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Derechos humanos: un cuento chino

Eva Usi15 de julio de 2004

El ministro alemán del Exterior, Joschka Fischer, criticó la situación de los derechos humanos en China durante su visita a Pekín. Algo poco usual en las relaciones chino-alemanas, marcadas por una cuidada armonía.

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Joschka Fischer y Li Zhaoxing, durante su encuentro en Pekín.Imagen: AP

El jefe de la diplomacia alemana criticó la vigencia de la pena de muerte, la situación del Tibet y la política china frente a Taiwán. Fischer no evitó ningún tema por espinozo que fuera, durante su comparecencia ante la prensa junto con su homólogo Li Zhaoxing. “China hace grandes progresos en materia de reformas, pero sigue habiendo un déficit en el respeto a los derechos humanos”, dijo. El jefe diplomático cuestionó el proceder arbitrario de la policía que detiene a presuntos delincuentes y los encierra en campos de trabajos forzosos sin ningún proceso penal.

“Con gran preocupación, se percata Alemania de que China sigue practicando la pena de muerte y la llamada cárcel administrativa policiaca”, dijo. Su homólogo Li Zhaoxing no respondió a todos los puntos cuestionados por Fischer, pero explicó que en el caso de la ‘cárcel administrativa aplicada a delincuentes’, la intención del gobierno es reeducarlos a través del trabajo físico.

Solución pacífica

Joschka Fischer bei Li Zhaoxing in Peking
"Con gran preocupación se percata Alemania de que China sigue practicando la pena de muerte".Imagen: AP

Fischer se pronunció a favor de una solución a base del diálogo para resolver la situación del Tibet, y apeló a China a buscar una solución pacífica con Taiwán, al tiempo que hizo hincapié en que Alemania respalda la política de ‘Una China’. Por su parte Li Zhaoxing, dijo que el gobierno de Pekín está molesto con sus amigos occidentales que ahora advierten a China sobre los derechos humanos, mientras que callaron cuando la isla era una colonia británica y los derechos humanos eran prácticamente inexistentes. Las declaraciones ante periodistas eran claras en cuanto a contenido pero iban acompañadas de elogios mutuos. Fischer calificó a China como la futura potencia líder.

Joschka Fischer bei Wen Jiabao in Peking
Joschka Fischer, izquierda, y el primer ministro chino, Wen Jiabao.Imagen: AP

Lenguaje directo

Los chinos no están acostumbrados a escuchar críticas directas por parte de visitantes alemanes. Desde hace cuatro años, estas controvertidas cuestiones quedaron a un lado en el diálogo bilateral. Además, la política del gobierno germano hacia China ha sido asumida por el mismo canciller Gerhard Schröder, quien viaja una vez al año a dicho país, generalmente acompañado de una nutrida delegación de empresarios. Sobre los derechos humanos, Schröder no ha pronunciado palabra.

Reforma de Naciones Unidas

Joschka Fischer bei Manmohan Singh
El primer ministro indio, Natwar Singh, izquierda, conversa con Fischer.Imagen: AP

El objetivo del viaje de Fischer es ganar el respaldo a las aspiraciones alemanas de ocupar un lugar permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. El periplo del ministro, de 10 días de duración, comprende visitas de trabajo a la India, China, Bangladesh, Sri Lanka y Pakistán. Fischer destacó que tanto Alemania como India y China defienden un tratamiento multilateral de la situación internacional, lo que lleva a considerar una ampliación del Consejo de Seguridad.

Pese a que Alemania es una de las grandes potencias mundiales, no forma parte del Consejo de Seguridad de la ONU como miembro permanente con poder de veto como EEUU, Francia, Reino Unido, Rusia y China. El gobierno de Pekín apoya la reforma del Consejo y asegura tener un papel activo en el grupo designado por el secretario general de la ONU, Kofi Annan.

Durante la víspera, el jefe de la diplomacia alemana se reunió en Nueva Deli, con representantes del gobierno indio quienes respaldaron las aspiraciones de Alemania. El debate de la reforma del Consejo lleva ya ocho años y no refleja, según Fischer la realidad política del mundo.