Christo y Las Puertas efímeras y reciclables
9 de febrero de 2005
La instalación The Gates, Las Puertas, de la pareja de artistas Christo y Jean-Claude, vive su fase final previa a la inauguración el 12 de febrero; podrá ser apreciada sólo durante dos semanas, hasta el 27 de febrero, tras lo cual será desmontada y su material reciclado. Vistas desde los edificios que rodean al Central Park, Las Puertas se asemejarán a "un río dorado que aparece y desaparece por entre los árboles".
Filtros industriales para el arte
A lo largo de 37 kilómetros instalarán 7500 puertas de 4,9 metros de alto, de cada una de las cuales colgarán cortinas de color azafrán, de un material que normalmente tendría un uso muy distinto. Su fabricante, el alemán Stefan Schilgen, explica que se trata de una tela que normalmente se utiliza como filtro en plantas de aguas residuales. 160.000 metros cuadrados de este material producirá Schilgen especialmente para el proyecto. Con cierto orgullo ve el fabricante su producto industrial convertido en arte. Más aún, cuando es la segunda vez que trabaja junto a este par de artistas ambientalistas: Schilgen fue quien produjo la tela para la famosa envoltura del Reichstag alemán, hace diez años.
La libertad hecha arte
Wolfgang Volz, oriundo de Dusseldorf y coordinador desde hace 34 años de los proyectos de Christo y Jean Claude, explica: "Todos nuestras obras giran en torno a la libertad. Nadie puede comprar nuestros proyectos, nadie puede exigir entrada por ellos. Por eso no pueden ser permanentes y tienen que desaparecer para siempre". Sólo las fotografías -con las que se financian los proyectos- quedan. Y de ellas se encarga Volz. Las primeras concernientes a este proyecto datan de 1980.
Cuarto de siglo de solera
Fue en 1979 cuando Christo, de origen búlgaro y cuyo nombre completo es Christo Javacheff, y su esposa y colaboradora, Jeanne-Claude de Guillebon, de origen francés, concibieron la idea de un "sendero de puertas" para el Central Park, el pulmón de la ciudad de Nueva York, en la que residen desde hace 40 años. Todo este tiempo le tomó a la ciudad aceptar el proyecto.
La pareja de artistas declara que para ellos las gestiones burocráticas para obtener permisos, las audiencias públicas, los estudios de ingeniería e impacto ambiental y la fabricación industrial como parte del proceso y de la obra de arte en sí misma. La naturaleza de la obra de Christo y Jean-Claude es efímera y reciclable, pues, en sus palabras, "quizás la fuerza más poderosa del arte es que los cambios no ocurren en el sitio donde éste está, sino en nosotros'".