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"Chicharito" y la Bundesliga: una despedida agridulce

Enrique López Magallón
21 de julio de 2017

Es ya un hecho que Javier "Chicharito" Hernández se va del Bayer Leverkusen para jugar en el West Ham londinense. Su paso por el fútbol alemán fue un claroscuro que acabó de manera lacónica.

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Fußball Bundesliga 28. Spieltag Bayer Leverkusen gegen VfL Wolfsburg
Imagen: Getty Images/Bongarts/M. Volkmann

Regresó a donde siempre quiso volver. A la liga que nunca perdió de vista. A comunicarse en el idioma por el cual jamás aprendió alemán. Es verdad que las coordenadas no favorecían la permanencia de Javier "Chicharito” Hernández en el Bayer Leverkusen. El club se separó hace meses del técnico Roger Schmidt, y el nuevo entrenador, Heiko Herrlich, no parece garantía de un ascenso rápido a las competencias europeas. Además, Leverkusen se separó de otros jugadores importantes como el internacional turco Hakan Calhanoglu y el central Toprak. Otra pieza clave, el esloveno Kevin Kampl, estuvo a punto de irse al fútbol de China y solo a regañadientes seguirá jugando para los "aspirinos”. Bayer Leverkusen parece encaminarse así a un destino incierto, en la búsqueda de superar la crisis en la que se encuentra después del mediocre torneo anterior.

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Pero "Chicharito” Hernández podía haber hecho más por dejar honda huella en el fútbol alemán. No lo hizo, en primer lugar porque nunca acabó de aterrizar en la Bundesliga. No todo fue su culpa. Apenas llegado sufrió el shock de verse enfrentado a Stefan Kießling, un gran ídolo para la afición del Bayer Leverkusen. Ésta, en principio, no vio con buenos ojos que el delantero alemán se viera relegado a la banca para dejar su lugar al prestigiado atacante mexicano. La responsabilidad, en gran parte, fue del entonces técnico Roger Schmidt, cuyo sistema contemplaba solo un hombre de área.

Schmidt tampoco corrigió el ambiente en los vestidores. Por las bandas, Calhanoglu y Bellarabi conspiraban para no abastecer a "Chicharito” de lo que más necesitaba: balones a modo para demostrar su peligrosidad. Un fuerte reclamo del mexicano a Bellarabi, durante un partido de Champions League contra el Barcelona en diciembre de 2015, cimbró al equipo y acabó con el egoísmo de los mediapuntas en contra del mexicano.

Auge y caída

El entrenador Schmidt eventualmente cambió de sistema y probó poner juntos a Kießling y a "Chicharito”. A partir de dicha enmienda y del fin del conflicto con sus coequiperos, Hernández vivió uno de sus mejores momentos en los dos años y que permaneció en la Bundesliga.

Lo que vino después fue una cadena de altibajos personales y deportivos: 17 goles en el torneo, la conquista de un lugar en la Champions League, el anuncio de la boda con la periodista Lucía Villalón; y luego, la sequía goleadora al siguiente torneo, la serie de penales fallados, la abrupta separación de su pareja sentimental, la cancelación de las nupcias, la insuficiente cuota goleadora.

BG Confed Cup 2017 | Chicharito
Chicharito es el máximo goleador en la historia de la selección mexicanaImagen: picture alliance/augenklick/Mexsport

Aunado a todo lo anterior, "Chicharito” nunca quitó el dedo del renglón al acariciar la idea de un posible regreso a la Premier League. Esto fue registrado desde un principio por el mundillo del fútbol germano. La especulación fue permanente: el supuesto interés de clubes españoles, británicos y estadounidenses fue magnificado por medios mexicanos y por el entorno del jugador, ninguno de los cuales parecía conforme con la presencia de Hernández en el fútbol alemán. Todos ellos, incluido el propio delantero, transpiraban la impresión de que la liga alemana era prescindible para el exatacante del Manchester United y el Real Madrid. Hernández jamás atajó las constantes versiones que lo vinculaban con otros clubes.

¿Sin pena ni gloria?

Al final, el paso de "Chicharito” Hernández por el Bayer Leverkusen fue una especie de matrimonio por conveniencia, como suele suceder en el fútbol moderno: impulsó activamente el "marketing” de la Bundesliga, ayudó al club en la venta de camisetas, y llevó a muchos aficionados mexicanos al Bay Arena de Leverkusen, o a seguir los partidos por televisión. El jugador obtuvo a cambio, además del sueldo, la oportunidad de jugar constantemente y de brillar, así fuera de manera intermitente. Esto lo reposicionó en el mercado internacional, aunque también dejó en claro que el mexicano no es ningún Pierre-Emerick Aubameyang, ni un Robert Lewandowski.

El final tiene por todo esto un sabor agridulce. A diferencia de su paisano Pavel Pardo, que durante su paso por la Bundesliga se esforzó por dominar el idioma alemán e identificarse con la afición de su club (Stuttgart), "Chicharito” nunca conectó. El Bayer le dijo adiós de manera lacónica: con boletín escueto, un recuerdo de los 39 goles anotados y el #GraciasChicha como despedida en las redes sociales. El mexicano, muy activo en éstas, se fue sin tuits a los hinchas del Bayer. Ni una palabra. Simplemente, se fue.

Autor: Enrique López Magallón (VT)