1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Bloqueo del Canal de Suez: globalización y plazos de entrega

Henrik Böhme
29 de marzo de 2021

El comercio mundial sentirá durante algún tiempo los efectos del bloqueo del Canal de Suez. Las cadenas de suministro ya están de por sí sobrecargadas por el coronavirus, opina Henrik Böhme.

https://p.dw.com/p/3rLNN
Ägypten Suezkanal Containerschiff Ever Given
Imagen: Mahmoud Khaled/Getty Images

¡Y lograron moverlo! Después de días de grandes esfuerzos, el enorme buque portacontenedores encallado en el Canal de Suez, cuyo nombre, "Ever Given", es ahora conocido en todo el mundo, ha sido reflotado, al menos, parcialmente.

Esto no significa que el tráfico haya vuelto a la normalidad en esta importante vía fluvial, pero se pudo desencallar al gigante y no se vieron obligados a descargar cientos de contenedores. Es sobre todo una buena noticia para el comercio mundial, porque cada día de bloqueo sale muy caro. La aseguradora Allianz estima las pérdidas diarias en unos diez mil millones de dólares.

Esto dato no es sorprendente, ya que el 13 por ciento del volumen total del comercio mundial atraviesa este canal de 193 kilómetros, entre el Mar Rojo y el Mediterráneo. Esta es la conexión más corta para el intercambio de mercancías entre las economías de Asia y Europa. Pero es, y esto quedó muy claro en los últimos días, también un cuello de botella con una capacidad limitada, como el Estrecho de Ormuz en el Golfo Pérsico o el Estrecho de Malaca, en el Sudeste Asiático. Y entonces solo bastan una tormenta de arena o un capitán, quizás distraído, para que se bloquee una arteria del comercio mundial.

El problema del "justo a tiempo"

Entonces habrá, como ahora, otros 400 barcos en las respectivas entradas al canal, que no podrán ni avanzar ni retroceder, porque las compañías navieras tienen que sopesar si esperar por la autorización para seguir navegando o eligir el desvío por el Cabo de Buena Esperanza, lo que significaría una ruta mucho más larga. En los respectivos puertos de destino, por otro lado, tienen que tener otros aspectos en cuenta, porque allí todo está calculado al milímetro. ¿Qué hacen si los barcos retrasados llegan todos al mismo tiempo?

"Justo a tiempo” es la expresión mágica en logística. En las fábricas de automóviles, por ejemplo, las piezas solo se entregan cuando son necesarias. Esto ahorra costes, porque el almacenamiento tiene lugar en trenes y camiones. Así funciona también a escala global. Pero con la pandemia de coronavirus, ya debería haber quedado claro que todo está planeado tan al límite que las cadenas de suministro pueden dejar de funcionar de un momento a otro.

Henrik Böhme, redactor de economía de DW
Henrik Böhme, redactor de economía de DW

El problema de la pandemia 

Esto ya se pudo notar al comienzo de la pandemia, cuando China cerró sus fábricas y la población estuvo confinada: en algún momento hubo menos transporte de contenedores y faltaron piezas importantes en las líneas de producción. Más tarde, Europa también cerró sus fábricas y cuando las fábricas de chips asiáticas comenzaron de nuevo, la producción cambió, porque había demanda de otros productos. Cuando la fabricación de automóviles se reanudó, faltaron lógicamente chips: Volkswagen, por ejemplo, dejó de fabricar 100.000 automóviles el año pasado.

También se han notado cuellos de botella en el suministro de otros sectores: las bicicletas se han convertido en un bien escaso en Alemania. Esto se debe a que no hay suficientes contenedores para enviar cosas y además ya no hay tantos vuelos de pasajeros, donde se pueden cargar mercancías. Este año, según estimaciones de los economistas de Allianz, los problemas de suministro podrían originar pérdidas al comercio mundial por valor de 230.000 millones de dólares.

Mucho que mejorar

Por supuesto, la crisis de coronavirus no significa el fin de la globalización. La esperanza que tenían algunos detractores del comercio mundial y la división global del trabajo no se hará realidad. Lo que no quiere decir que la globalización funcione a la perfección. Al contrario, hay que mejorar mucho, por ejemplo, las normas laborales y sociales en todo el mundo.

En muchas empresas llevan calculando, durante bastante tiempo, si el almacenamiento y establecimiento de un plazo de tiempo para piezas importantes sería, en última instancia, más rentable que detener la producción cuando faltan piezas. Una cosa es cierta, el bloqueo del Canal de Suez no será la última interrupción del flujo comercial mundial.

(rmr/ers)