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"Cultura que abre mundos"

Andrea Asiske (JAG/ERS)25 de mayo de 2016

Con el lema “Cultura que abre mundos”, en Berlín se dedica una semana a contrarrestar las consignas populistas que claman por la identidad alemana, con proyectos tan polifacéticos como las personas que aquí llegan.

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Brass-Band "Banda Internationale", de Dresde.Imagen: KinoAsyl

“Se tiene la idea de que los refugiados vienen con las manos vacías, con poco más que una mochila. Pero lo que realmente traen es una cultura maravillosa”, explicaba Abid Amin. Originario de Afganistán, es organizador del festival de cine Kino Asyl, uno de los tres proyectos culturales galardonados en Berlín con 10.000 euros. Un premio a la “participación cultural de los refugiados”, que por primera vez fue concedido por la ministra de Cultura, Monika Grütters. La cultura es la clave y una plataforma ideal para la integración. Ni el arte ni la música conocen fronteras, sino que siempre se alimentan de influencias de fuera. Y este festival supone toda una declaración de intenciones contra formaciones populistas como Alternativa para Alemania (AfD), que pretenden usar la cultura como un medio para reforzar la identidad nacional alemana.

Simplemente hablar y escuchar

En el acto de premiación, celebrado en el Museo de Historia de Alemania de Berlín, había de todo. El abanico musical cubría desde la música clásica, hasta Brass-Band “Banda Internationale” de Dresde, otro de los galardonados. Los promotores incluso organizaron una mesa abierta para que los alemanes presentes conversasen con representantes de diez proyectos nominados, con disciplinas que van desde el teatro para jóvenes hasta eventos de cocina o proyectos escolares.

Monika Grütters, ministra de Cultura.
Monika Grütters, ministra de Cultura.Imagen: picture-alliance/dpa/B. Pedersen

“Esperé mucho para contar mi historia, por qué estoy aquí y qué pasa en mi país”, explicó Farhad Gwosee, de Afganistán. Pero entre muchos alemanes, notaba rechazo y miedo. Con el proyecto de exposición “2.0”, donde cuenta su historia y la de otros refugiados en formato interactivo, tuvo por fin la oportunidad de llegar a más gente. Su proyecto no ha ganado, pero a él no le importa. Lo imporante es que exista esa exposición.

Cultura frente a la cola de espera

Para los impulsores, se trata también de un cambio de perspectiva. No solo para que los refugiados se integren en la cultura alemana, sino para que se valore también lo que ellos traen. Por ejemplo, con Kino Asyl, un festival que muestra cintas de Mali, Sierra Leona, Congo o Afganistán, elegidas por jóvenes huidos a Alemania desde estos países.

“Como refugiado, estás siempre sometido a la administración y todo te viene predeterminado. Te ves obligado a la pasividad porque sin permiso de residencia no puedes hacer nada. Por eso, trabajar en el festival fue una bendición”, explicó Ali Saleh, cineasta de Palestina, que volvió a recuperar un espacio para hacer cosas, con trabajos como traducir, subtitular o editar trailers.

El tercer premiado es un proyecto especial de museos llamado Multaka. Refugiados y migrantes de Siria e Irak se formaron como guías y ahora se dedican a explicar los tesoros culturales a los recién llegados en cinco museos berlineses. Para Monika Grütters, algo impresionante.

“Ya había visto la puerta de Ishtar en Irak. No sabía que la original estaba en Berlín”, explicó el iraquí Nijad Al Najar: “Aquí está bien porque está protegida”, añadió. Ni en Irak ni en siria existe conciencia sobre la herencia cultural, pero quizás eso cambie y los refugiados que vuelvan puedan llevar a sus hijos a visitar museos. El inicio de esta semana de la "Cultura que abre puertas" y los proyectos premiados demuestran que la idea funciona. Y en estos días se presentarán más iniciativas de ciudadanos e instituciones. Un evento cultural que no solo es para refugiados, sino sobre todo con refugiados.