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¿Más palabras que se lleva el viento?

16 de junio de 2016

La OEA aprobó este 15 de junio en Santo Domingo una declaración sobre los derechos de los pueblos indígenas, especialmente los de las mujeres y niños. Una postura común lograda tras 17 años de debates.

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Indígena del pueblo Yanomami, una etnia que habita entre Brasil, Colombia y Venezuela.
Indígena del pueblo Yanomami, una etnia que habita entre Brasil, Colombia y Venezuela.Imagen: Survival International

En América Latina y el Caribe los pueblos indígenas representan una población de unos 50 millones de personas, alrededor del 10% de la población. Pero a pesar de que las leyes les reconocen sus derechos, la realidad dista de la práctica.

La OEA subraya en dicha resolución que los pueblos indígenas "han sufrido injusticias históricas como resultado, entre otras cosas, de la colonización y de haber sido desposeídos de sus tierras, territorios y recursos, lo que les ha impedido ejercer, en particular, su derecho al desarrollo de conformidad con sus propias necesidades y recursos".

“Es absolutamente necesario que los organismos internacionales reconozcan las injusticas que han sufrido, y que aún hoy siguen sufriendo los pueblos indígenas y tribales”, dice a DW Laura de Luis, vocera de Survival International, una ONG que lucha por los derechos de los pueblos indígenas en todo el mundo. “Para Survival International”, agrega de Luis, “es muy importante el reconocimiento de sus tierras ancestrales y los recursos de las mismas”.

Derecho a la libre determinación

"Los pueblos indígenas tienen derecho a la libre determinación. En virtud de ese derecho determinan libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural", reza uno de los artículos de la declaración de Santo Domino. En este sentido, de Luis recalca que se requiere respetar “el derecho de los pueblos indígenas aislados o con contacto inicial a vivir libremente en su condición”. En nombre de Survival International, que ha sido órgano consultivo de Naciones Unidas, hace un llamado a “poner en práctica las palabras para que no se las lleve el viento, como a menudo sucede”.

El canciller boliviano, David Choquehuanca, celebró el hecho de que "finalmente" la OEA haya aprobado dichA declaración "porque es muy importante". Por su parte, Armstrong Wiggins, director de la oficina del Centro de Recursos Jurídicos para los Pueblos Indígenas en Washington, dijo que "este es un gran momento en la historia del movimiento por los derechos indígenas”. Wiggings coincide en que “aunque ninguna declaración es perfecta, es un paso importante en la dirección correcta para proteger a los pueblos indígenas".

Aplicar los compromisos del Convenio 169

Ahora el reto para todos los países del continente americano es cumplir, en efecto, lo estampado en el papel. Un reto porque, según Laura de Luis, “ningún país de América Latina reconoce plenamente o respeta en la práctica, los derechos de los indígenas”. Esto, a pesar de los logros alcanzados por los movimientos indigenistas de los últimos 30 años en Colombia, Argentina, Chile, Perú, Brasil y algunos países de Centroamérica.

Survival International
Survival InternationalImagen: Survival International

“A pesar de que existe el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que a diferencia de la declaración de la ONU, sí es vinculante, no se cumple porque acaban pesando más los interese económicos”, destaca De Luis.

En 1989, la OIT adoptó el “Convenio 169 sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes”, en el que están consagrados, entre otros, derechos colectivos, como derechos culturales y territoriales, el derecho al consentimiento previo, libre e informado en relación con políticas y programas que les afectan, y el derecho a la autodeterminación. Por último, Survival International considera inaceptable que, a pesar de todas las declaraciones de la ONU y, ahora de la OEA, “en pleno siglo XXI diferentes pueblos nativos se enfrenten a su exterminio”. De Luis recuerda, por ejemplo, el reciente asesinato de un joven indígena brasileño que defendía las tierras ancestrales. La defensa de su territorio y el medio ambiente sigue siendo, después de más de 500 años de la conquista, la lucha de los indoamericanos. Solo que hoy la responsabilidad es de cada uno de los países y habitantes de América Latina.

José Ospina-Valencia (er)