Cumbre UE-LAC sin Chávez ni Castro
17 de mayo de 2010
Más allá de esas ausencias y su peso específico, vuelve a cuestionarse la verdadera relevancia y eficacia -medida en resultados tangibles- de este tipo de encuentros entre ambas orillas del Océano Atlántico. Numerosos expertos se preguntan si no existirá una suerte de "inflación" de instituciones que se ocupan de los temas bilaterales entre la UE, América Latina y el Caribe.
En esa "galaxia" euro-latinoamericana son abundantes las citas, las cumbres o las reuniones de "alto" nivel, y existen numerosos organismos como la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), o más recientemente la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB).
No obstante todas las constantes reuniones y conferencias, según estadísticas de varios organismos internacionales, entre otros de Naciones Unidas, América Latina es el continente más desigual del planeta.
La distancia entre el diez por ciento más rico y el diez por ciento más pobre es en Italia, por ejemplo, de 14 a 1 y en Estados Unidos 17 a 1. En cambio, en Brasil es de 54 a 1 o en Colombia de 59 a 1, de acuerdo con el organismo internacional.
El famoso “¿Por qué no te callas?”
Pero ésa no es la razón de la ausencia de Chávez y Castro. El presidente de la República Bolivariana de Venezuela no había faltado a ninguna de las citas anteriores. Todavía se recuerda cómo el rey de España, Juan Carlos I, le "invitó" en la Cumbre Iberoamericana de 2007 en Santiago de Chile, a dejar de hablar. El "¿Por qué no te callas?" del monarca dio la vuelta al mundo e incluso se convirtió en tono para teléfonos móviles.
Castro y Chávez siempre dan lo que la prensa y un auditorio atento denominan "juego". Para otros es el "morbo" necesario para aderezar una pieza periodística. Además, la explicación que ha dado Caracas, que despachará a su ministro de Exteriores, Nicolás Maduro, para la ausencia en Madrid no ha sido clara. "Por cierto, no podré acudir a Madrid", dijo Chávez.
La ausencia de Cuba era esperada, dado que desde 2006, cuando asumió el poder de manos de su hermano, Raúl Castro no ha acudido a ninguno de estos eventos.
La isla apenas puede ocultar su decepción por el hecho de que España no haya logrado uno de los objetivos de su "semestre europeo": convencer al resto de 26 socios de la UE de la necesidad de suavizar, o eliminar, la "posición común" que el bloque comunitario mantiene con Cuba desde 1996, que exige una mejora de la situación de los derechos humanos en la isla antes de abrir un diálogo en profundidad.
Venezuela y Cuba son los dos principales desaires al presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien, en su condición de presidente de turno de la UE, había puesto mucho esfuerzo en que esta VI cumbre entre ambas partes fuese un éxito rotundo.
A España se le acumulan los problemas
Caracas, no obstante, se apresuró a cantar victoria por el supuesto "frente" común, de corte "bolivariano", creado entre ese país y Brasil, Bolivia, y Ecuador, para torpedear la participación en la cumbre del martes del presidente de Honduras, Porfirio Lobo, al no reconocer su régimen como legítimo.
No obstante, Lobo tuvo un gesto generoso con Zapatero al aceptar la sugerencia española de acudir sólo a la cumbre entre la UE y Centroamérica y, de esa manera, evitar el colapso total de esta cita, después de que varios países amenazaran con no acudir si el hondureño participaba.
Al presidente del gobierno español se le acumulan los problemas en su propia casa: el desempleo está casi en el 20 por ciento, un déficit público del 11 por ciento, encuestas que conceden 9,1 puntos de ventaja a la oposición, llamada de atención del Fondo Monetario Internacional (FMI). Para el inquilino del Palacio de la Moncloa esta cumbre será casi un momento de relax, una especie de isla en el desierto, opinan los analistas.
Además, a la lista de ausencias se agrega la del "cavaliere", el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, quien ha aducido "problemas de agenda" para no acudir a la cita de Madrid. En el caso del presidente de Uruguay, José Mujica, se trata de problemas de salud por un alto nivel de estrés, según fuentes diplomáticas uruguayas.
dpa