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Autoridades japonesas "han actuado de manera deficiente e irresponsable"

13 de abril de 2011

La prensa europea comenta las consecuencias de la catástrofe de Fukushima tras las declaraciónes de las autoridades japonesas de que el desastre alcanzó el nivel 7 de la Escala INES.

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Imagen: dapd

El periódico de Cataluña, de Barcelona: “Al final resulta que el desastre nuclear de Fukushima es comparable al de Chernóbil. Desde que se produjo la tragedia hace un mes, las autoridades japonesas y los responsables de la central, la empresa Tepco, que nunca fue un dechado de transparencia, sino todo lo contrario, han actuado de manera deficiente y posiblemente irresponsable. Ha faltado información creíble, han demostrado falta de previsión para detener las fugas radiactivas, y han utilizado métodos más que discutibles. La crisis dista mucho de estar resuelta. Japón se sabía vulnerable a los desastres sísmicos. La historia se lo había demostrado con creces. Tras haber sido la única víctima de un holocausto nuclear, es ahora víctima de una apuesta industrial y desarrollista que no ha podido controlar.”

La Charente Libre, de París: “Las autoridades japonesas han determinado que el desastre nuclear de Fukushima ha alcanzado el nivel 7 de la Escala Internacional de Eventos Nucleares (INES). Igual que Chernóbil. (…) Y ahora, tras las atrocidades vividas, tras los gestos de compasión para la población japonesa, llega inevitablemente la hora de las preguntas, de las dudas y de la desconfianza. (…) Aún cuando el gobierno francés defiende su estrategia de política nuclear con uñas y dientes, no podemos dejar de plantearnos la seguridad de nuestras centrales nucleares. (…) En Estrasburgo, el ayuntamiento no se lo ha pensado dos veces, y se ha decidido por unanimidad la clausura de la planta nuclear de Fessenheim. Sin duda, un voto puramente simbólico. Pero puede abrir el camino para un verdadero debate sobre energía nuclear, al que ya Francia tampoco puede negarse.”

La Reppublica, de Roma: “Ya antes de Fukushima se concebía difícil una vuelta a la energía nuclear en Italia. Ahora, la anunciada pausa para la reflexión resulta irrisoria. La catástrofe nuclear de Japón fuerza a Italia y al mundo entero a reflexionar, no sólo sobre eventuales estrategias nucleares sino también sobre la esencia del entorno entre el hombre y la naturaleza. Una época entera de la ciencia –decadente y gloriosa al mismo tiempo- se enfrenta a su prueba de fuego. La energía atómica podría ser algo diferente, pero su potencia exponencial revela de forma incomparable nuestra destructiva relación con la naturaleza, con la cual, y gracias a la cual, vivimos cada día.”

Stuttgarter Nachrichten, de Stuttgart: “Se advierte contra la histeria. En Chernóbil explotó el reactor por sí mismo, y el fuego ayudó a la quema de los materiales radiactivos. En Fukushima, no obstante, tras todo lo sucedido, los contenedores de seguridad se han mantenido intactos. (…) Eso sí: no se quiere con esto restar importancia al “desastre a cámara lenta” vivido en Fukushima. Japón acarreará sus consecuencias durante mucho tiempo. De hecho, el país ya sufre de una crisis de confianza. Muchos japoneses dudan ya de la gestión de la crisis de Tokio tanto como los países extranjeros. Y esto es un golpe bajo para la economía japonesa, que en estos momentos debe vender tanto como pueda.”

Libération, de París: “Traumatizados por el terremoto, castigados por el tsunami: los japoneses que viven fuera de la zona de bloqueo establecida tras el desastre de la central nuclear de Fukushima se encuentran indefensos, en estado de shock y requieren informaciones claras. (…) Hasta el momento, la doble catástrofe del terremoto y tsunami ha sido con mucho el elemento más letal. Pero el riesgo atómico sobrepasa toda imaginación. Se mantiene invisible, en la sociedad de la imagen omnipresente. Destruye zonas enteras, y la gente se pregunta durante cuánto tiempo. Durante diez, veinte o treinta años permanecerán estas regiones vedadas. La energía atómica despierta miedos, tanto en Japón como entre nosotros, que nunca desaparecerán.”

Autor: LAB/ dpa

Editor: Pablo Kummetz