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Alemania se queda sin mano de obra en el campo

IGU / Agencias1 de mayo de 2007

Debido a la subida de temperaturas, la temporada de recogida de espárragos ha comenzado este año antes de lo previsto. Pero el número de temporeros polacos es cada vez menor y los alemanes rehuyen la reducida paga.

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Felíz comienzo de la cosecha de espárragos en Brandenburgo, Alemania.Imagen: AP

"Aquí tenemos un espárrago. Hacemos un agujero con dos dedos y lo cortamos con el cuchillo. Es un trabajo difícil. Antes teníamos que agarrar el espárrago, cortarlo y cerrar el agujero en la tierra", dice Andreas Kuckert señalando el campo.

Y eso a lo largo de pasillos de 400 metros. Según él, "todos estamos acostumbrados, porque todos venimos de áreas rurales". Pero los jornaleros de ciudad abandonaban el trabajo muy rápido; sufrían enseguida dolores de espalda.

Los unos trabajas, los otros se quejan

Sin embargo, ahora Kuckert se ayuda de una máquina para levantar la capa de tierra, por la que asoman las puntas de los espárragos. El temporero alemán recoge entre 50 y 100 kilos de la noble verdura cada día, dependiendo de cómo bien hayan crecido.

En el campo de al lado trabajan polacos, sin máquinas y bastante más rápido que los alemanes. Al día los temporeros polacos recogen unos 120 kilos de espárragos; de ahí que estos trabajadores sean tan codiciados en la zona de Beelitz, en el estado de Brandemburgo.

Jürgen Jakobs y su hermano Josef poseen dos granjas de un total de 1,5 kilómertros cuadrados en esta región y cada año emplean a 300 polacos. Pero esta temporada es diferente. "Este año tenemos muchas caras nuevas, porque muchos de los trabajadores más experimentados se marchan a Inglaterra o a Escandinavia. Con nosotros ganan a la hora unos cinco o seis euros, incluyendo extras. En los países escandinavos ganan entre 12 y 15."

Buena experiencia con los polacos

Jürgen Jakobs entiende a los temporeros que se han ido este año y se esmera por reemplazarlos. Busca a 60 trabajadores hasta el fin de la temporada, a últimos de junio, y estos han de ser polacos. "Mi hermano habla polaco perfectamente y confiamos en ellos. Realmente tenemos una relación muy buena." Sin embargo, evitan contratar a rumanos o búlgaros, porque su mentalidad es distinta.

La demanda de temporeros alemanes en Beelitz es escasa también. Estos constituían hasta el año pasado el 20% de toda la mano de obra, pero ahora son difíciles de encontrar.

A través de anuncios en periódicos y de agencias de contratación se pueden conseguir muchísimos trabajadores alemanes en el área de gastronomía y de ventas en las granjas de espárragos, pero no para trabajar en el campo. Siempre existe un motivo por el que no quieren aceptar un trabajo de este tipo: está muy lejos, no hay autobuses, hace frío, hay humedad…

Mal pagado

Otra de las razones es la paga. Andreas Kuckert, un albañil frustrado, cree que el suelo de un temporero no es especialmente atractivo, pero "con cuatro euros por hora, más la ayuda de 18 euros diarios de la oficina de empleo se puede vivir". Y es que los temporeros alemanes ganan más que sus compañeros polacos, a pesar de que no obtengan extras debido a las reducidas prestaciones que ofrecen sus empleadores. Pero este hecho tampoco les motiva para trabajar en los campos de espárragos.

Jürgen Jakobs no entiende por qué se dice que este trabajo no es razonable. "Si los temporeros tuviesen que trabajar con sustancias químicas venenosas, entonces otro gallo cantaría. Pero a mí me parece estúpido dejar que sean los polacos quienes realicen estas labores." Pero también es absurdo pedirle a un alemán con problemas de salud que se ponga a recoger espárragos. "Eso tampoco se le podría exigir a un pintor."