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Sube la tensión en la ruta de los Balcanes

Zoran Arbutina / Sinisa Bogdanovic (JAG/CP)30 de septiembre de 2015

La crisis de los refugiados provoca tensiones entre los países en el sur de Europa que, además de bloquear fronteras y poner alambradas, también se enfrentan a la campaña electoral.

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Imagen: picture-alliance/AP Photo/D. Vojinovic

En el sur de Europa no se recuerdan cruces de palabras tan fuertes desde la guerra de Yugoslavia. “Serbia y Hungría están urdiendo un complot contra Croacia”, asegura el jefe de Gobierno croata, Zoran Milanovich. Se quiere expulsar a los refugiados y se los desvía a través de Croacia, acusa el premier a su vecino serbio.

Hasta ahora llegaron unos 85000 refugiados al país. La mayoría continúa hacia Hungría o Eslovenia. Pero, aun así, siguen siendo una carga, piensa Milanovic, que decidió cerrar la frontera a los vehículos serbios: “Serbia es un país que no funciona”, puntualizó. Para el premier serbio Aleksandar Vucic, la decisión, además de “incivilizada”, es una “declaración de odio a Serbia”. Y tras cerrar la frontera con Croacia, su ministro de Exteriores envió una nota de protesta al país comparándolo con fascistas, a la vez que algunos medios serbios lo calificaban de “idiota”.

Portada del diario serbio Kurir.
Portada del diario serbio Kurir.Imagen: Vijesti.rtl.hr

Por su parte, el gobierno húngaro también protestó ante Croacia por su propuesta de enviar refugiados al país. Además, Budapest comenzó a cerrar la frontera croata con alambradas después de haber cerrado la serbia e informó también de sus intenciones de cerrar la de Eslovenia. Afirmaciones a las que el país alpino respondió diciendo que obligará a regresar a la vecina Croacia a todos los que vengan sin documentos válidos.

“La tensión indica que los gobiernos de la región están superados por la llegada de refugiados”, aclara Sandro Kenezevic, del Instituto de Desarrollo y Política internacional de Zagreb. "Si no pueden controlar la situación –y aparentemente no pueden - es fácil acusar a otro, y es lo que están haciendo”, dice Kenezevic a DW: “Al no tener influencia en la crisis de los refugiados, buscan medidas populistas para demostrar quién manda”, añade.

Campamento de refugiados en Croacia.
Campamento de refugiados en Croacia.Imagen: picture-alliance/ABACAPRESS/M. Amoruso

Riesgos para la economía

20 años después de la guerra de Yugoslavia, la región todavía no se ha normalizado, opina Aleksandar Popov, de la ONG Centro de Política Regional de Nov Sad (Serbia). “Salta una chispa y comienza la tensión”. Además, en todos los países hay crisis económica, un alto nivel de paro entre los jóvenes y las relaciones entre antiguos enemigos aun son frágiles. “Hay muchas preguntas abiertas que se pueden instrumentalizar en política interior”, dice Popov.

Lo que sí funciona desde hace años son las relaciones económicas. Ya en la antigua Yugoslavia los mercados vecinos eran cruciales para Eslovenia y Croacia. Un hecho que sigue vigente. “Los empresarios empiezan a calcular los costos de cerrar las fronteras”, explica Popov. Las pérdidas en Serbia y Croacia serían enormes. “Por eso, la economía trata de que la política entre en razón y no perjudique a sus propios ciudadanos”, concluye el experto.

A pesar de eso, es previsible que la presión continúe, opina Zarko Puhivski, politólogo de Zagreb. Por una parte, hay que buscar una solución al problema de los refugiados. Pero además, Milanovic está en campaña electoral en Croacia. “Ahora intenta perfilarse como un político patriota y válido. Y como mejor funciona es a costa de Serbia”, advierte el experto.

Entretanto, la situación se tranquilizó el fin de semana. El tráfico vuelve a circular por la frontera serbocroata y Hungría levantó la alambrada en la frontera con Eslovenia. Pero entre 5.000 y 6.000 refugiados cruzan cada día la frontera serbocroata y Milanovic lo dice abiertamente: “Si Serbia no cambia su política, volveremos a cerrarla herméticamente”.