Cuando el precio es justo

Las exhortaciones a la protección del medio ambiente a menudo se quedan en nada, ya que al final los factores económicos son decisivos demasiado frecuentemente. Si la gente puede ganar dinero con la caza furtiva de rinocerontes, lo hace. Si a las compañías farmacéuticas les es posible patentar de forma exclusiva plantas medicinales tradicionales, lo hacen. Por ello, para proteger la biodiversidad de manera efectiva, se necesitan ofertas lucrativas similares. Quien quiere proteger a los rinocerontes, "sólo" persigue un ideal. Sin embargo, quien los protege para que los turistas puedan fotografiarlos a cambio de dinero, tiene un plan de negocios. Nuestro reportero Michael Altenhenne ha podido observar cómo esta idea es posible en Namibia. A su vez, nuestra autora Sonia Phalnikar ha examinado cómo la protección de las regiones ricas en especies puede ser económicamente viable tanto para las compañías farmacéuticas internacionales como para la población local.