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Banco del Sur: desafío al Banco Mundial

Ina Rottscheidt / PK3 de julio de 2007

Al principio no tomado en serio en el mundo financiero internacional, el Banco del Sur aspira a transformarse en un contrapeso al Banco Mundial y el FMI.

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Hugo Chávez (izq.) y Néstor Kirchner: dieron el impulso inicial al Banco del Sur.Imagen: AP

“No tenemos que ir más a Washington, ni al FMI ni al Banco Mundial, a ningún lado”, anunció Hugo Chávez, el presidente de Venezuela. A ambas instituciones las acusa de “explotación” a través de créditos que califica de “mecanismos del imperialismo”.

Siguiendo su iniciativa, Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela se proponen crear un banco regional de desarrollo, que termine con el predominio de las instituciones crediticias internacionales. Se planea dotar al nuevo banco de unos 7.000 millones de dólares de capital, aportados por los siete miembros.

El 19 de julio se reunirán en Caracas expertos gubernamentales de los siete países y se cuenta con el que el 2 de agosto se dé a conocer formalmente la creación del Banco del Sur. Su fundación deberá ser ratificada al menos por dos parlamentos para que pueda comenzar a prestar y captar fondos.

Para más adelante se planea también crear un “fondo monetario” latinoamericano, para asistirse mutuamente en caso de que la región enfrente una crisis financiera.

El objetivo primario del Banco del Sur será conceder créditos para grandes obras de infraestructura, la expansión de empresas nacionales y el fomento de las pequeñas y medianas empresas privadas. “Los objetivos suenan bien”, dice Federico Foders, del Instituto de Estudios de la Economía Mundial, de Kiel. Y agrega que sobre todo el fomento de las pymes es algo muy singular en ese contexto.

El primer proyecto planeado es el “Gasoducto del Sur”, de más de 8.000 kilómetros de largo, de Bolivia a Argentina. También Cuba podría contarse entre los primeros tomadores de crédito.

Capital e influencia política

No obstante, Folders no cree que el Banco del Sur pueda transformarse económicamente en una seria alternativa al Banco Mundial. Bildunterschrift: Para ello, el capital inicial de 7.000 millones es demasiado reducido, agrega. Como punto de comparación sirva que sólo Argentina tuvo en el año de la crisis 150.000 millones de euros de deuda y los emigrantes remiten de EE. UU. anualmente unos 60.000 millones de dólares a América Latina. Por ello, en caso de grandes proyectos, los países deberán recurrir nuevamente al Banco Mundial, dice Folders.

Políticamente, por el contrario, el plan debe ser tomado en serio, resalta Hans-Hartwig Blomeier, jefe del departamento América Latina de la Fundación Konrad Adenauer: “Concuerda con el objetivo de Chávez de ejercer influencia en la región. Para ello necesita determinadas instituciones: el canal de TV multiestatal TeleSur fue un primer paso en el sector de los medios de comunicación y en ese sentido vel al Banco del Sur como un segundo y consecuente paso”.

Blomeier también cree que con la concesión de créditos, el Banco del Sur puede llegar a ejercer influencia sobre la política económica de los países. “Seguramente la intención existe”, agrega. Y resalta que: “en países pequeños, como Nicaragua y Ecuador, donde Chávez ya ejerce influencia directamente, el nuevo banco le puede proporcionar una palanca formal para continuar con ello.”

¿Un emprendimiento riesgoso?

Pero "condicionar sólo se puede con el peso correspondiente”, acota, “y si a mediano plazo el banco con sede en Caracas no quiere transformarse en insignificante, debe aumentar el capital”. Para ello, actualmente sólo Venezuela dispone de los medios y “quien aporta el capital, tiene un correspondiente peso a la hora de tomar decisiones”, dice Blomeier.

Para Folders, el banco es, sin embargo, un emprendimiento riesgoso. Actualmente en la región hay capital, porque los precios de las materias primas y el petróleo suben desde el 2002. En una situación así, independizarse financieramente y crear reservas tiene sentido. Pero, pregunta, “¿qué sucede si los precios de las materias primas disminuyen?” En los años 80 y 90, una situación similar llevó a la crisis de deuda.

No obstante, Folders califica la fundación del Banco del Sur de hecho político “que no tiene por qué ser negativo”. Aspirar a mayor independencia con respecto a bajo qué condiciones se conceden los créditos es comprensible, destaca, recordando las grandes dependencias del pasado: aún en 2005, el 80 por ciento de todos los créditos de FMI fueron para América Latina. “Y Argentina entró en la crisis de la mano del FMI. Bien se puede apuntar déficits en la gestión del FMI y hay muchas cosas que se pueden hacer mejor”, dice Folders.

Blomeier, por el contrario, se pregunta qué puede hacer el Banco del Sur que no pueda hacer el BID. “Quizás debieran concentrarse mejor allí las fuerzas y perfeccionar los instrumentos ya existentes”, opina. Para Blomeier, la fundación del banco es una “estrategia de marketing” de Chávez, “para demostrar capacidad de liderazgo”. Pero, agrega, es sobre todo “efectismo y propaganda, como mucho de lo que hace en Venezuela”.