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Berlín invierte en la carrera por la vacuna para la COVID-19

Mischa Ehrhardt
16 de junio de 2020

El Estado alemán comprará una participación en la empresa de biotecnología CureVac, que investiga para obtener una vacuna contra el coronavirus. De esa forma, la empresa contará con una mayor seguridad financiera.

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Deutschland Biotech-Unternehmen CureVac
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Gollnow

En ministro de Economía alemán, Peter Altmaier, CureVac y su principal inversionista, Dievini, dieron a conocer la noticia. El banco estatal KfW se dispone a adquirir una participación del 23 por ciento en CureVac, poniendo sobre la mesa 300 millones de euros. El Estado no ejercerá influencia en la política empresarial de la firma de biotecnología, que investiga, entre otras cosas, en busca de una vacuna contra el coronavirus. La empresa de Tubinga saltó a los titulares hace un tiempo, debido a que el Gobierno estadounidense supuestamente tenía interés en una participación. Según informes de prensa, el presidente Donald Trump habría ofrecido una cuantiosa suma, para asegurar que su país obtuviera primero la vacuna. Algo que CureVac siempre desmintió.

160 candidatos

La tecnología de CureVac tiene potencial para desarrollar vacuna y posibilidades de terapia para mucha gente. Así lo señaló Altmaier en una conferencia de prensa, agregando que la decisión tomada forma parte de la estrategia del Gobierno con respecto a la industria. 

CureVac es una de las empresas que toma parte en la carrera por desarrollar una vacuna contra el coronavirus, y el Gobierno quiere proporcionarle seguridad financiera. El fin de semana pasado, Alemania, Francia, Italia y Holanda dieron a conocer un acuerdo con el consorcio farmacéutico AstraZeneca, con un propósito similar. Estos cuatro países quieren asegurarse 400 millones de dosis de una potencial vacuna, en proceso de desarrollo.

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De acuerdo con un estudio de la consultora EY, en la industria farmacéutica hay en la actualidad más de 160 candidatos para una sustancia que proteja del contagio con el coronavirus. Se suman cerca de 240 posibles sustancias terapéuticas, que habrían de atenuar los síntomas del COVID-19. Uno de los fármacos más conocidos es el Remdesivir, de Gilead Sciences. El medicamento fue creado originalmente para combatir el ébola y el virus de Marburgo, pero en su momento no superó la última etapa para su uso terapéutico. Actualmente se examina en la fase 3 si podrá ser utilizado en la lucha contra la pandemia de COVID-19, un paso necesario para su aprobación.

97 por ciento de intentos fallidos

El monto de las inversiones en este tipo de fármacos, ideados inicialmente para otros fines, es muy inferior al destinado a la investigación de nuevos medicamentos y vacunas. Y, en vista de la incertidumbre acerca de si los esfuerzos tendrán éxito o no, el riesgo es grande. Ese es uno de los factores que indujo al Gobierno alemán a incorporarse a CureVac, para darle un mayor margen financiero. También los Gobiernos de otros países han inyectado mucho dinero a empresas que trabajan en la búsqueda de una vacuna. Porque, al margen de los riesgos asociados a los costos de desarrollo, también hay que ampliar las capacidades de producción, de manera que, si se logra el producto deseado, este pueda ser fabricado rápidamente y distribuido a todo el mundo.

"No hay ninguna garantía de que se logre una vacuna segura y eficaz. De acuerdo con nuestras estimaciones, el 97 por ciento de las vacunas que se prueban en la actualidad no llegarán a producirse", señaló Alexander Nuyken, experto en transacciones en el área de Life Sciences. Entre los productos terapéuticos, finalmente quedarán tres o cuatro fármacos que serán utilizados.

Más investigación, más ventas

Un estudio de EY señala que ya el año pasado aumentaron considerablemente los gastos en investigación de las mayores 21 empresas farmacéuticas del mundo, que dedicaron casi un 14 por ciento más de dinero que el año previo a investigar nuevas terapias y medicamentos. La tendencia debería mantenerse en 2020. 

Tras un pequeño bajón en 2018, las principales empresas farmacéuticas volvieron a crecer claramente el año pasado. "El mensaje central es que el crecimiento de la industria farmacéutica tuvo una evolución positiva el año previo a la crisis del coronavirus", apuntó Gerd Stürz, de EY.

Pero, de todos modos, es evidente que al ganador de la carrera por la vacuna contra el coronavirus le esperan ganancias multimillonarias. Es posible pues que la inversión de Alemania en este campo, como la anunciada en CureVac, resulte rentable a largo plazo.

(ers/few) 

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