Collage europeo

El periódico conservador de Polonia, Dziennik, comenta las posibles consecuencias negativas de levantamiento de controles fronterizos: “ Ante nuestros ojos se levanta una cortina que, si bien no es de hierro, sí separa a dos europas: una buena y otra mala. En tan sólo un momento, nuestros vecinos del Este obtendrán aquello que constituía el centro de sus demandas; es decir, el libre tránsito hacia nuestro país. Así podrán gozar de la posibilidad de ganar más dinero y de observar cómo funciona una democracia moderna y occidental. Paso por paso, tal experiencia se podrá traspasar a Ucrania y Bielorrusia. La noche del 20 al 21 de diciembre, Polonia perderá su instrumento más atractivo de influencia en los acontecimientos hacia el Este. Se trata del fin de una efectiva política hacia la región. Para ayudar a Ucrania, en lo sucesivo deberemos voltear hacia Bruselas.”

La crisis de Bélgica

Otro tema europeo de actualidad es la crisis gubernamental por la que atraviesa Bélgica. Der Standard, de Viena, dice lo siguiente al respecto: “Guy Verhofstadt podría lograrlo. El bloqueo en la política interna belga, que dura ya algunos meses, parece haber sido sorteado. El Flandes a los flamencos, y Valonia a los valones; ésa parece ser la solución. Pero muchos belgas opinan que no ha llegado el momento propicio para asumirla. Si fracasa la reforma del Estado en Bélgica, podrían cambiar de parecer.”

Débil identidad

A su vez, el Neue Zürcher Zeitung, de Zúrich, manifiesta otro punto de vista: „Los equilibrios políticos en Bélgica no se conforman, como en Suiza, a partir de un consenso nacional. El país es una federación que no refleja la voluntad de los ciudadanos. Es posible que exista cierta identidad belga, pero las lealtades específicas a las diferentes comunidades determinadas por el idioma son por lo menos igual de fuertes. No será tan fácil encontrar una salida a esta profunda división. Pero Bruselas no solamente es la capital de Bélgica, sino de toda Europa. La mejor oportunidad para romper el círculo vicioso entre los antagonismos flamencos y valones consiste en promover una unidad europea que otorgue mayores facultades a las regiones. Esto puede durar mucho tiempo.”

Un camino peligroso

El periódico francés Libération comenta la posible liberación de rehenes por parte de la guerrilla colombiana FARC: „Con su llamado a los rebeldes colombianos, el presidente Nicolas Sarkozy corre el riesgo de otorgar legitimidad a una agrupación catalogada como terrorista en Europa. El presidente colombiano Uribe, electo por mayoría, busca la manera de garantizar la seguridad y el Estado de derecho. En cambio, las FARC persiguen ambiguas metas políticas, mientras viven del tráfico de cocaína y el pago de rescates por secuestros. Sarkozy ha demostrado coraje al abordar el tema, pero no tiene mucho margen de maniobra: se ve obligado a negociar con estos terroristas y con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien se ha ofrecido a servir como mediador. Pero en estos esfuerzos, Sarkozy no debe minar las atribuciones del mandatario colombiano. No es un camino fácil, pero es el único que hay.”