Teatro: asignatura obligatoria

La profesora de teatro Johanna Vierbaum se arrodilla junto con sus nueve alumnos de nueve años en el suelo de moqueta azul del aula. Las sillas y mesas se han apartado a los lados para la clase de teatro, y en el suelo se pueden ver coloridas marionetas por todas partes. Los alumnos de la Escuela Primaria Duvenstedter Markt, de Hamburgo, toman los títeres para comenzar con su baile del abecedario, moviéndose al ritmo del A, B, C…

En esta escuela, los niños atienden una clase de teatro desde el principio de su escolarización de la mano de la profesora Johana Vierbaum. A los alumnos les encanta tener esta disciplina como parte de su horario semanal. Y para la profesora, el hecho de que haya pasado a ser una asignatura obligatoria significa no tener que volver a luchar por conseguir esas horas lectivas.

Hamburgo es el primer estado de Alemania que ha establecido la enseñanza del teatro como asignatura obligatoria en la escuela.

Preparación para el teatro de la vida real

Muchos son los expertos que insisten en que la enseñanza del teatro aporta importantes competencias para un niño, pero aún así se sigue cuestionando el verdadero valor de esta disciplina. En el mundo anglosajón, el panorama es diferente: en Gran Bretaña, Estados Unidos o Australia, el “Drama” tiene un lugar fijo en el programa escolar. El científico John McKenzie llegó a afirmar que la interpretación es la cualificación clave del siglo XXI. Para un prometedor futuro, según el experto en educación alemán Wolfgang Sting, los niños “deben aprender a moverse en escena. Por eso se les debe enseñar teatro.”

Sven Asmus, del Instituto de Pedagogía y Desarrollo Escolar de Hamburgo (Hamburger Landesinstitut für Lehrerbildung und Schulentwicklung), también ve una gran oportunidad en la enseñanza del teatro como asignatura, puesto que ahora se podrían establecer estándares educativos y planes de formación que ayudarían a que todos los estudiantes descubrieran el gusto por el teatro. “Cuando el teatro solo se ofrece como proyecto, se pueden ver muchas iniciativas en algunas escuelas y muy pocas en otras”, dice Asmus.

Falta de profesores

No obstante, la demanda es en estos momentos mayor que la oferta: apenas salen profesores diplomados de teatro de las universidades, y solo siete universidades técnicas ofrecen esta carrera en Alemania. Wolfgang Sting dirige el departamento de teatro en la Universidad de Hamburgo, un área optativa para profesores de primaria compuesta de tres seminarios. “Esto es definitivamente demasiado escaso. Debemos hacer presión y establecer esta carrera también en Hamburgo”, declara Sting.

La clase de teatro en la escuela de Hamburgo Duvenstedt llega a su fin. Los alumnos han ensayado escenificaciones breves de su baile del abecedario. “Se trata de descubrir y sacar a la luz los tesoros que se esconden en cada alumno, y de reforzar el poder del grupo”, dice la profesora Vierbaum. En la clase de teatro todos tienen la oportunidad de brillar, tanto los extrovertidos como los más tímidos.

Autora: Janine Albrecht / Lydia Aranda Barandiain
Editora: Emilia Rojas Sasse