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Tres propuestas para la libertad de prensa

Ines Pohl
3 de mayo de 2019

Hoy, 3 de mayo, celebramos el Día de la Libertad de Prensa. Sin embargo hay poco que celebrar, dice la editora en jefe de DW, Ines Pohl, y hace tres sugerencias para fortalecer la libertad de prensa de forma sostenible.

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Symbolbild Pressefreiheit
"La libertad de prensa es un derecho fundamental" se lee en una pancarta durante una manifestación en Berlín (imagen de archivo).Imagen: Imago Images/IPON

Las prohibiciones para publicar, la retirada de fuentes de financiación o, directamente, el encarcelamiento son bien conocidos como patrones de comportamiento de los Estados represivos con los que se busca suprimir la libertad de expresión en sus regímenes.

Pero ahora hay peligros que no son tan fáciles de intuir, especialmente con la estructura viral de Internet: la gente y, cada vez más, las máquinas, diseminan mentiras, videos y fotos falseadas que pretenden manipular con fines específicos. Noticias falsas, campañas de desinformación en redes sociales, calumnias y amenazas se han convertido en algo común. Cada vez más, auténticos profesionales de la comunicación están trabajando en ello. Por ejemplo, como en RT (Russia Today) o, desafortunadamente, también en Al Jazeera. Su comunicación es amigable, a veces divertida e ingeniosa. En un mundo complicado, atraen con la oferta de la simplificación. Además, cada vez más estados intentan convertir la Internet mundial abierta en una intranet censurada en el país. Observamos esto en Irán y China, pero también en Rusia y en Turquía.

Solo hay una respuesta para esto: las personas deben aprender a diferenciar la mentira de la verdad, esta alfabetización mediática debe convertirse en una parte integral de la educación escolar y debe haber también para los adultos ofertas formativas atractivas. Ofertas en las que siempre se transmita que, al final, no solo está bajo amenaza la libertad de los medios de comunicación, sino también potencialmente la libertad de poder expresar su opinión en el espacio "privado" sin temor a sufrir represiones.

Involucrar a los políticos

Los políticos demócratas de todo el mundo, incluidos los de Europa y Alemania, se superan entre sí en un intento por agradar a China. No importa que allí no exista la libertad de prensa y las ofertas de emisoras extranjeras independientes como Deutsche Welle estén bloqueadas. Los representantes de las empresas piensan en China como un negocio al margen de los derechos humanos.

Ines Pohl, redactora jefe de DW.
Ines Pohl, redactora jefe de DW.Imagen: DW/P. Böll

También en Irán se discuten las posibilidades económicas, pero no sobre los más veinte hombres y mujeres periodistas en las cárceles de tortura de los Guardianes de la Revolución. En Bangladesh y Pakistán los blogueros arriesgan sus vidas al informar críticamente sobre el creciente islamismo en sus países. ¿Apoyo desde el extranjero que se pueda tomar en serio? Poco. El mundo alaba al príncipe heredero de Arabia Saudita porque a las mujeres se les permite ir al cine, a los estadios e, incluso, ahora se les deja conducir. Pero, ¿dónde están las quejas por que el bloguero Raif Badawi todavía siga en una cárcel saudí?

La lista podría hacerse muy larga. Una lista triste. Y hoy es un buen día para animar a los políticos a que se comprometan a medir lo que están haciendo contra los crecientes ataques a la libertad de prensa. ¿Muestran claramente a los dictadores cuáles son nuestros valores? ¿Están dispuestos a renunciar a hacer negocios con ellos si estos valores se violan flagrantemente? ¿Vinculan la ayuda al desarrollo al respeto a los derechos humanos y la libertad de prensa?

Periodistas: el factor decisivo

La libertad de prensa no solo es una concesión otorgada desde arriba. El marco legal es una cosa, la actitud interna de cada periodista es otra. Especialmente los periodistas de países con un sistema liberal de medios tienen que servir como modelo para los colegas que trabajan en circunstancias difíciles.

Para mí, ser periodista significa siempre sospechar de las propias creencias –y de las de los demás–  y convertir cada certeza en una pregunta. y hacer siempre una pregunta con certeza. Y sí, no tener miedo de recibir aplausos del lado equivocado. Por ejemplo, veo con gran preocupación la discusión sobre si deberíamos hablar con los políticos de la derecha populista de AfD (Alternativa para Alemania). Si ignoramos grupos políticos enteros, políticos desagradables u otras figuras públicas que no encajan en nuestra visión del mundo, dejamos un vacío, que entonces será llenado por otros.

Y haciéndolo dañamos la misma libertad de prensa que hoy pretendemos celebrar.

(lgc/cp)

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