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Agentes envenenados, una historia que a todos suena

Peter Hille
7 de marzo de 2018

El exagente ruso Sergei Skripal fue envenenado aparentemente con una neurotoxina. ¿Querían silenciarlo los servicios secretos? No sería la primera vez.

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Imagen: Fotolia/Tino Neitz

Poco a poco se va aclarando con qué tipo de sustancia entró en contacto Sergei Skripal antes de perder la conciencia. Las autoridades británicas han encontrado rastros de un agente nervioso e investigan ahora un intento de homicidio. Su investigación se centra sobre todo en la hipótesis de que el exagente del servicio secreto ruso y su hija fuesen víctimas de un ataque con veneno de impronta rusa.

Ambos fueron "objetivo de un ataque", ha dicho el jefe de la Unidad Antiterrorista británica, Mark Rowley. También un oficial de la Policía se encuentra en estado de peligro de muerte.

Sergei Skripal había sido condenado a 13 años de prisión en 2006 por espiar para Reino Unido, pero fue liberado en un intercambio de prisioneros y solicitó asilo en territorio británico. No se descarta la posibilidad de un acto de venganza.

Si efectivamente hubiera sido envenenado, ¿por qué no pasó esto cuando todavía estaba en Rusia? ¿O es que el ataque tenía como objetivo advertir a otros posibles desertores? Las sospechas en Reino Unido son sólidas, puesto que el asunto recuerda a casos anteriores con numerosas similitudes.

Sergei Skripal
En 2006, Sergei Skripal fue juzgado y condenado en RusiaImagen: picture-alliance/dpa/Tass

Una taza de té mortal

Fue un simple sorbo a una taza de té, sin azúcar, más fría que caliente, lo que llevó a Alexander Litwinenko a la perdición. Este exagente del FSB, el principal servicio de seguridad nacional de Rusia, huyó a Londres en 1999 para pasarse al servicio de inteligencia británico M16 y convertirse en un duro crítico del Kremlin.

El 1 de noviembre de 2006, Litwinenko quedó con compañeros de sus tiempos en el servicio secreto, que le ofrecieron una taza de té en el bar de un hotel. Aquella noche Litwinenko se empezó a sentir mal, a vomitar y a sentir asfixia. En el hospital su situación no dejó de empeorar. Poco antes de su muerte, tres semanas después, los médicos averiguaron que había sido envenenado con el metal radioactivo Polonio 2010.

Tras casi diez años de investigación, los británicos llegaron a la conclusión de que el presidente ruso, Vladimir Putin, había aprobado "personalmente" el asesinato de esta figura crítica. Aunque nunca se encontraron pruebas contudentes.

El puro de bótox

Durante la época de la Guerra Fría, los servicios secretos del Este y el Oeste experimentaron con el veneno. Durante una comparecencia ante el Senado de Estados Unidos en 1975 se mencionó una pistola capaz de disparar una diminuta flecha con veneno congelado. Si este instrumento llegó a utilizarse es algo que todavía dicuten los aficionados a las teorías de la conspiración.

England London Grabstein Alexander Litwinenko
La tumba de Alexander Litwinenko en LondresImagen: picture-alliance/dpa/C. Driessen

Lo que está claro es que también el bloque occidental planeó asesinatos con veneno. En Washington había una lista de traidores, entre los que se encontraban el congolés Patrice Lumumba o Rafael Trujillo, de República Dominicana.

Un puro preparado con la neurotoxina bótox podría haber matado a Fidel Castro. O una pastilla venenosa de batido de chocolate. O, o… las fantasías de los agentes estadounidenses para acabar con la vida del líder comunista no tenían límites.

Ricina del paraguas

El disidente búlgaro Georgi Markov, exiliado en Londres, sintió un pinchazo en la pierna en el puente de Waterloo. Tres días después estaba muerto.

En la punta de un paraguas se escondía una minúscula bala de dos milímetros con ricina, una sustancia vegetal enormemente venenosa que le atravesó la piel. No está claro quién llevó a cabo el atentado. Pero por aquel entonces Markov era un dolor de cabeza para el Gobierno comunista de Bulgaria.

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Fidel Castro y su puro: objeto de muchas fantasías de asesinatoImagen: picture-alliance/AP Photo

También en territorio alemán fueron asesinados agentes durante la Guerra Fría. Bogdan Staschinski, de la KGB, utilizó una pistola que disparaba ácido cianhídrico en la cara para acabar con la vida de dos nacionalistas ucranianos. Cuando Staschinski se pasó más tarde al lado occidental, al principio nadie quería creerle.

La VX y los misiles

De vuelta al pasado: en el aeropuerto de la capital malasia de Kuala Lumpur murió en febrero de 2017 Kim Jong-nam, hermanastro del dictador norcoreano, Kim Jong-un. Dos mujeres le habían lanzado a la cara VX, una sustancia que afecta a los nervios hasta llegar a provocar un paro respiratorio. Según los investigadores estadounidenses, su asesinato fue un encargo de Corea del Norte. Kim Jong-nam no era precisamente cercano a su hermanastro.

Corea del Norte no es el único país que asesina de manera deliberada y sin un juicio previo a personas concretas. Rusia está entre los países que llevan a cabo este tipo de acciones, pero también EE.UU. o Israel, que tienen a presuntos terroristas en su punto de mira. Estos ataques no son tan silenciosos como los asesinatos con veneno; eso sí, tampoco reciben tanta atención.

Autor: Peter Hille (EAL/VT)

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