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Mediación de la Iglesia fue "exitosa", pero CIDH fue "clave"

Cristina Papaleo
26 de noviembre de 2019

La Iglesia Católica siempre jugó un papel clave en momentos convulsos en América Latina. En la crisis boliviana parece haber sido una buena intermediaria, junto con la UE, la ONU y la CIDH.

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Protestas en La Paz, Bolivia. (15.11.2019).
Protestas en La Paz, Bolivia. (15.11.2019).Imagen: picture-alliance/AP Photo/N. Pisarenko

Luego de una profunda crisis que aún divide al país, Bolivia parece estar dando ahora los primeros pasos hacia la pacificación social. Tras la salida de Evo Morales del poder, la violencia en las calles dejó al menos 33 muertos y cerca de 800 heridos. Ante esto, la autoproclamada presidenta interina, Jeanine Áñez, propuso, el 22.11.2019, el comienzo de un diálogo entre el Movimiento al Socialismo (MAS), y la oposición, que ella también representa, y pidió que organismos internacionales, la Unión Europea y la ONU, junto con la Iglesia Católica, mediaran en ese encuentro. Asimismo, promulgó el domingo 24.11.2019 una ley para convocar a nuevas elecciones generales.

También Evo Morales solicitó, desde su exilio en México, a la Iglesia Católica y a la UE acompañar a los bolivianos "en el diálogo para pacificar a la sociedad”.

"El diálogo es el camino apropiado para superar las diferencias entre bolivianos", dijo el 18.11.2019 el secretario general de la Conferencia Episcopal, Aurelio Pesoa, en una conferencia de prensa en Bolivia.

Luego de que Evo Morales saliera del gobierno, Áñez asumió la presidencia interina diciendo: "La Biblia vuelve al Palacio”. Ella y el opositor Luis Fernando Camacho, un empresario ultraconservador, resaltaron "la vuelta de Dios al Palacio” Quemado, la casa de Gobierno.

Palabras controvertidas en un país que, durante el Gobierno de Morales (2005-2019), se transformó en un Estado laico y plurinacional, apaciguando así décadas de graves crisis políticas y sociales, y brindando participación política y económica a las diversas etnias originarias.

Jeanine Áñez el 12.11.2019, declarándose presidenta interina, con una Biblia en la mano, en el Palacio Quemado, la casa de Gobierno de Bolivia.
Jeanine Áñez el 12.11.2019, declarándose presidenta interina, con una Biblia en la mano, en el Palacio Quemado, la casa de Gobierno de Bolivia.Imagen: picture-alliance/dpa/J. Karita

"Se debe resaltar que en Bolivia conviven, junto con el catolicismo, muchos ritos de la espiritualidad y cosmovisión indígena, y que la Iglesia Católica tiene gran influencia en la sociedad”, dijo en entrevista con Deutsche Welle Fernando Cajías, historiador y catedrático de la Universidad Mayor de San Andrés en la materia Culturas Bolivianas, desde La Paz.

El rol de la Iglesia Católica en Bolivia

A pesar de que la Iglesia Católica es una entidad importante en la gran mayoría de los países latinoamericanos, su rol durante las dictaduras, en Argentina y Chile, por ejemplo, ha sido muy cuestionado debido a la participación de altos cargos de esa institución en crímenes de lesa humanidad. Por otro lado, hubo sacerdotes que rechazaron la dictadura y ayudaron a los que luchaban contra ella, defendiendo los derechos humanos.

¿Cuál es hoy el rol de la Iglesia Católica en Bolivia? "En Bolivia existe una tradición de mediación de la Iglesia Católica, y todos esperamos que siga siendo positiva. No hay que olvidar que la Iglesia Católica en América Latina, en el aspecto político, no es algo homogéneo. Aquí también estuvo presente la corriente de la Teología de la Liberación”, indica el historiador. "Bolivia es un Estado pluricultural”, subrayó, "y si bien Áñez y Camacho representan a una parte del catolicismo, la Iglesia Católica como institución no ha participado en esos actos de ‘devolver la Biblia al Palacio Quemado'”.

De hecho, en Bolivia hay cerca de un 76 por ciento de católicos, entre ellos, los "católicos mestizos”, y los "católicos ortodoxos”. El catolicismo convive allí con la cosmovisión de los pueblos originarios (4%) -panteísta y holística-, dando lugar al sincretismo. Los adeptos a iglesias evangelistas, pentecostales y protestantes conforman alrededor del 17,6 % de la población boliviana, y los que se declaran no religiosos son el 2 %.

En este intento de pacificación en la crisis boliviana, "la mediación de la Iglesia Católica, junto con la UE y la ONU, es una buena combinación, ya que en Bolivia hay un vacío de instituciones que gocen de la confianza y del apoyo de la población”, sostiene a DW, por su parte, la investigadora Almut Schilling-Vacaflor, politóloga de la Universidad de Osnabrück. "Pero es importante subrayar que en Bolivia hay una división entre la Iglesia y el Estado, y que Bolivia se declaró como Estado laico en 2009, en el proceso de reforma de la Constitución”, resalta.

"De todos modos, la Iglesia Católica, como comunidad de valores éticos, debería poder apelar a los valores humanitarios, y destacar, por ejemplo, que no hay que demonizar al contrincante político”, explica. "En ese sentido, la mediación de la Iglesia Católica en Bolivia y en América Latina es importante desde el punto de vista de los derechos humanos”, destaca.

Los ritos y la cosmovisión indígena conviven en Bolivia con la fe católica.
Los ritos y la cosmovisión indígena conviven en Bolivia con la fe católica.Imagen: picture-alliance/dpa

Mediación exitosa de la Iglesia y "accionar decisivo de la CIDH"

La mediación de la Iglesia Católica, la ONU y la UE abrió indudablemente un espacio de comunicación urgentemente necesario en Bolivia. "Esto expresa una lógica de negociación sindical que es histórica”, dice en entrevista con DW Fernando Mayorga Ugarte, sociólogo y doctor en Ciencia Política, director del Centro de Estudios Universitarios de la Universidad Pública de Cochabamba. "De plantear la renuncia de Jeanine Áñez, los sindicatos y organizaciones indígenas pasaron a permitir una negociación”, señala. El ministro de la presidencia, Arturo Murillo, tuvo un rol clave para hallar puntos de convergencia, añade. "Todo eso tuvo éxito debido a la presencia de los mediadores de la Iglesia, la UE y la ONU”, añade Mayorga Ugarte.

"En la historia previa a 2006 [año en que Evo Morales asumió el poder] hubo un claro protagonismo de la Iglesia como factor de mediación. Ante la debilidad de las instituciones políticas", explica, ”ya en esa época, la Iglesia gozaba de mucha confianza en los sectores populares, sobre todo entre los cocaleros, porque ante las violaciones de los derechos humanos, la Iglesia siempre apoyó sus denuncias”, concluye.

En la crisis boliviana actual, "la mediación de la Iglesia Católica ha sido exitosa”, subraya, "sin embargo, la Iglesia sola no hubiera logrado esto”. Según él, ha sido fundamental la presencia del enviado especial de las Naciones Unidas, Jean Arnault. Y de León de la Torre, embajador de la UE en Bolivia. "Pero a mi juicio, fue decisivo el accionar de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que no fue mediadora, pero fue la instancia que criticó y puso en evidencia desde el primer día el decreto que daba a los militares prerrogativas para la represión. También cuestionó el incremento del presupuesto para esas acciones y empezó a denunciar firmemente las masacres y los actos de amedrentamiento a dirigentes sindicales. Estuvo dos días en Cochabamba recibiendo las denuncias, y eso es importante para poner en evidencia esa faceta de este gobierno, que en los primeros cinco días tuvo como objetivo desmantelar el movimiento sindical boliviano”, concluye.

(jov)

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