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Yemen: catástrofe ante la impotencia de los cooperantes

Kersten Knipp
25 de febrero de 2019

Antes de la conferencia de Ginebra, Naciones Unidas busca fondos para paliar la “peor crisis humanitaria de nuestro tiempo”.

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Yemen Hajjah - Unterernährte Fatima Ibrahim Hadi, 12 Jahre
Imagen: Reuters/E. Alragehi

Yemen necesita ayuda con urgencia. Ese es el mensaje central de la declaración que varias agencias de cooperación internacional publicaron poco antes de la Conferencia de Donantes de Naciones Unidas en Ginebra.  En el escrito, las organizaciones piden apoyo financiero y político para resolver la "peor crisis humanitaria de nuestro tiempo”. Según ellas, en Yemen habría alrededor de 24 millones de personas que dependen de ayuda, alrededor del 80% de la población. Y pese a los esfuerzos de asistencia internacional, la escasez de alimentos continúa agravándose.

Las situación sigue siendo catastrófica después de cuatro años de guerra. Según un estudio de la organización Welthungerhilfe, las infraestructuras están destruidas y el sector sanitario sufre las consecuencias con unos 14 millones de personas privadas de acceso a la atención de salud primaria. Al mismo tiempo, casi 13 millones  carecen de acceso a agua o a instalaciones sanitarias, y las enfermedades continúan propagándose. A finales de 2017, alrededor de un millón de personas padecían cólera

Además de esta crisis, también acucia el problema del hambre. Según cálculos de Naciones Unidas, este año alrededor de 20 millones de personas necesitarán ayuda para alimentarse y 14 millones requieren acción inmediata. Los menores están especialmente afectados, con dos millones de niños que sufren de malnutrición.

Escasos recursos financieros

La Conferencia de Donantes de Ginebra es la tercera que se convoca en torno a la crisis de Yemen. Aunque en las ediciones de 2017 y 2019 se recaudaron miles de millones de euros, el sufrimiento continúa para millones de afectados.” Las labores de asistencia son complicadas”, explica Simone Pott, jefa de la Oficina de Comunicación de Welthungerhilfe. La organización lleva años ofreciendo ayuda a nivel local junto con la organización francesa ACTED. Dicha ayuda se canaliza a  través de dinero en efectivo y vales de comida. Muchos empleados no han recibido salarios durante años y, con las ayudas, por lo menos pueden cubrir sus necesidades básicas. Al mismo tiempo, sirven para apoyar lo poco que queda de la economía nacional.

En parte, el fracaso en el reparto de las partidas de ayuda internacional se debe a que las organizaciones de cooperación no cuentan con recursos suficientes, declara Pott en entrevista con DW. En 2018, no se consiguió recaudar la cantidad necesaria que había sido concedida. "Entonces se dijo que se necesitaban unos 2.600 millones de dólares. Sin embargo, solo se logró reunir el 80%”.  Dichos problemas también afectan a la planificación. "Incluso si se conceden ayudas, no se sabe exactamente cuándo llegará el dinero”, continúa Pott.

Puertos e infraestructuras como objetivo de los diferentes bandos.
Puertos e infraestructuras como objetivo de los diferentes bandos. Imagen: picture-alliance/dpa/M. Mohammed

Puertos: un cuello de botella

Otra de las grandes dificultades es disponer de los bienes necesarios para la ayuda dentro del país.  "Todo se importa a través de unos pocos puertos. Dichas plazas son muy codiciadas y muchas veces las instalaciones no funcionan. Por lo tanto, los suministros necesarios para la asistencia ni siquiera llegan a entrar al país”, explica la activista.

Dentro de Yemen, las dificultades aún son mayores.  Es  imposible acceder a áreas donde se está luchando, reconoce Pott. Pero, sobre todo, el mayor problema es que el país está dividido en diferentes áreas de poder. "¿Quién gobierna dónde? ¿Cuántos puntos de control hay en las carreteras? ¿Quién permitirá que un convoy vaya de A a B y qué documentos se necesitan? Este tipo de problemas nos mantienen muy ocupados”, aclara. "En determinados casos el acceso es simplemente imposible. O bien las carreteras son intransitables, o no existen garantías de seguridad para los convoyes de ayuda”, matiza Pott.

Corrupción y negocios

Además, las autoridades locales tampoco facilitan las tareas de asistencia y, a menudo, buscan lucro personal. "Es un problema que ocurre en casi todos los países donde hay grandes necesidades. Muchas veces se aplican altos aranceles a las partidas de ayuda o se obliga a los cooperantes internacionales a pagar impuestos muy elevados. Otras veces  aumentan enormemente el coste de la visa para cooperación. "En ese sentido, Yemen tiene los mismos problemas que otros países”, explica Pott.  En última instancia, la portavoz de Welthungerhilfe opina que la crisis  humanitaria requiere de una solución política. Sin ella, en Yemen no habrá mejoras ni estabilidad a largo plazo.

(jag/cp)

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