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Arrecian protestas en Louisville por el caso Breonna Taylor

25 de septiembre de 2020

Cada vez más voces piden que el fiscal general del estado de Kentucky revele en qué se basó el jurado investigador que decidió no imputar a nadie por los actos relacionados con la muerte de Breonna Taylor en marzo.

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Imagen: Bryan Woolston/Reuters

Las protestas por la decisión de no imputar por asesinato a tres policías involucrados en la muerte de la joven afroamericana Breonna Taylor continuaron por segunda jornada consecutiva en Louisville. En esta ocasión se produjo un menor número de arrestos, pero la rabia va en aumento entre la juventud negra, que considera a la fuerzas del orden un enemigo inmune a cualquier acto de brutalidad contra ellos.

Centenares de personas tomaron las calles de la ciudad, mientras que políticos y líderes pidieron que se actúe con transparencia y el fiscal general de este estado, el republicano Daniel Cameron, revele en qué se basó el jurado investigador que decidió no imputar a nadie por los actos relacionados directamente con la muerte de Taylor en marzo de 2020.

Hacer pública la información

El gobernador del estado, el demócrata Andy Beshear, pidió que se publique "toda la información, todas la entrevistas, todos los informes balísticos" para que la opinión pública entienda la base de la acusación. Los manifestantes volvieron a congregarse  el jueves (24.9.2020) en torno a un monumento improvisado en el centro de la ciudad en homenaje a Taylor, una trabajadora de emergencias médicas de 26 años fallecida el pasado 13 de marzo a manos de la Policía.

La Fiscalía no ofreció detalles de cómo determinó que la actuación de los tres agentes involucrados en la muerte de Taylor fue "justificada", especialmente cuando parece claro que la decisión de entrar sin anunciarse en la vivienda de la mujer para ejecutar un registro relacionado con el tráfico de drogas se basaba en pruebas circunstanciales.

El jurado investigador no apreció fallos a la hora de irrumpir en la vivienda por la fuerza y realizar más de una treintena de disparos, seis de los cuales acabaron impactando contra Taylor, que se encontraba en su dormitorio y que era objeto de la investigación porque un exnovio estaba involucrado en una red de menudeo de droga.

Tampoco explican por qué consideraron que el hecho de que el novio en ese momento de Taylor, Kenneth Walker, disparara contra quienes consideró intrusos que no se anunciaron como policías es la base de la no imputación, pero que, al mismo tiempo, no se presentaran cargos contra Walker, cuya acción es considerada legítima por la permisiva ley de armas del estado. Al final no se encontraron drogas o nada ilegal en la vivienda de Taylor y solo un implicado, el exagente  Brett Hankinson, se enfrenta a cargos, pero estos son por imprudencia temeraria por disparar por error a un apartamento vecino, no al de Taylor.

Toque de queda durante todo el fin de semana

Ante las protestas, el centro de Louisville se llenó de policías, que con ayuda de la Guardia Nacional, blindados y helicópteros, impusieron un férreo control de los movimientos nada más declararse el toque de queda a las 21 horas, que se mantendrá todo el fin de semana. La policía antidisturbios realizó varios arrestos después de que algunos manifestantes lanzaran bengalas y rompierab cristales en una biblioteca. Entre los detenidos se encuentra la legisladora estatal Attica Scott, que ha promovido una ley para que la policía deje de hacer registros en domicilios sin anunciarse. La Policía acabó por acordonar a los que desafiaron el toque de queda en una iglesia unitaria que les ofreció refugio. Los jardines del templo sirvieron para que los manifestantes insultaran y airearan su odio contra el Departamento de Policía de Louisville. Mientras algunos manifestantes se aferraban a porras y bates, otros intentaban calmar los ánimos para evitar los arrestos masivos del día anterior.

Varios miembros de la congregación unitaria, con hábito y biblia en mano, intentaron canalizar este odio y frustración, acumulada en afroamericanos de todo el país, hacia la protesta pacífica, pero finalmente alguien sacó un arma entre la multitud y el caos volvió a reinar momentanemente. Pese a todo, la noche transcurrió con mucha más tranquilidad que la anterior y los alrededor de dos centenares de manifestantes que se resistían a dejar de pedir justicia en la calle fueron abandonando la protesta sin causar mayores daños materiales.

MS (efe/afp)