Consejo de la Unión Europea

Dado que la de Bratislava es una ronda informal, a mediados de octubre se reunirá el Consejo de la Unión Europea para que los ministros de los países comunitarios le den el visto bueno al CETA y definan oficialmente qué segmentos del tratado pueden entrar en vigor “provisionalmente”. Está por verse si se activarán tribunales comerciales ordinarios para aclarar disputas entre Estados y empresas.

Tercer paso: la suscripción del CETA

La ceremonia para la firma del Acuerdo Integral de Economía y Comercio entre la UE y Canadá ha sido pautada para el 27 de octubre. El documento vinculante será suscrito por el presidente de la Comisión Europea, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau. Después comenzará el proceso de ratificación del convenio tanto en el bloque comunitario como al otro lado del Atlántico.

Cuarto paso: la ratificación del Parlamento Europeo

En nombre de los ciudadanos comunitarios, los europarlamentarios someterán a votación la ratificación del CETA entre diciembre de 2016 y enero de 2017. Una mayoría simple decidirá la suerte del tratado; de momento, todo apunta a que será aprobado. Las fuerzas conservadoras y liberales respaldan la entrada en vigor del pacto. Los Verdes y la izquierda lo rechazan. Los socialdemócratas se muestran divididos.

Quinto paso: la ratificación de los Estados europeos

Rechazando la recomendación de la Comisión Europea, los Gobiernos de los países comunitarios votaron a favor de que el CETA fuera un tratado “mixto”; es decir, que toca competencias de la UE, como bloque, y de sus socios, como actores autónomos. De ahí que todos los miembros de la UE deban ahora ratificar el pacto. Si fuera un tratado ordinario, los europarlamentarios tendrían la última palabra.

Este proceso durará por lo menos dos años. Y es que en algunos países la ratificación del CETA será sometida a votación en las regiones (Bélgica) y Estados federados (Alemania). Cerca de cuarenta cámaras nacionales y regionales se pronunciarán sobre el tratado antes de que éste pueda entrar en vigor. Además, en teoría, basta un “no” para impedir la ratificación del convenio comercial UE-Canadá.

Sexto paso: las demandas contra el CETA

A finales de agosto, Thilo Bode, fundador de la organización Foodwatch, lideró la iniciativa de entablar una demanda contra el CETA ante el Tribunal Constitucional de Alemania, en Karlsruhe, por considerarlo “un peligro para la democracia”. Lo más probable es que esa corte emita su veredicto antes de la cumbre UE-Canadá de octubre; pero demandas similares pueden multiplicarse ante la Corte de Justicia Europea.

Séptimo paso: pronunciamiento de Canadá

No se prevén grandes obstáculos para la ratificación del acuerdo en las dos cámaras del Parlamento canadiense. Sin embargo, la izquierda y los sindicatos locales le siguen ofreciendo tanta resistencia al tratado como sus homólogos europeos. Los últimos perciben al CETA como un mal menor en comparación con el tratado de libre comercio entre la UE y Estados Unidos (TTIP), pero no por eso dejan de hacer campaña en su contra.