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Débil lucha contra el tabaco

BW12 de abril de 2006

Bruselas acusa a Alemania de no luchar debidamente contra el tabaquismo y amenaza con llevarla ante el Tribunal de Justicia Europeo. Berlín se defiende, aduciendo que apuesta por acuerdos voluntarios.

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Los alemanes siguen fumando donde otros europeos se abstienen.Imagen: picture-alliance/ dpa/dpaweb

Cuando la Unión Europea resolvió hace cuatro años prohibir la publicidad de tabaco en eventos o productos internacionales a nivel del Viejo Continente, el comisario responsable en aquel entonces, furibundo anti-fumador, creía que se había sellado la suerte de la industria tabacalera. Sin embargo, no todo ha resultado como lo esperaba. Expirado el plazo en que los países miembros de la UE debían plasmar dicha norma en sus respectivas legislaciones nacionales, su sucesor, el Comisario de Salud Markos Kyprianou, planteó amargas quejas a la prensa germana: nada menos que Alemania, junto con Luxemburgo, no han cumplido lo previsto.

Disposiciones europeas

De acuerdo con las disposiciones de la UE, el cowboy de Marlboro y los safaris de Camel deberían haber desaparecido de revistas o películas que se comercian a nivel europeo. La publicidad de cigarrillos sólo se admite a estas alturas en los cines, porque la Comisión Europea no tiene atribuciones para prohibirla.

La prohibición afecta, en cambio, también a la publicidad de los auspiciadores, por ejemplo en encuentros deportivos que no tengan un carácter estrictamente local. Éste es precisamente un punto que llevó a Alemania a plantear una demanda ante el Tribunal de Justicia Europeo, que todavía no ha emitido su veredicto. Y los alemanes prefieren esperarlo antes de legislar al respecto.

Alemania, a la zaga en Europa

Bruselas, por su parte, se niega a tolerarlo y amenaza, a su vez, con demandar a Alemania ante esa misma corte europea. El Comisario Kyprianou considera que, en general, Berlín está tardando demasiado en salir en defensa de los no fumadores. Y subraya que otros países han avanzado mucho más en el establecimiento de zonas libres de tabaco.

En eso tiene plena razón. En Irlanda, por ejemplo, impera desde hace dos años una prohibición total de fumar en los pubs. En los bares italianos tampoco se puede encender un cigarrillo y en Escocia está estrictamente prohibida cualquier representación fílmica del acto de fumar. De este modo, hasta Winston Churchill debe ser despojado de su típico cigarro, por poco apego a la historia que ello suponga.

También en Francia se estudia entretanto la posibilidad de convertir a los restaurantes, por ley, en áreas libres de humo. Hasta ahora las restricciones tenían allí carácter voluntario pero, según el ministro galo de Salud, no han dado el resultado que se esperaba. Las restricciones también son voluntarias en Alemania, donde desde marzo está previsto que los restaurantes grandes reserven un 30% de sus plazas para los no fumadores. La idea es que esas zonas se amplíen al 90% en los próximos 3 años.

El lobby del tabaco

El resultado está por verse. Por lo pronto, resulta claro que las advertencias de la Comisión Europea son una bofetada para la política de salud germana, que no ha podido imponerse a la industria del tabaco. Un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud y el Centro alemán de Investigación Oncológica, concluye que dicha industria ha impedido que los conocimientos sobre el daño que produce fumar se traduzcan en una política activa. Y destaca que Alemania es uno de los pocos países industrializados en los que casi no existen restricciones para los fumadores.