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Canchas sintéticas, ¿ventaja o desventaja?

8 de octubre de 2009

Alemania se enfrenta a Rusia en el partido clasificatorio más importante con vistas al Mundial de Fútbol. En Moscú, la selección germana jugará por primera vez en cancha de pasto sintético, lo cual desencadena el debate.

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Cancha sintética del estadio Luschniki en Moscú.Imagen: picture alliance / dpa

“El fútbol se juega sobre pasto natural y no en cancha artificial”. La frase es de Sebastian Masuch y seguramente la comparten casi todos los futbolistas, tanto profesionales como aficionados. El arquero del FC Junkersdorf de la ciudad de Colonia, de las sexta división, juega con su equipo en un campo cercano al estadio mundialista de la ciudad a orillas del río Rin. En una cancha artificial, la pelota se mueve de modo muy diferente a como lo haría sobre pasto. “En los pases, se puede calcular, pero en el tiro al arco, o cuando la cancha está mojada, el arquero no puede predecir lo que pasará”, dice Masuch.

“Es otro juego”, confirma su entrenador, Daniel Zillken. “La pelota se acelera justo cuando se juega una pelota larga o cuando el campo de juego está mojado. Entonces el balón cobra una velocidad increíble. Hay que cuidarse y jugar sólo pases cortos.” La técnica y la precisión tienen un papel muy importante, y al juego sobre pasto artificial hay que acostumbrarse. “Tenemos una pequeña ventaja. Sabemos cómo salta la pelota. Sin embargo, creo que muchas cosas se deciden en la cabeza, más que nada en el fútbol profesional”, opina Zillken.

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El pasto sintético no ensucia la ropa.Imagen: DW

¿Sólo una cuestión mental? El entrenador del Schalke, Felix Magath, piensa distinto. Conoce muy bien la cancha sintética en Moscú gracias a su paso por el FC Bayern: “No puedo aceptar que a un nivel así, en un partido tan significativo, un equipo tenga semejante ventaja al competir”. Y no es el único que opina así. El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, ya está harto de escuchar esas quejas. “No se trata de una distorsión de la competición. El pasto artificial es el futuro del fútbol”, comentó Blatter. A estas alturas se jugaron ya dos mundiales de Sub-17 casi completamente sobre pasto artificial. Y no sólo en el Estadio Luschkini de Moscú, sino también en Salzburgo y Berna.

Diferencias no son científicamente comprobables

¿Existe realmente una ventaja? Wolfgang Potthast, del Instituto de Biomecánica de la Universidad del Deporte de Colonia, investigó los patrones de movimiento de jugadores sobre pasto natural y los comparó con los realizados en pasto artificial. El resultado: “Los tiros no se pueden ubicar tan bien, son más débiles y los jugadores se mueven muy distinto, más cuidadosamente.”

Bundestrainer Joachim Löw
Entrenador del 11 alemán, Joachim Löw.Imagen: picture-alliance/ dpa

Estos resultados valen únicamente para un tipo de pasto artificial con un relleno de mala calidad, como puede serlo la arena o una mezcla de granulado. Además, el cuidado de la cancha tiene un papel preponderante, más que nada si el relleno se comprimiese y los tallos se aplastaran y no se los cepillara. En un estudio sobre cancha de ceniza, Potthast no pudo comprobar que hubiese grandes diferencias con una cancha de pasto natural. Y esto lo confirman otros estudios al respecto. “En lo que se refiere al comportamiento táctico durante el juego, sobre pasto artificial se juega menos por el exterior, y se juega preferentemente el pase corto en lugar del pase a la carrera. La frecuencia de lesiones no se diferencia demasiado”, explica el científico.

Si se toman en cuenta estas investigaciones, el resultado es que la cancha de Moscú cumple con los criterios de la FIFA. Eso denota que no hay ventajas para los rusos, ya que un equipo con la fuerza del once alemán no debería tener ningún problema en jugar allí.

El equipo alemán prueba cancha artificial en Maguncia

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Daniel Zillken.Imagen: DW

A pesar de tener la autoestima alta, el once germano descubrió que el pasto artificial de Maguncia es casi idéntico al de Moscú, y, luego del primer entrenamiento, reina la confianza en las filas del equipo. “No hay problema”, dice el goleador Lukas Podolski, que durante su juventud en el FC de Colonia jugó a menudo sobre pasto artificial.

De modo parecido piensa el manager del equipo, Oliver Bierhoff: “Podemos quejarnos tanto como queramos. Debemos jugar a ras de suelo.” En las cinco jornadas de entrenamiento se prueban, según Joachim Löw, el entrenador nacional alemán, pases de precisión y la toma de posesión y seguimiento de la pelota. “En cuanto a la formación, se discute cuáles son los jugadores predestinados a asumir tareas sobre el pasto sintético”, dijo Löw, despertando las esperanzas de jugadores inquietos y de buena técnica como Mesut Özil, Marko Marin o Piotr Trochowski.

El partido se decide en la cancha

Los jugadores del FC Junkersdorf de Colonia, como muchos equipos, juegan cada vez más a menudo sobre canchas artificiales. Claro está que los campos son más fáciles de cuidar y se juega mejor en invierno. Además, la renovación de una vieja cancha de ceniza cuesta a veces lo mismo que una nueva cancha de pasto sintético. Y hay otra ventaja, pero el capitán del FC Junkersdorf, Matthias Börger, seguramente no podrá convencerlos: “La ropa no se ensucia tanto y, para aquellos que se ocupan de lavarla, eso ya es una gran ventaja”.

Autorin: Olivia Fritz/ Cristina Papaleo

Editor: Wolfgang van Kann