1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Coronavirus y hambre, azotes que amenazan a Corea del Norte

Julian Ryall
5 de julio de 2021

Ya golpeados por las sanciones internacionales y la escasez de alimentos, los habitantes de Corea del Norte ahora enfrentan al COVID-19, casi sin esperanzas ante un sistema de salud depauperado.

https://p.dw.com/p/3w1OL
Toma de temperatura en Corea del Norte.
Toma de temperatura en Corea del Norte.Imagen: KIM WON JIN/AFP/Getty Images

El martes 29 de junio, el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, advirtió a su país sobre una "gran crisis" relacionada con la pandemia del coronavirus, desatando especulaciones sobre las dificultades que enfrentaría el rudimentario sistema de salud para controlar un brote significativo de la enfermedad.

En los últimos 18 meses, Pyongyang  ha insistido en que no se detectaron casos del coronavirus dentro de sus límites nacionales, y que las drásticas medidas adoptadas para prevenir el ingreso del SARS-CoV-2, como el cierre de las fronteras, han sido efectivas.

Eso ha sido virtualmente imposible de confirmar, sobre todo, porque ya no existe ayuda internacional ni organizaciones extranjeras de salud dentro del país. Los expertos sostienen, sin embargo, que es extremadamente improbable que Corea del Norte haya escapado indemne a la pandemia, especialmente debido a su ubicación geográfica cercana con China, la fuente del primer brote, y su enorme dependencia de ese país para exportar e importar bienes.

Errores de los funcionarios

"Los altos funcionarios a cargo de importantes asuntos estatales descuidaron la implementación de las decisiones adoptadas por el partido para llevar a efecto las medidas organizacionales, institucionales, materiales, científicas y tecnológicas […] asociadas con la crisis de salud mundial", dijo Kim en una reunión del Politburó, según la agencia KCNA.

Kim Jong-un ante el Politburó.
Kim Jong-un ante el Politburó.Imagen: KCNA/AP Photo/picture alliance

Eso "provocó el escenario para la creación de una enorme crisis de la seguridad del Estado y de la ciudadanía, y generó graves consecuencias", explicó el líder supremo. No existen detalles sobre cuál es la "enorme crisis", pero las imágenes de televisión de la reunión indican que varios funcionarios ya no estaban presentes, y es probable que hayan sido degradados, o incluso apresados, o enviados a campos de trabajo por sus errores.

"Las purgas de personas que han 'fallado' son una realidad en la vida de Corea del Norte, aunque no está claro cuán severas pueden ser estas sanciones", dijo a DW Daniel Pinkston, profesor de Relaciones Internacionales en el campus de Seúl de la Universidad Troy. El experto agregó, sin embargo, que tampoco se sabe con certeza qué más se pudo haber hecho para proteger mejor a los 25,7 millones de ciudadanos del país.

"No es ningún secreto que el país está en dificultades en estos momentos", añadió, recordando que el gobierno de Kim ha estado bajo la presión de las sanciones internacionales durante varios años debido a que continúa desarrollando un programa de armas nucleares y de misiles de largo alcance.

"Ya enfrentaban escasez cuando estalló la pandemia en China, y Corea del Norte respondió cerrando las fronteras", sostuvo el experto. "Prácticamente nada ha entrado o salido del país, e incluso las rutas de contrabando, que, efectivamente, actuaban como un salvavidas para muchas personas, también fueron cerradas. Es imposible medir con precisión el impacto, pero está claro que la economía se ha visto dañada", apunta.

Empeoramiento de la escasez de alimentos

Con muchos menos productos importados desde China, la escasez de alimentos en Corea del Norte empeoró después de un año de malas cosechas, con cultivos especialmente afectados por dos grandes tifones que azotaron la región agrícola más importante del país.

Aunque al comienzo no se usaban, las mascarillas también se han multiplicado en el paisaje diario de Corea del Norte.
Aunque al comienzo no se usaban, las mascarillas también se han multiplicado en el paisaje diario de Corea del Norte.Imagen: Kyodo/imago images

Ahn Yinhay, profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad de Corea, en Seúl, sugiere que las acusaciones de incompetencia lanzadas por Kim contra altos funcionarios y las purgas muestran que el líder está "desesperado" por la situación. "De acuerdo con lo que hemos escuchado, parece que el virus se está propagando, lo cual es muy preocupante, porque el país carece de las capacidades necesarias para tratar a la población", señaló en entrevista con DW.

"Nadie creía que no hubiera casos, pero lo que ha ocurrido ahora sugiere que las autoridades norcoreanas ya no pueden hacerse cargo de la situación", explica. "Y sia  eso se suma a la crisis alimentaria que la gente ya padece, se hace evidente por qué las máximas autoridades estarían aterrorizadas", agregó Ahn.

Un reporte publicado por el Instituto de Desarrollo de Corea de Seúl a fines de junio aseguraba que Corea del Norte está enfrentando un déficit de más de 1,3 millones de toneladas de cereales, imprescindibles para alimentar a una población que ya sufre de desnutrición. Esas estimaciones están respaldadas por conclusiones similares de agencias de ayuda, incluido el Programa Mundial de Alimentos, y reportes en la prensa disidente que, citando a fuentes dentro de Corea del Norte, aseguran que familias enteras ya pasan hambre, y que las Fuerzas Armadas son incapaces de funcionar a plenitud debido a que muchos soldados están debilitados por la falta de alimentos.

"Ardua marcha"

Quizás el indicador más significativo de la gravedad del problema lo haya dado el mismo Kim, cuando, en mayo, dijo que el país debía prepararse para una "ardua marcha". La frase preocupó a quienes recuerdan los cuatro años de hambruna de mediados de la década de 1990, cuando 3,5 millones de personas murieron de inanición debido a la mala gestión económica, una serie de sequías y el colapso del sistema nacional de racionamiento, además de la pérdida de ayuda de aliados tradicionales, especialmente Rusia.

Ahn afirma, empero, que entonces el régimen norcoreano logró capear la tormenta sin signos de disidencia interna que representaran una amenaza al liderazgo, y que, seguramente, esta vez hará lo mismo. "Incluso cuando mucha gente muera debido a la inacción de sus líderes, ellos seguirán en el poder", sostiene la especialista. "Su gobierno era más importante que las vidas de muchas personas, y eso básicamente no ha cambiado".

(dz/cp)