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“El arte corporativo tiene que ser inspirador y sofisticado”

Kate Bowen, Jennifer Abramsohn/ lbm18 de abril de 2008

El pasado 16 de abril, ArtCologne, la feria de arte de Colonia, abrió de nuevo sus puertas: lugar de compra idóneo para las empresas que tratan de ampliar, con presupuesto millonario, sus colecciones de arte corporativo.

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El arte contemporáneo abre una ventana al mundo, opinan en el Deutsche Bank.Imagen: Picture-Alliance /dpa

Con más de 53.000 piezas, el Deutsche Bank ha logrado reunir una de las mayores colecciones de arte corporativo del mundo. La iniciativa, titulada “Art Work”, se inició en 1979. DW-WORLD conversó con Friedhelm Huette, director internacional de Deutsche Bank Art, sobre las obras que compra para el banco y los motivos por los que es importante que cuadros destacados decoren las paredes de los despachos.

DW-WORLD: ¿Cómo decide qué obras incorpora a la colección del Deutsche Bank?

Friedhelm Huette: Antes de iniciar la colección, tuvimos primero que establecer qué criterios de selección íbamos a seguir.

Primero decidimos que queríamos apoyar a nuevos talentos: jóvenes que están progresando en el mundo del arte y trabajan para ganarse un sitio. Y el otro aspecto es hacer descubrimientos. Hay muchos artistas por descubrir, artistas que desde hace tiempo trabajan en el mundo del arte pero nadie los conoce o necesitan ser redescubiertos.

Entonces, ¿les dedican ustedes más atención a los talentos jóvenes que a los artitas establecidos?

El 90% de nuestras obras son de talentos jóvenes.

¿Cuánto puede gastarse usted en comprar arte?

No damos a conocer nuestro presupuesto para comprar arte. Pero le puedo decir que el presupuesto completo del Deutsche Bank, no para las compras en concreto, sino para todo lo relacionado con el arte (exposiciones, patrocinios, costes de personal, etc.), es de unos 20 millones de euros. Las obras que compramos suelen costar entre 500 y 10.000 euros cada una.

Las colecciones corporativas suelen evitar temas controvertidos como el sexo, la religión o la violencia, ¿es cuidadoso el Deutsche Bank con estas cuestiones?

No es necesario evitar por completo estos temas. Lo importante es que no de la sensación dé que dominan la colección. El nuestro es arte para el lugar de trabajo: ese es el concepto y una guía muy importante. Cerca de 80.000 empleados trabajan en ese lugar y el arte tiene que ser inspirador y sofisticado, no queremos herir sentimientos. Por ejemplo, que una mujer trabaje al lado de un desnudo y que cada vez que recibe una visita le pregunten si es ella, ¡eso no lo podemos permitir!

¿Cómo se benefician los empleados del Deutsche Bank del arte que cuelga de las paredes de sus despachos?

De dos maneras. Primero, empiezan a interesarse por el arte moderno. Nosotros no los dejamos solos con los cuadros. Les damos muchas oportunidades de que aprendan más, repartimos libros y textos en el trabajo, organizamos viajes, visitas a museos.

Y en segundo lugar, nosotros creemos que las obras contemporáneas son especialmente útiles en una compañía que trabaja con personas como la nuestra. Tenemos que estar preparados reaccionar ante todo tipo de situaciones, y reconocer y desarrollar siempre ideas nuevas. El arte contemporáneo abre una ventana especial a la sociedad, un modo de ver el mundo que la gente normalmente no percibe porque está enclaustrada en su vida diaria.

¿Y funciona?

Sí, muchísismo. El programa tiene mucho éxito. Departamentos de todo el mundo quieren participar voluntariamente. Si un departamento muestra interés, le desarrollamos un concepto. Los que no quieren pueden optar por colgar pósters. No es obligatorio. Pero el interés es muy grande, también el de los empleados en nuestros programas informativos sobre arte.