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Tras fin del Tratado INF, más diálogo y menos armas

14 de febrero de 2019

La OTAN no quiere nuevas armas nucleares en Europa por el momento. ¿Cómo se puede convencer a Rusia para negociar? La organización aún no lo sabe, opina Bernd Riegert.

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Russland Pressekonferenz zur Vorstellung neuer Raketen
Imagen: picture-alliance/Sputnik/V. Astapkovich

El problema es conocido, por lo menos, desde 2013. En ese momento, el presidente estadounidense Barack Obama acusó oficialmente por primera vez a Rusia de violar el tratado sobre misiles nucleares de corto y mediano alcance (INF). El líder del Kremlin, Vladimir Putin, había comenzado a desplegar misiles de crucero móviles en Europa, que podían llegar fácilmente a ciudades europeas y a las instalaciones militares de la OTAN. El problema del armamento ruso recibió poca atención pública. Se creía que la Guerra Fría había terminado. Nadie quería realmente ocuparse de las teorías de disuasión, conteo de misiles y los tratados de desarme.

Desde el punto de vista ruso, Occidente había empezado a armarse, porque Estados Unidos había comenzado a establecer un sistema de defensa de misiles en Europa, que, sin embargo, no estaría dirigido contra Moscú, sino contra Irán, Corea del Norte y otros Estados enemigos. Durante años, el conflicto por el armamento entre la OTAN y Rusia fue de alta tensión.

Evitando más armamento

Sólo el presidente estadounidense, Donald Trump, ha conseguido atraer la atención sobre el tema con su abandono abrupto del Tratado INF. De repente, todo el mundo empezó a hablar del peligro que representan los misiles nucleares de crucero. Trump logró así unir a la OTAN, esa alianza militar, por otra parte, poco valorada por él. "Juntos contra los rusos", esa es una consigna que funciona.Ambas partes pronto dejarán de estar vinculadas por ese tratado. Los ministros de Defensa de la OTAN se han reunido en Bruselas para discutir lo que tienen que hacer ahora. ¿Cómo se puede contrarrestar la aparente ventaja militar de los rusos? ¿Quiere Vladimir Putin realmente amenazar militarmente a Europa o está más interesado en dividir a la OTAN, a Occidente y mantener una presión constante?

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Bernd Riegert, periodista de DW.

La Alianza aún no ha encontrado respuestas a estas preguntas. Los funcionarios de la OTAN y del Gobierno alemán siguen descartando la posibilidad de un reequipamiento en suelo europeo. No se debería llegar a la misma situación que a principios de los años ochenta en Alemania, cuando se generó un amargo debate sobre el rearme con misiles Pershing estadounidenses como respuesta a la amenaza de los SS-20 soviéticos. Finalmente, esta carrera armamentista condujo a negociaciones simultáneas con Moscú para prohibir las armas, llegándose a un acuerdo con el Tratado INF, que entró en vigor en 1988.

Incluyendo a otros

Esa receta también podría volver a funcionar en este conflicto. Pero rearmarse es caro y crearía una enorme resistencia política en Europa. La OTAN y, con ella, Estados Unidos, la principal potencia, están estudiando de momento otras opciones, tal vez el emplazamiento de armas con base en el mar u otras medidas que aún no se han mencionado. Tampoco se descartan negociaciones sobre armas nucleares de mediano alcance si se incluye a otras naciones militares emergentes como China, Irán, India y Pakistán.

La OTAN también debería estar preparada para responder a las demandas rusas y para debatir sobre los sistemas de defensa antimisiles en Europa. Es evidente que el presidente ruso necesita un mensaje claro y sólo reaccionará ante posiciones firmes. En este sentido, la administración de Trump, por lo demás bastante caótica, no se ha equivocado al retirarse del Tratado INF.

Sin embargo, la recién encontrada armonía transatlántica sobre esta cuestión ya está siendo empañada de nuevo. Paralelamente a la reunión de la OTAN en Bruselas, Estados Unidos organiza en Varsovia una conferencia sobre Oriente Medio con el objetivo de contrarrestar la actitud de los europeos, chinos y rusos en el conflicto sobre el posible armamento nuclear de Irán. Aquí es donde los socios de la OTAN trabajan unos contra otros. Algo incomprensible y superfluo. Los rusos estarán encantados. Algo que no suma a la causa.

En la conferencia de seguridad que se celebrará este fin de semana en Múnich, el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, deberían tomar medidas concretas para iniciar negociaciones sobre misiles de mediano alcance en Europa y en todo el mundo.

(ct/ms)

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