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Bukele es "la principal fuente de desinformación en el país”

Martin Reischke
4 de octubre de 2020

José Luis Sanz, director del medio digital “El Faro” de El Salvador, habla con DW sobre los ataques del presidente Nayib Bukele contra su periódico y el creciente autoritarismo del gobierno.

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Protesta en El Salvador en contra del presidente salvadoreño, Nayib Bulele.Imagen: Marvin Recinos/AFP

Deutsche Welle: Desde julio pasado, el ministerio de Hacienda está auditando la contabilidad del periódico digital El Faro. Se supone que se trata de un proceso estrictamente técnico. Sin embargo, Carlos Dada, el cofundador de este medio, lo calificó como "acoso fiscal". ¿Por qué?

José Luis Sanz: Porque desde que comenzó ha habido insistencia en solicitar información que excede lo que consideramos que es normal en una auditoría. Desde el primer momento nos pidieron todos los libros de acta de junta directiva desde 2014, cuando en los procedimientos normales de auditoría, lo que hacen es pedir aquellos puntos de acta que sustentan las acciones de interés tributario que han detectado. En nuestros libros de actas había información y discusiones que no tienen interés tributario y que por tanto no están dentro del rango de interés legítimo de una inspección del ministerio de Hacienda.

José Luiz Sanz, Direktor der digitalen Medien 'El Faro'
José Luiz Sanz, director del medio salvadoreño 'El Faro'.Imagen: privat

¿Cómo reaccionó el ministerio de Hacienda ante su crítica?

Su respuesta fue que no podían saber lo que les interesaba sin leer todos los libros de actas. Todo esto sucede en un contexto en el cual el gobierno está atacando a los medios de comunicación de manera sistemática. De hecho, justo después de que publicamos una investigación en la que revelábamos que el gobierno llevaba un año negociando en secreto con la pandilla Mara Salvatrucha para reducir los homicidios y conseguir apoyo electoral de la pandilla en las elecciones legislativas del año que viene, un candidato a diputado del partido oficial dijo que íbamos a terminar en la cárcel por violadores o por lavado de dinero. El ministro de Hacienda redistribuyó este mensaje. La acumulación de señales nos ha hecho concluir que las sospechas iniciales estaban más que sustentadas y que se trata en realidad de un intento por acceder a información que no afecta los tributos y nuestras declaraciones de impuestos, sino lo que buscan es conseguir información con la cual pueden cuestionar y atacar al periódico.

También les exigen una lista de nombres de todos sus suscriptores...

Es una de las partes que más nos preocupa. Tememos que, si damos esta información al ministerio de Hacienda, esto se convierta en una herramienta para atacar a personas por el simple hecho de ser suscriptores del periódico. Por eso, hemos presentado un amparo ante la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia.

Los auditores de Hacienda ya le dieron la razón a El Faro en cuanto a la entrega de actas de junta directiva...

Nos dieron la razón en uno de los puntos. Ya no nos piden los libros de actas, sino que nos piden los puntos de actas con impacto tributario, y ya los hemos entregado.

El 24 de septiembre, el presidente Nayib Bukele aseguró en cadena nacional – un programa del gobierno transmitido por todos los canales de radio y televisión del país – que el ministerio de Hacienda está tratando de construir un caso de lavado de dinero contra El Faro. ¿Cuál es su lectura de este aviso presidencial?

Me parece que esta cadena nacional confirma que el actual gobierno está haciendo un uso político del ministerio de Hacienda y de su capacidad de auditoría. Que el presidente diga esto en público es una amenaza indirecta y una agresión, lo que pretende es desacreditarnos.

Según el Código Tributario salvadoreño, la información que se entrega a la Administración Tributaria tiene el "carácter de información reservada". ¿Qué significa esto con respecto a las palabras del presidente?

Creemos que el presidente puede estar incurriendo incluso en ilegalidades a la hora de afirmar que Hacienda está investigando lavado de dinero, porque procedimentalmente no tendría que tener acceso a la información de nuestra auditoría. Si Hacienda detecta indicios de un delito, lo que tiene que hacer es notificar a la fiscalía. Nos da la impresión de que Hacienda está actuando como si fuera una fiscalía y esa no es su labor.

Desde su fundación, El Faro siempre ha sido criticado y atacado por diferentes gobiernos. ¿En qué se distingue la actual situación de otros momentos críticos?

La relación con el Estado siempre ha sido tensa. La diferencia ahora es que este gobierno sistemáticamente ataca a la prensa y además ha generado una estructura de acoso en redes sociales que termina con amenazas directas a periodistas – amenazas de muerte, amenazas de violencia sexual contra mujeres periodistas; hay estructuras de linchamiento digital contra periodistas. El presidente de manera consistente está alimentando la narrativa desde los máximos niveles de poder que tiene de que nosotros –El Faro y otros medios– recibimos financiamiento u órdenes de personas desconocidas y que tenemos fuentes oscuras de financiamiento y compromisos oscuros con alguien que nos dicta la línea editorial.

En agosto, la Asamblea Legislativa creó una comisión especial para investigar los ataques contra periodistas y medios de comunicación de El Salvador. ¿Qué puede aportar esta comisión?

Yo tengo el temor de que se instrumentalice políticamente. En cualquier caso, me parece que desde el punto de vista institucional es un paso correcto. Nosotros hemos participado en esta comisión por la simple razón de que creemos que las instituciones deben operar, y además nos parece importante que quede un registro formal de las denuncias que nosotros y muchos otros medios en el país estamos realizando, pero soy bastante pesimista en cuanto al alcance real que tenga esta comisión.

A pesar de las revelaciones de El Faro sobre corrupción en el Gobierno y el pacto de Bukele con las pandillas, la gran mayoría de los salvadoreños aplaude las políticas del presidente. ¿Por qué le molesta tanto lo que publica un medio digital que se dirige a un pequeño nicho del mercado – un público académico e intelectual?

Creo que Nayib Bukele es consciente de que la popularidad no determina qué es verdad y qué es mentira y tarde o temprano, la historia de El Salvador demuestra que la ciudadanía responde a los hechos. Creo que Bukele y su gobierno son la principal fuente de desinformación en este país, pero a pesar de su potente estructura, la historia reciente demuestra que el trabajo periodístico termina teniendo un impacto en la sociedad. Si no fuera así, es posible que Nayib Bukele no fuera Presidente, porque la corrupción de los gobiernos de Arena y del FMLN fue revelada por medios como El Faro. El descrédito de los partidos tradicionales que abre el espacio para que Bukele sea presidente se basa en buena medida en cuestionamientos hechos por los medios de comunicación. Entonces, aunque el presuma de tener enorme popularidad, sabe que el trabajo periodístico termina permeando en el debate público, incluso cuando somos medios pequeños.

¿Cuál es la visión que tiene Bukele?

Lo que está buscando es un El Salvador en el cual no haya voces críticas legitimadas. Nayib Bukele ha demostrado a lo largo de su primer año de gobierno que no es un demócrata. Para él, la democracia es simplemente un sistema de elección de gobierno, pero no cree que en una democracia debe de haber pluralismo, no cree que la libertad de expresión sea algo que hay que proteger. De hecho, lo que hace es castigarla, y teme el papel que un periodismo independiente pueda tener durante el resto de su gobierno: alimentando un debate crítico, una consciencia crítica en el país. Bukele no nos ataca porque nuestras investigaciones vayan hacerle perder las elecciones. Nos ataca porque nuestras investigaciones contradicen la visión que tiene de un país en el cual hay una única verdad y es la que él difunde desde sus estructuras de propaganda.

A nivel internacional, hay mucho apoyo para la prensa independiente en El Salvador. Congresistas norteamericanos han criticado la hostilidad de Bukele con los medios de comunicación, unos 600 periodistas e intelectuales de 47 países condenaron los ataques de Bukele al periodismo independiente. ¿De qué forma les ayuda este respaldo internacional en su trabajo periodístico?

A Nayib Bukele, que estaba preocupado por su imagen internacional, le impacta el debate internacional, sobre todo porque debilita esta narrativa de que todos respondemos a pequeñas agendas partidarias. La vigilancia de la comunidad internacional es de las pocas garantías que en estos momentos podemos tener para garantizar que se cumpla al menos con el debido proceso en las investigaciones o acusaciones que desde el gobierno se está tratando de levantar contra nosotros. Si Bukele pretende a una velocidad vertiginosa seguir debilitando las herramientas y el funcionamiento democrático del país, para nosotros es muy importante que él sepa que el mundo lo está viendo.

¿Ud. teme que los ataques verbales y virtuales pueden convertirse en ataques físicos contra reporteros y reporteras?

Si este constante discurso de odio a la diferencia, al criterio y de ataque al periodismo continúa, sí temo que en algún momento los periodistas en El Salvador estemos en riesgo de ataques físicos. En el corto plazo, lo que temo es que haya abusos de poder contra nosotros. Confío en que la fiscalía actúe con independencia y evalúe realmente la absoluta falta de prueba contra nosotros, porque de lo contrario, lo que tendríamos es la posibilidad de que abran acciones judiciales contra nosotros sin ninguna base, que haya incluso detenciones contra nosotros o que se congelen cuentas bancarias del periódico basado en acusaciones salidas del ejecutivo y sin ninguna prueba.

(ju)