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Tango Queer: para bailar sin roles prefijados

Maricel Drazer
6 de noviembre de 2020

La modalidad irrumpe con fuerza en la capital argentina, cuna del 2x4. “No presupone la identidad sexual de quienes bailan, ni su gusto por ocupar un rol u otro a la hora de bailarlo”, postulan en su manifiesto.

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Argentinien Tango Queer
Imagen: Karina Macchioli

El tango es Argentina. El tango es Buenos Aires. Y el tango es un hombre y una mujer bailando. ¿O tal vez no necesariamente?

Para poner algunos presupuestos en entredicho ha llegado el tango queer, una manera de bailar tango que "no presupone la identidad sexual de quienes bailan, ni su gusto por ocupar un rol u otro a la hora de bailarlo”, según su manifiesto.

"Se pensaba que el tango era eso: un hombre y una mujer bailando, y el hombre conduciendo y la mujer guiada, y lo que nosotros hicimos fue apropiarnos del tango para bailarlo de la manera que nosotros necesitábamos”, explica Mariana Docampo, referente de la movida del tango queer en la capital argentina, en diálogo con DW.

"En el tango queer cualquiera puede bailar con cualquiera: es decir, un hombre con otro hombre, dos mujeres, un hombre con una mujer, gente trans, sin importar la identidad sexual que tengan y en el rol que quieran”, explicita Docampo.

Y en su libro "Tango Queer Buenos Aires” va incluso más allá: "Hay en el tango algo ligado a lo militar, a los códigos, al honor, a las jerarquías, a la ley, a las reglas y a la obediencia. Y hay algo en el tango queer ligado a la subversión de esas reglas y a la libertad”.

Y en este sentido: "No hay un solo tango sino muchos, tantos como personas y formas de sentir”, dice por su parte a DW Damián Gargiulo, bailarín, profesor y creador de la práctica "Tango para todes, espacio de tango queer, no binario e inclusivo”.

"El tango queer es la representación de esas diversidades, donde cada uno elige cómo bailarlo y sentirlo”, completa Gargiulo desde Buenos Aires.

Por cierto, esas diferentes formas de bailarlo reconocen incluso antecedentes históricos: a principios del siglo pasado el tango era bailado entre hombres, y hay también testimonios de lo mismo entre mujeres.

Tango y relación de poder

Asimismo, no se trata solo de elegir qué rol bailar y con quién, sino también de dejar de lado la desigual relación de poder entre los miembros de la pareja de baile.

"El tema de la dominación y la carga de poder se diluye en la medida en que una persona puede hacer los dos roles indistintamente”, sostiene Docampo, cofundadora del Festival Internacional de Tango Queer de Buenos Aires, suspendido este año por la pandemia.

Mariana Docampo
Mariana Docampo, cofundadora Festival Tango Queer de Buenos Aires y autora del libro "Tango Queer Buenos Aires”. Imagen: Sebastián Freire

 "Si yo puedo tanto guiar como ser guiada, cuando yo guío, no es un lugar de poder, son solo dos momentos de la danza”, completa la profesora de tango argentina.

"En las clases de tango tradicional me aburría, ya que se le daba más protagonismo al rol representado por el varón de conductor”, comparte ante DW Carolina Eliana, asistente a las milongas queer de la capital argentina.

"Me pareció un hermoso desafío aprender el rol de guiar, sabiendo que es importante la escucha del otro/a que me sigue, es un diálogo con el/la otro/a mediante los cuerpos”, continúa la tanguera porteña. Y asegura: "Me gusta bailar los dos roles, cada uno tiene su encanto especial”.

"El tango queer me dio amigos, amores y la posibilidad de bailar desde el lugar que siento y veo la vida”, condensa su experiencia en las pistas alternativas Damián Gargiulo.

Augusto Balizano und Brandon Bedoya Rios tanzen Tango in Buenos Aires
Augusto Balizano y Brandon Bedoya Ríos, bailando en Buenos Aires.Imagen: privat

Signo de los tiempos

También es claro que, más allá de elecciones y gustos personales, la irrupción del 2x4 en clave queer remite a amplios procesos sociales que lo contienen.

"Los cambios sociales impulsados por el feminismo y el movimiento LGBT se expresaron también en el tango queer”, contextualiza Docampo.  "Si no, hubiera quedado escindido lo que pasaba en la sociedad de lo que pasaba en el tango, como si fuera una danza muerta, y es una danza viva”, indica.

Así, en Latinoamérica, la movida del tango queer sigue sumando adeptos, tanto en el país pionero del continente, Argentina, como también en los que se fueron sumando, como Uruguay, México, Chile y Colombia.

Bien dicen que "lo queer se caracteriza por no reclamar algo, sino por tomarlo directamente”. Hoy las milongas latinoamericanas dan fe de ello.