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Bad Karlshafen: donde se refugiaron los franceses

fs/ DW-WORLD5 de abril de 2006

Bad Karlshafen se sitúa en el corazón de Alemania, enclaustrada por las fronteras de tres Estados: Hesse, Baja Sajonia y Renania del Norte Westfalia. Su estilo arquitectónico recuerda a un pasado con sabor francés.

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Bad Karlshafen fue fundada por el conde Carlos en el siglo XVII.Imagen: FScheller


En barco a lo largo del río Weser, Bad Karshafen aparece por sorpresa como una joya que desde algún lugar lejano arrastró la corriente. La ciudad fue fundada en el siglo XVII por el conde Carlos de Hesse con la intención de dar cobijo a hugonotes franceses que huían de la persecución religiosa en el país galo. Bad Karlshafen pertenece a la comarca de Kassel y es fronteriza por tres veces.

El nombre de Karlshafen lo recibió este lugar en 1717 en homenaje a su fundador, Carlos. El complemento de "Bad" nació en 1970 en referencia a los numerosos baños térmicos y medicinales (Bad, en alemán) que concentra la ciudad desde su fundación.

Arquitectura e Historia

La herencia francesa salta a la vista en Bad Karlshafen. El ambiente de la ciudad es muy diferente al de sus vecinas. El aire norteño alemán se difumina en este en este lugar cargado de elementos barrocos al más puro estilo francés. El típico ladrillo visto del norte germano es sustituido en Bad Karlshafen por casas de un blanco impoluto, construidas una tras la otra sin separación.

Stadt Bad Karlshafen
Las casas blancas recuerdan más a Francia que al norte de Alemania.Imagen: FScheller

Cuadras y más cuadras de edificaciones simples de mampostería componen la ciudad de Bad Karlshafen, mientras que uno de los edificios más representativos de su conglomerado arquitectónico es el ayuntamiento, erguido en 1715 y abierto a visitantes y curiosos todos los días del año entre las siete de la mañana y las ocho de la tarde.

Quien quiera saber más sobre la Historia de Bad Karlshafen puede acercarse al Museo Hugonote. Allí encontrará un detallado informe sobre las tragedias de los hugonotes, el sufrimiento por la persecución y los percances de la escapada hasta tierras tan lejanas. Imágenes escalofriantes y relatos de las víctimas ponen los pelos de punta.

A Bad Karlshafen se puede llegar en coche, en autobús, en tren o en barco. Pero uno de los viajes más hermosos se hace en bicicleta. Un camino habilitado recorre las orillas del río Weser hasta alcanzar la ciudad, por uno de los paisajes más bellos y cargados de naturaleza viva de Alemania.

Del pedaleo puede uno recuperarse en los numerosos hoteles de lujo y zonas "Spa" con vistas al río. Y para los que cuentan con menos recursos, Bad Karlshafen ofrece pensiones más económicas y un albergue juvenil que por menos de 20 euros la noche acoge a los peregrinos que se adentran hasta el corazón de Alemania, a orillas de Weser.