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COVID-19: el debate sobre la vacuna tiene su lado positivo

Jens Thurau
15 de diciembre de 2020

Después de casi un año con la pandemia del coronavirus, en Alemania los nervios también están al límite. Así lo demuestra el agitado debate sobre el momento de la aprobación de la vacuna, opina Jens Thurau.

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Vacunación contra el coronavirus en Rusia.
Imagen: Iliya Pitalev/dpa/Sputnik/picture alliance

Llegará antes de lo previsto: el 21 de diciembre, la vacuna contra el coronavirus de las compañías BioNtech y Pfizer será, al parecer, también aprobada en Alemania, y la vacunación podría ser posible a partir del 27 de diciembre. Para ello, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) emitirá su tan esperada recomendación para la aprobación de la vacuna antes de Navidad, aunque todavía faltan los últimos detalles. Una buena noticia, finalmente. Porque cada día cuenta.

Un debate agitado

Este anuncio ha sido precedido por días agitados. En Gran Bretaña, Estados Unidos y Canadá, la vacuna ya ha sido aprobada y se está administrando, pero en Alemania se mencionaron una y otra vez distintas fechas para una posible aprobación. Esto ponía los nervios de punta a la gente, que se preguntaba, con razón, qué era lo que estaban haciendo exactamente las autoridades que era más importante que trabajar para conseguir una rápida aprobación de la vacuna.

El "debido proceso" de la UE

En primer lugar, hubo y hay buenas razones para que Alemania confiara en la aprobación europea conjunta y, como lo llama el ministro de Salud alemán, Jens Spahn, mediante un "debido proceso" desde el principio. Spahn tiene razón cuando dice que el espíritu europeo, si es que aún existe en la UE, se muestra precisamente en tiempos de crisis, al actuar de forma solidaria con los demás. Y que, por tanto, no corresponden los esfuerzos nacionales en solitario, como el de los británicos. También es correcto, evidentemente, como dicen una y otra vez diversos expertos, que la aprobación en EE. UU., por ejemplo, no requirió pruebas y exámenes tan minuciosos por adelantado como se requieren ahora en la Unión Europea.

Furioso debate

Sin embargo, la pregunta sobre la fecha de inicio de la vacunación había dado pie a un furioso debate, y los políticos no están exentos de culpa en esto. La impresión era que en el gobierno alemán, incluyendo a la canciller, Angela Merkel, era grande el temor a que la gente relacionara el inicio de las vacunaciones con el fin de la pandemia y se deje, por tanto, de usar mascarillas o de mantener la distancia, de modo que se reduzcan así las posibilidades de éxito de la vacuna.

Jens Thurau, periodista de DW.
Jens Thurau, periodista de DW. Imagen: DW

El propio Spahn informó la semana pasada sobre otra consideración que muestra la inmensa presión a la que están sometidos los responsables de la calse política: Si Alemania hubiera aprobado primero la vacuna, desarrollada conjuntamente por una empresa alemana, en el ámbito nacional, por su cuenta (lo que habría sido posible), entonces, según Spahn, seguramente la gente se habría quejado de que iban a ser utilizados como conejillos de indias.

Así de inseguros se han vuelto, los políticos, al tratar con los ciudadanos. Eso encaja con el hecho de que Spahn ya no quería esperar la confirmación del 21 de diciembre por parte de la EMA. El ministro responsable del país más grande de la UE estuvo presionando a las autoridades para que aclarasen los últimos detalles de la recomendación a fin de aprobar la vacuna poco antes de Navidad.

Gran logro

El desarrollo de la vacuna, que ahora está también a punto de ser utilizada en Alemania y en la UE, es, con razón, la gran esperanza de la gente, y su avance en menos de un año es un gran logro. La aprobación justo antes de la Navidad sería un buen momento para evitar un acalorado debate sobre por qué la vacuna, que también proviene de Alemania, ya se está utilizando en algunos países, pero todavía no en suelo alemán.

Las restricciones siguen siendo correctas

En términos generales, sin embargo, el debate seguirá siendo acalorado. Por ahora, BioNtech y Pfizer podrán suministrar menos dosis de vacunas de lo que se pensaba, y se espera que eso no conduzca a nuevas y salvajes teorías de conspiración. Pero el lado positivo está ahí: esperemos que todo se lleve a cabo de manera rápida, comprensible y solidaria. Primero se vacunará a los grupos de alto riesgo; luego, al personal sanitario. Y debemos permanecer atentos, por ejemplo, a los efectos secundarios no deseados que podrían surgir. Todavía no está claro si una persona vacunada con éxito puede seguir transmitiendo el virus. Y, algo muy importante: el país debe permanecer paralizado durante la Navidad y hasta el 10 de enero, pero probablemente también deba hacerlo durante más tiempo. La pandemia está lejos de terminar, a pesar de las buenas noticias de este martes.

(ct/cp)