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Derecho y leyes

Beatifican al juez Rosario Livatino, asesinado por la mafia

9 de mayo de 2021

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Rosario Angelo Livatino.
Rosario Angelo Livatino.Imagen: Catholic Press Photo/picture alliance

El juez Rosario Livatino, que tenía 38 años cuando fue asesinado por la mafia en Sicilia el 21 de septiembre de 1990, fue beatificado este domingo (09.05.2021) en la catedral siciliana de Agrigento (sur) en una misa homenaje a un "mártir" de la justicia. Un relicario que contenía su camisa ensangrentada fue colocado en la catedral, mientras en el Vaticano el papa Francisco rindió homenaje a "un mártir de la justicia y la fe".

"En su servicio a la comunidad como juez recto, que nunca se dejó corromper, se esforzó por juzgar no para condenar sino para redimir", dijo el papa tras el rezo del Regina Coeli. "Su trabajo lo puso siempre 'bajo protección de Dios', por eso se convirtió en testigo del Evangelio hasta su heroica muerte", añadió.

El magistrado italiano, que rechazaba usar escolta armada, fue asesinado a unos kilómetros de su casa, cerca de Agrigento, cuando se disponía a tomar medidas de detención domiciliaria contra miembros de las grandes familias de la mafia siciliana (Cosa Nostra). Cuando la policía llegó al lugar donde yacía con la cabeza destrozada, halló su agenda, con la sigla "STD" inscrita en la primera página, como en todos sus expedientes. Se trata de la antigua invocación 'Sub tutela Dei' ('Bajo protección de Dios') utilizada por los magistrados en el Medioevo antes de tomar decisiones oficiales. 

Rosario Livatino iba cada mañana a la iglesia, antes de dirigirse al tribunal. Sus notas revelaron la fuerza de su compromiso profesional inspirado por sus convicciones religiosas: pedía perdón a Dios por los riesgos a los que exponía a sus familiares. "Hacer justicia, escribía, es como orar y consagrar su vida a Dios".

Livatino había dejado a su novia dos años antes, con su acuerdo. Un misionero de la justicia, dijo a sus padres consternados, no puede involucrar a una esposa y una familia en su aventura. "¿Que fue lo que les hice, pequeños?", fueron sus últimas palabras mirando a sus dos jóvenes asesinos, reveló un arrepentido. Luego Rosario Livatino recibió balas en la boca para reducirlo simbólicamente al silencio.

Fue "la queja de un hombre justo que sabía que no merecía esta muerte injusta", comentó el papa Francisco, en un reciente prólogo a un libro consagrado al juez. (AFP)